enero 29, 2010

El gobierno haciendo la chamba del partido

Nos encontramos en una batalla ideológica como hacía mucho no teníamos en nuestro país. La severidad del autoritarismo hegemónico en el que vivimos durante el priísmo hizo que nuestra sociedad se enfocara irremediablemente en un enemigo en común, que era el propio sistema. Desde religiosos de derecha hasta guerrilleros de izquierda querían derrocar al poder, establecer las reglas mínimas de convivencia, para luego eventualmente aspirar a desarrollar la agenda política de cada grupo.

Parece que ya hemos llegado a ese segundo punto donde cada uno de los grupos comienza a apuntar su artillería no contra el sistema, sino contra el grupo ideológicamente opuesto. Estamos teniendo debates muy nutridos en aspectos económicos, de rumbo de país, de tipo de sociedad (qué tan tolerante o tradicional queremos como nación), entre otros. Esto es de celebrarse, pues finalmente estamos disfrutando la democracia en todo su esplendor, al menos en el ámbito del intercambio de ideas y de la deliberación pública.

Es natural que el gobierno al provenir de un partido (y por tanto de una ideología) defienda algunos asuntos en estos debates. Es evidente que en el plano social el PAN ha entrado de lleno para defender la familia tradicional. Tiene lógica, es su agenda y son los grupos que normalmente han apoyado a este partido para llegar al poder y ejercerlo como lo hacen. Es natural pensar que el PAN estará en contra de iniciativas de la izquierda mexicana como la libertad de decidir sobre la terminación de un embarazo, o sobre la posibilidad de adopción por parte de parejas del mismo sexo. También es natural que sus políticos y funcionarios públicos defiendan lo que creen es correcto, y qué visión tienen de nuestra sociedad.

Hay dos ejemplos, sin embargo, donde de la opinión se está llevando a acciones que no corresponderían al gobierno defender, al menos no con los recursos de todos los mexicanos. Una cosa es opinar y otra muy diferente es iniciar procesos de inconstitucionalidad por asuntos meramente ideológicos. Es el caso en que la Comisión Nacional de Derechos Humanos intentó el año pasado en contra de la iniciativa por el derecho a decidir de las mujeres en el DF, y el de la PGR intentando un proceso contra la iniciativa para la opción de adoptar menores por parte de parejas homosexuales.

Repito, es utilizar los recursos de todos los mexicanos para defender asuntos que le conciernen o preocupan sólo a un sector de la sociedad. Cuando el partido se erige gobierno, jura representar y defender a toda la nación, no sólo a los que votaron por ellos. Los recursos de inconstitucionalidad cuestan, y cuestan mucho dinero. Dinero que podría utilizarse de manera más provechosa, como por ejemplo persiguiendo, encontrando y encarcelando a tantos capos de la droga que se pasean cínicamente por pueblos y rancherías al norte del país, y en sus narices cuando van y disparan contra futbolistas.

Le corresponderá a la Suprema Corte dirimir este asunto, donde seguramente fallará (como lo ha hecho ya en repetidas ocasiones cada vez que el PAN y sus ideólogos intentan derribar reformas en el DF) en contra del recurso de inconstitucionalidad. No hay artículo de la Constitución que se esté violando en esta reforma, por donde le busquen. En ningún punto de la Constitución se establece que el mexicano tiene derecho a una familia tradicional compuesta de un hombre y una mujer. Busquen y verán.

Bienvenido el debate ideológico, nos hace falta mucha y muy profunda reflexión en tantos asuntos que dejamos pendientes por enfocarnos en derrocar al dinosaurio. Pero que se dé en los ámbitos y espacios que para eso han sido destinados.


 

enero 26, 2010

Pésimos intelectuales

La semana pasada se confirmó la intención de PAN y PRD para contender a algunas elecciones locales en alianza contra el PRI, y lo primero que hizo Beatriz Paredes al tomar la tribuna en el Foro para la Reforma Política es hacerle saber al presidente que nada pasará en las Cámaras. Bueno, esa actitud infantil ya la hemos visto antes en los políticos pero, ¿y los intelectuales?

El lunes y martes pudimos ver uno a uno a nuestros expertos en el tema de reformas a regímenes políticos, aquellos que tienen ya más de una década dando a conocer su "decálogo" revisado y mejorado. Lo que pudimos presenciar no fue un grupo de trabajo sino un lamentable desfile de egos con una muy buena dosis de soberbia y frustración.

Cada personaje que habló en la tribuna fue a defender su fórmula mágica. Que si son dos periodos en lugar de uno, que si reducimos en 100 legisladores en lugar de 200, que si la segunda vuelta causará peligrosas consecuencias porque polarizaremos al país, que si la movemos un poco a la receta dada por ellos mismos todo lo demás resultará terriblemente desastroso, ¡Que si las candidaturas independientes sólo servirán para que la ultraderecha se apodere del país! Basta por favor.

Reconocer su experiencia en el área no quiere decir que tengamos que tragarnos su egocentrismo desmedido. Que este foro sirva para una reflexión seria y no como una pasarela para demostrar cuánto saben de fórmulas de ingeniería constitucional.

A final de cuentas, lo más lamentable será que la clase intelectual sólo sirva como carne de cañón para derribar una muy buena iniciativa presidencial. Todas las propuestas son perfectibles, lástima que estemos aprovechando la ocasión para practicar nuestro deporte favorito como mexicanos. O para decirlo todavía más claro: no por pararse ahí a decir que todo está mal en la propuesta ustedes serán más respetados. Al menos no por mí.


 

enero 20, 2010

Tejido

La agresión contra una iglesia en Escobedo con pintas satánicas nos debe alarmar sobremanera. No se trata únicamente de un acto vandálico, sino que puede encerrar algunas reflexiones dignas de atención por parte de nuestra ciudad.

Si pensamos en la sociedad como un tejido entre individuos y grupos, el problema de estos ataques contra instituciones-pegamento como puede ser una parroquia en una colonia (desde las marginadas hasta las más opulentas), es que no sólo afectan a los religiosos, sino a todo el grupo que ahí se congregue. Podríamos medir qué tanta fuerza centrípeta (fuerza que viene de los alrededores hacia el centro) hay en cada uno de estos lugares: familias, parroquias, juntas vecinales, clubes deportivos, etcétera ¿Por qué un ataque contra esta iglesia? ¿Quién puede estar interesado en hacerlo?

En Monterrey y su área metropolitana funcionan esencialmente dos tipos de instituciones-pegamento: los clubes de fútbol y las iglesias. Podrá haber otros que sin duda ejercen una fuerte amalgama, pero estos no se reproducen sistemáticamente en toda la ciudad. Futbolistas jugando los sábados y domingos, y fieles creyentes los hay por toda la geografía regiomontana.

Atacar uno de estos símbolos tiene por lo tanto una doble connotación. Por un lado está el asunto evidente de un ataque no sólo a un edificio, sino a una religión. Las pintas muestran un desprecio casi caricaturesco hacia la religión católica. Símbolos satánicos pintados en las paredes parecen más una burla que un verdadero intento de ataque contra las creencias de muchos de los regiomontanos (o al menos quienes asisten regularmente a esa capilla). Sin embargo por el otro lado está también presente una agresión mucho más peligrosa. Se trata de un síntoma grave de desesperación. El mensaje explícito en uno de los rayones indica "¿dónde ha estado Jesús cuando lo necesitas?" ¿Qué significa una anotación de este tipo para un regiomontano promedio? ¿Cuánto de reflexión hay en esa expresión? La desesperanza de una situación tan crítica como la que estamos viviendo en esta ciudad genera actitudes de frustración que tienden a ser acumulativas y cada vez más explosivas.

Repito, no se trata de un ataque a una iglesia en particular, sino a un estado pasivo de la sociedad. La iglesia por lo tanto no viene a representar más que a un pegamento que tal vez ya no está teniendo tanta fuerza como lo solía tener. Una sociedad sin pegamento tenderá fácilmente a perder su tejido que le permite soportar precisamente los embates económicos y sociales asociados a una crisis económica como la que hoy vivimos, y sobre todo a los intentos del crimen organizado por desarticularnos como sociedad y apoderarse de nosotros completamente.

Puede tratarse de un juego y un simple robo. Pero revisando con detalle la psicología detrás de quien apuntó ese aerosol contra las paredes de la iglesia en Escobedo, podríamos preguntarnos ¿estamos haciendo lo suficiente para mantenernos entretejidos como sociedad?

enero 14, 2010

Haití

¿Qué pudo hacer mal un país para recibir tantas desgracias en tan poco tiempo? ¿Cómo se puede concebir algo de justicia divina cuando al país más devastado del continente le sucede un desastre de este tamaño?

Hace unos días una amiga me comentaba en relación con la próxima muerte de una muy querida señora, que las pérdidas de este tipo funcionan para unir familias, olvidar peleas, en fin, hacer que las personas recuerden qué es lo que los hace estar cerca unos de los otros.

¿Qué cosas buenas podemos rescatar de una crisis como la que seguramente veremos crudamente en los próximos días, cuando escaseé el agua y el instinto de sobrevivencia reclame en cada individuo olvidar el contrato social? Sin duda la hermandad mundial que nuevamente se ha visto pronta e incondicional.

Que la necesidad de los haitianos sirva para unirnos en torno a una desgracia, pero que no quede sólo ahí, sino también nos haga reflexionar sobre las diferencias que como pueblos latinoamericanos hemos tenido históricamente ¿Vale la pena seguirlas venerando?

enero 12, 2010

Orgullo regio

Ayer charlaba con un colega en potencia (alumno de Ciencia Política), sobre el amor a Monterrey. Para cualquier regio orgulloso, el campeonato sigue siendo motivo para dedicarle un par de minutos con sus interlocutores. Al mismo tiempo que lo decía, miraba en mi monitor el anuncio de la venta de Cervecería a la empresa holandesa. Le pregunté si esto no afectaría su amor por los Rayados, fuertemente patrocinados por Carta Blanca. Luego hablamos del odio hacia los chilangos que algunos regios aún presumen, y finalmente sobre los factores que determinan la cultura de un lugar.

Me quedé pensando qué es lo que hace que un oriundo ame a su tierra ¿son sus empresas? ¿sus símbolos? ¿su subcultura?¿Estará el orgullo regio intocable después de que caiga Vitro? ¿Y con las que siguen? Creo que al final uno ama un lugar por los recuerdos. Sólo espero que en el presente sigamos sembrando los recuerdos de los del futuro, o no habrá mucho más qué recordar (y amar) en estas tierras.

enero 11, 2010

El frasco del redondeo: Día 1

Voy a hacer un experimento que puede ser de su interés, por eso me atrevo a publicarlo acá. A partir de ayer comencé a recolectar todos los centavos que normalmente "redondeo" en negocios que me lo piden.

Veré cuánto en realidad se están quedando estas compañías, al menos por mi persona.

Ayer rescaté los primeros 50 centavos, que hoy lucen muy tristes y solos en este frasco.

Los mantengo al tanto.

Caín

En vacaciones hasta los políticos desaparecen. Por algo han de decir que es época de felicidad y buenos deseos. Tal como ellos, elegí alejarme de los asuntos públicos temporalmente (como si eso fuera posible), y me concentré en los gustos personales. Y cuando de mi persona se trata, Saramago es uno de mis favoritos.

Enterarme que había publicado un nuevo título sobre la Biblia fue más que suficiente para ir a comprarlo. Con los antecedentes del Evangelio según Jesucristo había suficiente para suponer que sería una buena obra, más con la censura que había lanzado el Vaticano contra el portugués.

Caín reúne la vida del hermano que mata a Abel, y sin embargo no se acaba ahí. Montado en un burro que lo acompañará por toda una aventura épica, el hombre maldito por Dios con una marca en la frente irá recorriendo algunos de los momentos más importantes del Antiguo Testamento. La clave está no sólo en el camino, sino en las interpretaciones que va haciendo Caín/Saramago sobre la voluntad de Dios, sobre su afán por la crueldad, su cinismo al decidir sobre la vida y muerte de quienes más lo adoran, y que él les paga con más dolor, sólo para probar el gran amor que le tienen.

En la misma tesitura que ha hecho a Saramago uno de los mejores escritores de la transición entre siglos, Caín revuelve muchas de las creencias y supuestos sobre el Dios que adoran católicos y judíos, y las expone al juicio social de una cultura supuestamente mucho más avanzada que aquella que recibió la Biblia ¿Qué opina un intelectual del siglo 21 sobre la misoginia, la crueldad y la barbarie de un Dios que no ha hecho más que jugar con su creación una y otra vez? ¿Qué tan bien parado queda si juzgamos aquellos hechos bajo la vara moral y ética de nuestra época?

Sin duda un excelente escrito tanto para creyentes como para críticos. El valor de la obra no reside en el hecho histórico, sino en la profunda reflexión que realiza uno de los hombres más brillantes de nuestra época. La mejor manera de hacer crecer a una religión es cuestionándola, y por supuesto que la mejor manera de destruirla es aceptando como dogmas todos sus valores.