abril 29, 2009

Llamada

Suena el teléfono
"Bueno"
"Buenas tardes, le hablamos de la Organización para la Democracia. Tiene usted unos minutos para una encuesta"
"Sí"
"¿Sabe ya por quién va a votar este próximo 5 de julio?"
"Todavía estoy indecisa"
"Me permite leerle la siguiente noticia... (noticia sobre un supuesto involucramiento de Rodrigo Medina en ejecuciones del crimen organizado) ... ¿Ahora ya sabe por quién va a votar este 5 de julio?"
"No, todavía no"
"Muchas gracias, es todo"

De Inbox en Inbox

Tiende a comenzar con algo así como "tengo un amigo en el gobierno federal que me contó que…". Yo pensaría que se trata en verdad del tiempo libre que nos han autoimpuesto a muchos de lo que nos dedicábamos a la academia antes de descubrir que es una actividad peligrosa para la salud pública. La idiotez que ronda el ambiente tiende a contagiarse más rápido que la influenza ¿Ya supiste que mañana declararán ley marcial?

Desconozco qué alimente a esas mentes enfermas que procuran aumentar la paranoia. Es un sentimiento bonito, sí. Nos hace sentir vivos, sí. Recuerdo una novela de terror de Dean R. Koontz (no recuerdo el título del libro pero seguramente era una de esas chafas que él normalmente escribe) donde un científico loco había logrado crear personas sin ningún tipo de emoción, pues así las podía hacer máquinas superproductivas. La única emoción que prefirió no quitar fue el miedo. Éste le permitía al ser humano mantenerse alerta y buscar su supervivencia a toda costa. El miedo nos alimenta. Ahí entonces caben esas decenas de cadenas que van de bandeja de entrada en bandeja de entrada, multiplicándose como si se tratara de cepas de un virus incurable y mortal. Casi escribo moral, pero me di cuenta a tiempo de mi error tipográfico.

Si todo lo que dicen fuera cierto, nuestro país ya estaría tomado por los enfermos iracundos que son incapaces de encontrar un cubrebocas en ninguna farmacia (¿y porqué no han ido a asaltar a la gente de Rodrigo Medina que parecen los únicos poseedores de estos accesorios hoy en día?, si eres capaz de no morir de náuseas ante su logo pegado en la parte exterior). También los hospitales estarían abarrotados en todas sus salas de emergencia con cientos de pacientes que intentan a toda costa ser cubiertos por la Secretaría de la Defensa Nacional (sí, en el Campo Marte están yendo a echar los cadáveres por millares para que la prensa no se entere). También el Gobierno del Distrito Federal ya dispuso anunciar dentro de unas horas el corte del suministro de alimentos y agua a la capital para evitar más contagios. Vamos todos a Wal Mart a comprar lo poco que queda o si no moriremos de sed y de hambre.

Vaya. La imaginación es la que nunca se nos termina. Insisto, todo esto es producto de nuestro aburrimiento ¿de verdad no hay nada mejor qué hacer? Ya he actualizado mi perfil en Facebook más de diez veces en estos tres días. Estoy a la caza de cualquier nuevo usuario que se conecte al Messenger para preguntarle como está. Y el alcohol, sí, ese buen compañero de momentos de aburrimiento como éste, el alcohol baja las defensas así que sería un acto suicida emborracharse (espero que más de uno se haya sorprendido con esta noticia). Las ventas de FEMSA siguen yéndose al cielo casi a la par que las de las farmacias. Ya no hay alcohol (el de caña, el que usamos para esterilizar ahora hablo) en ningún lugar. Nos lo untamos por todo el cuerpo buscando matar al virus antes de que nos alcance.

El mejor antídoto es la felicidad, me han dicho. Practiquémosla. Esto se va a acabar más pronto de lo que pensamos, y entonces nos olvidaremos otra vez de nuestras ocurrencias con los cientos de pendientes que nos recibirán en la oficina.

abril 28, 2009

Sobre la influenza política

La buena noticia es que los políticos tienen la oportunidad de reivindicarse ante sus representados actuando de manera acertada y transparente ante la emergencia sanitaria. 

La mala... que ya se enteraron, y ya comenzaron con idioteces. 

PD. Notable excepción el secretario de Salud Córdoba Villalobos. 

abril 25, 2009

Cubrebocas

El aislamiento es el primer padecimiento de una epidemia. No tanto la que es forzada por las autoridades sanitarias, sino la psicológica. No saludarás a tu prójimo, no hablarás con él, no lo mires pues el contagio se puede dar desde cualquier vía. Compartir se vuelve un pecado y el individualismo nos torna hacia nosotros mismos, ese incómodo momento donde tenemos que comenzar a hablar sin mover la boca. No importa, pues al cabo se encuentra cubierta.

Ayer casualmente estaba en una iglesia y me encontré un folleto interesante sobre las instrucciones para una confesión exitosa. La interpretación de los pecados que pueden surgir de no cumplir con el decálogo de Moisés todavía más. Cuando se habla mal de una persona se está afectando el octavo mandamiento sobre no levantar falso testimonio ni mentir. Cuando se entra a la interpretación ("descubre si tú has faltado a este mandamiento"), menciona que escuchar gozoso de una calumnia o infamia es también pecado. Me quedé pensando cuántas veces habré participado sin saberlo en esas cosas. Lo bueno es que el goce tendría que ser demostrado para podérmelo imputar. Una sonrisa que se me haya escapado, un momento de soltura, algo.

Las noticias van volando sobre si se trata de una epidemia o no. Brotes que ahora forzosamente tienen que ser reportados de acuerdo a la última instrucción del gabinete de seguridad. Se congregaron el jueves en la noche de emergencia y entonces tuvimos a bien enterarnos que no era un pecado cualquiera. El Universal publica el sábado una fotografía de un comerciante ambulante vendiendo cubrebocas a dos por 25 pesos. Es lo menos que podríamos hacer ante la crisis. Me parece un excelente cuadro para aquella campaña que ahora lanzan para combatir la economía informal: "que esté mejor empleado" y el ambulante vendiendo cubrebocas. La gripa porcina saca lo mejor de cada uno.

Tengo un boleto a la Ciudad de México para el próximo 4 de mayo. Comienzo a invadirme de esa psicosis colectiva y me pregunto si es la mejor idea. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. Comienzo a pensar qué harán todos los candidatos a diputados federales, a la asamblea legislativa del DF, los que querían convencer a los indecisos. Ahora sin televisión que puedan pagar por orden del IFE, y sin poderse congregar por orden de la Secretaría de Salud. Pueden comenzar a practicar la telepatía pues muchas alternativas no les quedan.

Cubramos nuestra vida mientras esta emergencia pase y esperemos que pase pronto. Mientras tanto, a tener que vivir con nuestros pensamientos más incómodos, esos que les da por salir cuando se tiene demasiado tiempo libre. Dios nos libre de tener otro día sin clases. Eso de pensar puede ser más peligroso que cualquier influenza.

abril 22, 2009

Suicidios

El exvicepresidente de Enron John Clifford Baxter se quitó la vida en 2002 de un disparo en la cabeza. Su suicidio fue el colofón de una historia lamentable sobre el fraude más grande de la historia de Estados Unidos hasta ese momento. Luego vino el escándalo de las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac en 2008 que ahora busca competirle ese deshonroso mérito a Enron. El miércoles nos enteramos que David Kellermann se quitó la vida en su casa en Virginia. Kellerman a diferencia de Baxter, no fue el causante de la debacle financiera, sino alguien que intentó resolver el problema una vez que la crisis estalló, y no fue capaz de lograrlo.

El suicidio significa un debate moral interior. Representa para la cultura occidental por un lado la posibilidad de escapar pero también la pesada carga de dejar este mundo de una forma bochornosa, sobre todo para la familia. Significa que no se fue capaz de completar una tarea que fue encomendada. Es el resultado de un rompimiento entre la expectativa y el producto final. Para el primer hombre pudo representar una oportunidad para no pasar encerrado en la cárcel por años. Para el segundo más un escape de la presión que significó que el apoyo gubernamental no fye suficiente para sacar a la empresa de la bancarrota.

Es una mala noticia para el sistema financiero pero sobre todo para el sistema humano, si es que existe algo así como un esquema de intercambio del estado de ánimo de la sociedad. La muerte de este hombre representa en cierta forma una derrota para nuestro sistema social. La radicalización del valor del dinero por encima de cualquier otro valor, la adoración del esquema de éxitos y fracasos en el que nos hemos enfrascado sin posibilidad de salir. Más siempre es mejor.

En las noticias pasará como la muerte de un hombre, nada más. En nuestras conciencias debe representar algo más. La monetarización de nuestro estado de ánimo y la posibilidad de que un problema económico sea más valioso que nuestra propia vida deben ser malas noticias para nuestra cultura. La crisis financiera de 2009 es precisamente eso: una crisis cultural más que económica y este suicidio sólo una más de sus representaciones.

abril 19, 2009

Un cuento de elefantes

José Saramago había fallado en su última entrega. Las intermitencias de la muerte es una buena historia pero no una digna de un premio Nobel. Ahora nos sorprende con el viaje de un elefante desde Lisboa hasta Viena que arranca sonrisas y lamentos propios de una historia digna de recordarse y releerse.

"El viaje del elefante" reúne la historia de varios personajes muy interesantes y dignos de atención. En primer lugar por supuesto un paquidermo a quien le importa poco la sociedad humana (no la entiende así como nosotros no entendemos la vida y pensamiento de los elefantes, según nos confiesa el autor portugués), pero es capaz de entender la importancia que tienen para los hombres los milagros y las hazañas memorables. Así va por el trayecto repartiendo hechos sorprendentes que arrancan aplausos y admiración de quienes coinciden en su camino. También está el cornaca que toda la vida del elefante lo ha acompañado y enseñado algunos trucos. Amigos inseparables que van construyendo la historia poco a poco. En cierta forma el cornaca se convierte en la voz y en los oídos de Salomón (el nombre del paquidermo, que luego es cambiado a Solimán en otra parte de la historia). Nos acompañan en pequeñas porciones de la historia el rey de Portugal y su esposa, el comandante encargado de la seguridad de la comisión que viaja a España a entregar el elefante en primera instancia, luego la comitiva del archiduque Maximiliano II de Austria, así como la iglesia a través de sus sacerdotes y parroquianos que a lo largo y ancho de la historia van pidiendo de manera más o menos caprichosa la intervención de Salomón para resolver problemas mundanos y sobre todo la falta de fe que comienza a generalizarse tras la aparición de Lutero y su iglesia protestante.

Algo que llama la atención es la capacidad de asombro que sigue regalándonos Saramago. No se trata de una simple historia de un elefante que podría ser algo tan simple que ni siquiera merezca la atención de un autor, menos de sus lectores. Se trata de esa habilidad para transportarnos a la mente de personas que en su vida habían visto un animal de las dimensiones y forma del elefante Salomón. Es también la recreación de las conversaciones, el encuentro entre el pasado y el presente donde tenemos problemas para entender lo que significa una legua, o lo que para ellos significaría la comunicación satelital (en una conversación memorable entre el comandante portugués y aquél que tiene a su cargo palomas mensajeras "¿cree que algún día vayamos a poder ver comunicación por el aire sin necesidad de palomas?, difícil imaginarlo").

Lo mejor es sin embargo esa humanidad que a través de sus libros Saramago nos sigue brindando. Lo absurdo del ser humano a través de las ceremonias y los formalismos, pero a la vez lo obligados que estamos a seguir con las solemnidades que de alguna u otra forma todos esperan de nosotros a pesar de que todos coincidamos sin decirlo que resultan tontas. Todo se conjuga para recordarnos los mejores años de este autor, lo que nos hizo considerarlo uno de los mejores novelistas que haya visto nuestra época. Dicen que puede tratarse de su último libro, sería una forma digna de despedirse, con lo mejor que sabe hacer y de la forma que mejor lo sabe hacer.

* Saramago, José (2008) El viaje del elefante. Editorial Alfaguara.

abril 15, 2009

Fetichismo Mexicano

Cuando escucho el reclamo de la embajada mexicana contra Burger King por la osadía de vestir a un actor con nuestra bandera no puedo dejar de pensar en todas las otras experiencias que tenemos en torno a nuestro amor por los objetos, especialmente cuando se trata de religión y patriotismo.

La cultura mexicana se caracteriza por ese amor a los objetos, no tanto a lo que deberían representar. Amamos no a un dios sino a la figura que lo representa. Cargamos con pendientes e imágenes en nuestras carteras y bolsas. Adoramos la bandera como un objeto inviolable, nos llenamos de orgullo ante los elementos que conforman nuestra supuesta identidad y pasión.

Si tan sólo fuéramos así de amorosos y defensores de nuestros valores como lo somos actualmente con nuestros objetos este país sería otro. En cambio podemos ver a nuestro país humillado por bandas de narcotraficantes y contrabandistas, podemos pensar que la ley está hecha para los que quieran respetarla (los tontos que no saben cómo violarla), podemos ver a políticos burlarse de nosotros y una y otra vez y seguimos votando por los mismos ladrones o sus hijos (políticos o naturales).

Nuestra religión se convierte en repetir incesantemente aves marías y padres nuestros pero nos importa poco si buscamos cumplir con los objetivos de esa iglesia (cualquiera que usted, amable lector, profese). Podemos ver la opulencia y el descaro en cada rincón de esos templos mientras nos hablan de humildad y caridad, con sus muy rescatables excepciones por supuesto.

Nuestra concepción del mundo está compuesta por objetos pero desprendida de una manera extraña del significado que debería tener. La hipocresía se vuelve tan evidente cuando hacemos estos reclamos que parecen no tener mayor trascendencia, mientras que con los problemas verdaderamente graves sí podemos convivir como si nada estuviera pasando.

Religión y amor a la patria sólo dos ejemplos, pero los podríamos ver en muchos otros lados que ahora no tengo el ánimo de mencionar. Ustedes busquen sus propios ejemplos en sus carteras y bolsas de mano. Fetichismo, pues. No hay otra forma de llamarlo.

abril 07, 2009

Agua

Varios autores lo llamaron "las guerras del futuro", lo que nos espera, "cuando el destino nos alcance". Bueno, todo eso se acabó. Si teníamos duda y queríamos generar especulaciones alrededor de cuándo empezaríamos a sufrir los primeros problemas de agua, hay dos noticias alarmantes en nuestro país que coincidieron en esta semana.

Por un lado se anunció que 137 colonias del Distrito Federal no tendrían agua del jueves al domingo de la primera semana de abril. Por el otro, se anunció que el abasto de agua para la zona metropolitana de Monterrey nos alcanzará cuando mucho para cinco años más antes de comenzar a tener problemas sistémicos.

Mientras la agenda en los foros mundiales sigue siendo financiera, el agua sigue siendo el riesgo del que nadie quiere hablar. Y es que no tenemos idea del impacto que esto puede tener para nuestra vida. Una cosa es cerrar nuestro automóvil para siempre y guardarlo en el laberinto de las cosas chuscas que alguna vez usamos cuando se nos acabe el petróleo, y otra muy diferente es mirar un garrafón vacío ¿Qué vamos a hacer cuando el agua comience a ser un lujo?

Cuatro días es lo que físicamente podemos sobrevivir sin agua. Es un margen muy estrecho como para dejarlo al juego político que le espera durante este siglo.

Algunos pensadores han sostenido que una solución es su privatización. La mayoría de las empresas distribuidoras de agua son públicas y por tanto ineficientes, dicen. Al privatizar la distribución (no el recurso aunque para efectos prácticos es lo mismo), entonces tendremos un reparto más eficiente y una subasta por un bien del que dependemos para sobrevivir. Muy peligroso cuando se vuelva escaso, como ejemplo basta ver el caso en La Paz Bolivia y la guerra civil en que se tornó ese problema hace algunos años con la salida forzada de Sánchez de Lozada . Otras soluciones apuestan más a la desalinización y procesos de tratamiento de aguas más eficientes. Probablemente en la medida en que esto se vuelva más una realidad y menos una especulación catastrofista se comenzarán a tomar medidas más concretas.

El problema con el problema del agua es que en realidad no lo consideramos tal. Tuvimos que ver las catástrofes producto del cambio climático para comenzar a hablar de ese problema. Tal vez tendremos que ver a naciones enteras morir de sed (o de guerras producto de la sed) antes de reaccionar. Tal vez es nuestra naturaleza. Aún hoy sigo escuchando voces a mi alrededor que consideran esto como un hecho aislado. Aún hoy sigo viendo a empresas regiomontanas que usan millones de litros de agua diarios sólo para enfriar sus estructuras y proferir el insulto a la inteligencia aquél de que al fin el agua sólo se está evaporando, como si la asociación con los químicos derivados de esos procesos se quedaran felizmente en la tierra mientras el agua se va a al cielo.

El problema también tiene que ver con la sobrepoblación. Se espera que para 2030 seamos 9 mil millones de personas, contra los 6,500 millones que somos hoy. Cada persona necesita una determinada cantidad de agua y ésta no puede reincorporarse al ciclo hídrico.

Hoy Iztapalapa se seca mientras otras decenas de colonias se quedan a la espera de la siguiente oportunidad que tengan para abrir un grifo y recibir de ella agua como se daba por hecho hasta hace poco. Hoy no. Lo peor es que sigo sin ver en las reuniones del G-20 al agua como tema central. Tendremos que esperar otra década de desperdicio antes de hacer algo.

Lujambio

La llegada del hombre fuerte del ITAM a la SEP nos da varias señales interesantes/preocupantes. Primero, se confirma la tendencia a poner incondicionales más que expertos; segundo, se pone en tela de juicio la autonomía del IFAI innecesariamente; tercero y éste positivo, se cancela la posibilidad de que un personaje como Romero Hicks llegue a ser titular de una dependencia tan importante para nuestro futuro, aunque se mantiene en otra muy sensible: el CONACYT.

Es importante recordar de donde proviene Felipe Calderón. Sus estudios de Economía en el ITAM ya le han salido muy bien recuperados por partida doble a esa casa de estudios. Georgina Kessel y ahora Lujambio han sido profesores ahí. A diferencia de Vicente Fox que puso en su gabinete personas cercanas al Tec de Monterrey, Calderón le apuesta a su contraparte en la Ciudad de México. En el caso de la secretaria de energía, la decisión ha sido totalmente acertada. Veremos cómo se desempeña Lujambio en una oficina que para nada será tan tranquila como ha sido la SENER para la doctora.

Esta historia la podríamos llamar la crónica de los ratones. La salida de personajes del gabinete se ha visto complementada por la entrada de incondicionales, no necesariamente grandes en las áreas que les competen. Lo que en un principio fue pago de favores (como el caso de Ramírez Acuña en SEGOB o Roberto Campa en el Sistema Nacional de Seguridad Pública), ahora se ha vuelto un desfile de enanos con larga amistad hacia el presidente. Así fue la llegada de Ernesto Cordero a la SEDESOL, de Gerardo Ruiz Mateos a la Secretaría de Economía y de Juan Molinar Horcasitas a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. En los tres casos podemos percatarnos que su único mérito ha sido su relación con Calderón y no alguna credencial que los pueda acreditar como buenos titulares de sus respectivas oficinas. Tal vez la excepción podría ser este último quien demostró una buena capacidad de negociación con la aprobación de la reforma del ISSSTE. Lujambio tendrá que demostrar capacidad en un área que nunca ha sido su especialidad, y con el gremio más fuerte en su contra (aunque hasta el momento en que escribo este artículo [10:20 de la mañana del 7 de abril] no ha habido reacción de parte de Gordillo). Esperemos que no se trate de otra historia de ratones.

La parte más preocupante de este movimiento, y tal vez innecesaria como decía en un principio, ha sido la demostración (casi exhibición burda) de que los organismos autónomos siguen dependiendo peligrosamente del gobierno federal. Como si no hubiera quedado duda ante la llegada de los consejeros del IFE el año pasado, un nuevo despliegue de poder queda en evidencia ante la llegada del titular del organismo de transparencia supuestamente autónomo a una de las oficinas más importantes del gobierno federal ¿Para qué? ¿Cuál era la necesidad de hacer algo así y golpear a uno de los organismos que había mantenido suficiente respeto de parte de la comunidad académica y la sociedad civil? Lujambio se había caracterizado por una peligrosa simpatía hacia el presidente, especialmente en asuntos concernientes a la Procuraduría General de la República y su información reservada. El mejor aliado de Medina Mora había sido Lujambio frente a los recursos de revisión ciudadanos. Cosa aparte otros comisionados como Juan Pablo Guerrero Amparán que merece mención especial por su valentía y disposición hacia los valores y objetivos del IFAI. Este movimiento puede verse como algo que puede convertirse en un cuestionamiento al organismo cuando lo que menos necesitamos son más ejemplos de sumisión de estas instituciones al gobierno y a los poderes fácticos.

Como corolario no puedo dejar de mencionar el acierto que sin duda significa que alguien como Juan Carlos Romero Hicks no haya llegado a la SEP como se había rumorado en un principio ante la posibilidad de que Josefina Vázquez Mota dejara esa oficina. Un títere del Yunque y con ese pobre desempeño en el CONACYT no merece más que una despedida deshonrosa del gabinete de Calderón. Nada más recordar que en su administración el presupuesto a ese Consejo se redujo drásticamente en un 70% para 2009 al mismo tiempo que en el rubro de seguridad aumentó más de 40%. Nada más ahí se puede ver la filosofía de este presidente y su grupo ¿Alguno de ustedes vio a Romero Hicks lanzando alguna queja, siquiera extrañamiento por la decisión de Hacienda? Yo no. 

abril 03, 2009

¿Cambio de 360 grados a la seguridad?

"Yo impulsaría un cambio de 360 grados para, por un lado, recuperar espacios públicos y por el otro disminuir la desigualdad social"

Rodrigo Medina, 3 de abril de 2009
Candidato a gobernador de Nuevo León por el PRI
Milenio Diario

abril 02, 2009

Guerra psicológica

Primero fue la nota de que habían sido destruidas varias capillas de la Santa Muerte en los alrededores de Nuevo Laredo, luego las capturas de varios hijos de prominentes narcotraficantes de nuestro país. Parece que la estrategia del Gobierno Federal y del Ejército Mexicano se ha modificado: ahora van por el corazón.

Uno de los elementos de mayor peligrosidad de enfrentar al crimen organizado es descubrir que cuentan con una base social que les permite sentirse identificados y populares. Son admirados por niños, respetados por jóvenes, adulados por gobiernos y policías municipales, temidos por caciques y amados por la población donde residen. Normalmente se esconden en las serranías donde la policía tiene escaso acceso so pena de perder la vida. Otro de estos elementos es que todo el dinero que poseen no les es suficiente para ser reconocidos, sino que todo ese amor deben comprarlo, y para ello realizan actos de beneficencia con la iglesia local, rifas para los policías municipales cuando se acercan las fechas navideñas (en algunos municipios rurales de Nuevo León esto ya es una tradición incluso esperada por los agentes del orden para poder reemplazar su viejo refrigerador con un poco de suerte), o a través del apoyo económico a cualquiera que caiga en desgracia. Por supuesto que se han desarrollado una serie de grupos de delincuentes a los que les tiene sin cuidado este respeto y buscan convertirse en extorsionadores, en lo peor de lo peor en que puede caer un ser humano que es acabar con la vida de un familiar inocente. No es objetivo de este escrito hablar de esos personajes infames que ni eso merecen.

Este reconocimiento del que les hablaba lo requieren para sentirse parte de una sociedad que con justa razón los rechaza. A base de donaciones y ayudas buscan encontrar una sonrisa y una protección que no podrían encontrar de manera automática. Los hijos de estos narcotraficantes con mayor razón han buscado deslindarse del viejo estereotipo de sus padres y familiares y procurarse una vida de millonarios de abolengo que no merecen por lo sucio del origen de su dinero. Ya no viven en Sinaloa o en Chihuahua en los ranchos donde podrían vivir mejor protegidos. En cambio se han mudado a Las Lomas o a Polanco en la Ciudad de México. Ahí han sido capturados dos hijos de importantes narcotraficantes en las últimas semanas, el Vicentillo de la familia Zambada y apenas el pasado jueves a Vicente Carrillo Leyva, de la familia Carrillo Fuentes.

Podríamos comenzar a hablar sobre la obvia red de protección que el Gobierno del Distrito Federal desplegó para las familias de los más importantes capos de la droga. Si tenían la oportunidad de placearse y correr en parques a plena luz del día quiere decir que con alguien tenían un acuerdo de protección, y que ese acuerdo fue traicionado. También podríamos mencionar que la estrategia de las recompensas está teniendo un éxito rotundo pues ya van varias cabezas que han rodado desde el anuncio de los millonarios premios. La estructura de protección parece estarse resquebrajando y esas son buenas noticias.

No hay mayor dolor para un padre que ver en desgracia a su hijo. La estrategia parece ir en ese sentido y lo que se espera seguramente es que la respuesta sea torpe y precipitada. Un padre lastimado en su círculo más interno cometerá errores y será presa fácil para el Ejército. Irónicamente se parece a la estrategia que algunos grupos del crimen organizado están utilizando contra familias pudientes, reteniendo y lastimado a familiares para obligarlos a actuar de alguna manera.

La destrucción de las imágenes de devoción de pistoleros y transportistas de la droga es una estrategia peligrosa pero audaz. Atacar las emociones desorienta al enemigo y lo hace moverse sin plan. Parece que finalmente la inteligencia mexicana comienza a aglutinarse. La llegada de importantes cabezas a los órganos consultivos de seguridad e inteligencia parece estar rindiendo frutos. Nos corresponde a nosotros como sociedad hacer nuestra parte. Repudiar cualquier cosa que huela a ilegalidad aunque se trate de viejos amigos y vecinos que no se meten con nadie es un buen inicio. Nosotros también debemos ser un activo importante de la guerra psicológica.

Las divas

Reclamarle a los partidos se vuelve insuficiente. Se parece al ladrido de los viejos perros que hacen a sus amos cada vez que salen de la casa sin razón aparente para luego volver después de varias horas.

Se creen dueños de un botín que ya les pertenece por derecho divino, y ni quien ose reclamarles sobre lo que reciben de regalo cada año porque se vuelven las fieras más desalmadas habidas por la tierra. Tenemos el caso de los que son multados y que tienen la capacidad de mandar quitar a quienes los castigaron en primera instancia. También aquellos que se sienten ya con tanta gracia que se permiten el juego chusco de salir en videos en la red reclamando atención, como si no tuvieran ya suficiente con los minutos interminables que tenemos que escucharlos. Los hay también que se venden como si esto de la conciencia ciudadana pudiera tener precio. Y qué decir de aquellos que toman a la ligera el asunto de los ciudadanos, molesto trámite trianual en donde fingen amor cuando sólo les causamos lástima y un poco de risa burlona.

Nos encontramos en un punto lamentable de nuestra democracia. La consolidación partidocrática ha traído la peor parte de sus prácticas. El cinismo se ha vuelto su mejor carta. Se pasean por las plazas con sus mejores plumas y con sus peores formas. Andan como si el mundo les debiera algo. Los reporteros los siguen para tomarles la siguiente declaración chusca que aparecerá probablemente como primera plana en el diario de la mañana siguiente.

Indispensables. Si con una palabra tuviera que definir su sentimiento hacia el mundo, así se muestran. No podríamos vivir sin ellos. El artículo 41 así lo establece claramente. Sólo a través de ellos es que podemos concebir nuestros derechos políticos. Todo lo demás no es. Fuera de nosotros, parecen decir, ustedes son una mentira, una falacia, apenas un murmullo. La ciudadanía se vuelve un llamado a misa. Voltean a mirarnos cuando necesitan hacerse escuchar. Ustedes la sociedad, aquella dama impoluta que los domingos es visitada después de haber pasado horas en cantinas y casas de citas.

¿Cuándo será el día de los ciudadanos? ¿Cuándo tendremos que dejar de escuchar y hablar a través de ellos?