agosto 25, 2011

Vómito social

Los medios finalmente son sólo eso, medios. Culpar a redes sociales por la proliferación de campañas de odio contra personas o personajes en particular es no percatarse que lo que se encuentra detrás es un profundo rencor nacional.

Los Trending Topics en México son una verdadera revelación de nuestra naturaleza, ya sea que se trate de la última estupidez inventada contra Ninel Conde, la lucha entre fans de Justin Bieber y Danna Paola, las reacciones contra el conductor de radio que agredió verbalmente a los ciclistas, o ahora en estos últimos días contra las “Ladies de Polanco” ¿Qué tienen en común? Sin duda personas que merecen nuestro desprecio, sí. Pero también que nuestras reacciones, ya sean a través de burlas, chistes, bromas, o de plano agresiones contra su persona, rebasan en mucho la acción inicial, ya sea por frecuencia o intensidad de las reacciones.

¿Por qué sucede esto? La primera razón que se me viene a la mente es la cobardía y la comodidad que brinda Twitter para lanzar ataques y esconderse detrás de la multitud. Agresiones tumultuarias en donde difícilmente se encontrará a un responsable. Otra razón, me queda claro que una enfermedad que como nación hemos venido arrastrando, suma de frustraciones, envidias y odios infundados, inseguridades y complejos de inferioridad. Desconozco si estas situaciones se están dando en otras partes del mundo, pero seguro son consecuencia de un lamentable estado psíquico del país.

La reproducción de las agresiones comienza como un llamado de conciencia contra individuos que se pasan de la raya, que abusan de su posición para agredir a un grupo o persona, que deben ser llamados a la atención pública pero ¿en qué momento eso se convierte en un linchamiento público sin control y sin proporción al daño? ¿En qué momento nos sentimos con el derecho de despedazar reputaciones en las redes sociales sin ninguna consecuencia?

Creo que estas reflexiones podrían ser mejor respondidas por un psiquiatra social, pero las llamo a su atención por lo preocupantes que para mí resultan ¿En qué momento deja de ser un espacio de crítica social y se convierte en una bolsa de nuestras propias frustraciones y odios? He ahí lo que de nuestra naturaleza estamos mostrando y que sin ninguna vergüenza presumimos a la comunidad virtual.

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