septiembre 30, 2009

Las comisiones: de lo predecible a lo lamentable

Hubo varios momentos interesantes durante la repartición de comisiones la noche del 29 de septiembre en San Lázaro. Hubo más de lo mismo, pero también algunas sorpresas.

Lo predecible tuvo que ver con el reparto del poder. Era evidente que la proporción del voto se vería reflejado no sólo en el número de comisiones que recibirían, sino también en cuáles comisiones representarían. El PRI se lleva 20 comisiones de 44 existentes, el PAN 12 y el PRD a 6. Entendible que le dieran al PRD la comisión de la Auditoría Superior de la Federación y probablemente también muy entendible que Economía se la dieran a Ildefonso Guajardo del PRI: la idea aquí será un estricto control a Ruiz Mateos. Interesante pero no en la línea de lo sorpresivo fue que le dieran a Javier Corral la presidencia de Gobernación.

Sorpresivo fue que el PAN se llevara Hacienda y la del DF a pesar del enojo de Encinas. También sorpresivo que no le dieran la de Educación a Reyes Tamez, lo que puede leerse como un mensaje para Elba Esther Gordillo y su intento por controlar todo el espectro de la educación en México. No sé quién sea Padilla del PRI. Lo sorpresivo no fue que se la ofrecieran, sino que Porfirio Muñoz Ledo aceptara la titularidad de la comisión de Relaciones Exteriores cuando hubiera podido estar en mucha mayor comodidad en la comisión para la Reforma del Estado o en la misma comisión de Gobernación.

Finalmente lo lamentable de las discusiones de ayer puede ejemplificarse en un nombramiento. El Partido Vede Ecologista de México que recibió el amplio, abierto y cínico apoyo de Televisa tanto en sus campañas como en los espacios de televisión, radio y hasta revistas relacionadas con el corporativo, ha logrado la titularidad de la comisión de Radio, Televisión y Cinematografía, precisamente una de las comisiones que seguramente discutirán la reforma pendiente de las leyes de Radio y Televisión y Telecomunicaciones. Juan Gerardo Flores parece un diputado preparado en la materia tanto académicamente como por su experiencia. Me llama la atención únicamente el partido que se lleva la comisión, y las implicaciones que esto pueda tener para la imparcialidad de una de las comisiones con mayores compromisos para la democracia y para su futuro.

septiembre 25, 2009

El rating de la 61 legislatura

Corral, Fernández Noroña y Muñoz Ledo han hecho lo que pocos pensaron se podría lograr. La glosa del informe ha sido algo que en lo particular varios amigos me han comentado han seguido a través del Canal del Congreso ¿Qué ha hecho que el canal normalmente más aburrido de la programación de la televisión de paga en México de pronto se convierta en algo digno de nuestra atención?

He leído con atención las columnas de los mismos de siempre: irresponsables, salvajes, cómo es que los estamos manteniendo si sólo van a vociferar y a ser mandaderos y mensajeros del presidente legítimo. La verdad es que estos espectáculos debieron de haber sido parte del debate desde hace mucho tiempo. La glosa existe precisamente para eso, es cuando el Congreso tiene la responsabilidad de cuestionar las acciones del Ejecutivo ¿Queremos asambleas que sólo se dediquen a sonreír y asentir? Vaya espectáculo que eso sería. Los diputados tienen razón al quejarse, se trata precisamente de que los secretarios expliquen. Ante la opción de quedarse callados y tomar notas o responder, la mayoría han optado por una reacción más bien discreta. Habrá quienes les aplaudan ese comportamiento como "maduro y alto de miras". El autismo político yo no lo vería como algo positivo. Si existen reclamos es precisamente porque el desempeño de las diferentes dependencias ha tenido faltas.

Yo no soy de los que optan por descalificar todo, o al menos en últimas ocasiones he procurado analizar desde diferentes perspectivas mi punto de vista antes de negarlo. Las secretarías y sus titulares han tenido sin duda avances pero también retrocesos. El punto es que por descalificar a los descalificadores, se pierde el sentido de la glosa ¿No podemos cuestionar a los secretarios? ¿No podemos pedir su renuncia si es que consideramos que no han hecho bien su trabajo? ¿En qué clase de democracia vivimos que creemos que cualquier exceso o levantamiento de voz es suficiente para que la prensa considere a los diputados como indignos del respeto de los mexicanos?

La valoración de nuestros diputados debe venir en otros aspectos, creo que es muy pronto para emitir juicios. Por lo pronto yo celebro que las glosas sean eso precisamente, y no ejercicios desatendidos e ignorados. No temamos al debate, ni siquiera si éste implica perder un poco el estilo. La democracia no está destinada para cuidar las formas, sino para resolver los problemas de nuestro país. Ya basta de hipocresías, señores.

septiembre 23, 2009

Estrategias para unir policías

Han llamado mi atención varios de los anuncios que ha hecho el gobernador electo Rodrigo Medina, pero ninguno como su llamado a crear una policía estatal única. No tanto por la idea pues es algo que se ha defendido en muchas ocasiones, sino por la posibilidad de que medios de comunicación, grupos de poder y autoridad hayan orquestado una campaña de desprestigio de tal tamaño contra policías municipales, que no hubiera opinión pública seria que se negara a la decisión.

Si comienzo a unir puntos resulta fácil determinar causa y efecto. Las primeras noticias de policías rebeldes contra el ejército surgieron a raíz de los llamados "tapacalles" hace un año. La posibilidad de que los policías estuvieran infiltrados por el crimen organizado era algo manejado en el rumor, pero los aseguramientos de cuarteles de policías municipales comenzaron en el segundo año de gestión de Calderón. La confianza y de prestigio hacia elementos policíacos municipales comenzó a ponerse en duda. Durante un bloqueo de la Avenida Bernardo Reyes por parte de policías municipales de Escobedo que casi termina en enfrentamiento entre policías municipales y federales, yo me pregunté qué tan legítimo era protestar por defender algo tan simple como el beneficio de la duda. En aquellos momentos se corrió como pólvora el sentimiento de que todas las policías municipales estaban infiltradas, y todos los elementos fueron condenados por la opinión pública sin siquiera darles la oportunidad de réplica.

Lo que en su momento llamó mi atención es que se hiciera esta campaña dirigida a los municipios y que nadie cuestionara la posibilidad de que policías estatales o federales (o el mismo ejército) estuvieran igualmente infiltrados. Jueces y agentes del ministerio público quedaron fuera del escrutinio del ejército y de la policía federal. Desde hace un año no hay persona o grupo que ponga en duda la tesis que nos vendieron desde el gobierno federal: policías municipales no han de confiarse pues han vendido sus placas al crimen organizado, cosa que no pongo en duda sino que me sorprende lo dirigido de la campaña y lo ausente de otras corporaciones igualmente vulnerables. Las declaraciones de Aldo Fasci en ese sentido iban de la mano con un sentimiento creciente en los medios de comunicación y opinión de que algo debía hacerse. La noticia de Medina en este sentido no tomó por sorpresa a nadie. Desaparecer las policías municipales para tener una sola estatal no sólo suena congruente, sino urgente.

Es interesante ver este ejercicio no sólo para entender cómo está funcionando la lógica del gobierno y de algunos grupos cupulares para empujar la agenda política (desprestigio, luego desaparición/fusión), sino también para pensar en las consecuencias del uso indiscriminado de lo que Norberto Bobbio llamó el poder ideológico ¿qué tanto estamos convencidos que las acciones del poder político se alinean con nuestros intereses particulares? Y una pregunta todavía más inquietante ¿qué tanto de lo que creemos que es positivo para nuestro bienestar en realidad es una manipulación de parte de los detentadores del poder, en cualquiera de sus variantes?


 

septiembre 17, 2009

El juicio ciudadano que no fue

Tuve oportunidad de platicar con Darío Dávila y Jorge Reza de Evolución Mexicana en el programa que conducimos unos colegas y yo en Radio UDEM una semana antes de que se realizara el juicio ciudadano contra el gobernador de Nuevo León. A las preguntas que les hice, sus respuestas me dejaron muy preocupado. El resultado lamentablemente lo probó: lo que pudo haber sido un hecho histórico para nuestra democracia, fue llevado al extremo mediático y abandonado a la suerte del chusco recuerdo.

El juicio ciudadano es una figura que puede ir de la mano de la protesta cuando no existen alternativas institucionales efectivas y operacionales. No tiene un trasfondo legal sino ético y moral como bien aclararon los invitados al programa. No tiene repercusiones ni consecuencias legales sino que es simplemente un llamado de atención (a los ciudadanos) ante dos hechos irrefutables: los excesos del gobierno que nos abandona literalmente en un par de semanas, y la falta de controles políticos y jurídicos efectivos sobre estos mismos actos. Constitucionalmente se cuenta con el juicio de procedencia como primer paso para retirar el fuero a un funcionario con sospecha de ser culpable de algún ilícito, sin embargo en la práctica ha sido poco y mal utilizado. La alternativa que plantea el grupo Evolución Mexicana era un hecho sin precedentes políticos en nuestro país.

El riesgo era evidente: linchamiento olía (apestaba) por todo el lugar. La objetividad del jurado ciudadano no se cuidó con detalle. Los invitados eran convocados por el mismo grupo ciudadano que actuaba como juez y parte. La "defensa" se enteró apenas cuatro días hábiles oficialmente de las acusaciones y nunca hubo un esfuerzo real por entablar comunicación con la parte acusada. El discurso de algunos de los miembros era especialmente sorprendente, pues parecía buscar más la confrontación que realmente una resolución ciudadana objetiva.

Pequeños detalles como haber mantenido la objetividad del proceso a través de plataformas universitarias o grupos ciudadanos de otros Estados de la República que no tuvieran un interés especial en la resolución (puedo pensar en el grupo que maneja Sergio Aguayo), o haber logrado una interacción con la autoridad de tal manera que efectivamente hubieran tenido tiempo para conocer las imputaciones y preparar su defensa, habría significado una diferencia enorme para el resultado y sobre todo para las reflexiones posteriores.

Estoy seguro que todos hemos aprendido de este primer esfuerzo, y realmente aplaudo que Evolución Mexicana haya comenzado un ejercicio noble de concientización ciudadana que mucha falta nos hace. Desafortunadamente detalles de forma le dieron al gobierno del Estado toda la oportunidad para deslindarse del ejercicio con total elegancia.

Darío me comentaba en el programa algo que me alegró: en el juicio habría delegaciones ciudadanas de otras partes de la república aprendiendo del proceso. Espero hayan tomado nota de los aciertos, pero sobre todo de los errores. Hay muchos otros candidatos a estos procesos en nuestro país.

septiembre 07, 2009

Un simple estudiante

Alejandro Ordaz era un mexicano haciendo su doctorado en España con un futuro prometedor por delante. Su proyecto iba encauzado a significar un impacto positivo para el campo de la Energía Renovable. Hoy es un delincuente prófugo buscado por la INTERPOL ¿Qué pasó de un momento a otro que cambió radicalmente su vida?

Repasemos los hechos que seguramente ya han leído en otras notas y editoriales. Un joven es abordado por dos policías en Madrid vestidos de civiles quienes confunden a Alejandro con un delincuente. Segunda confusión, Alejandro piensa que está siendo secuestrado y opone resistencia, al grado que hiere a uno de los policías con uno de los bastones que portan los oficiales. Ellos de cualquier forma logran someterlo y lo llevan a prisión. Las acusaciones incluyen intento de homicidio y la fiscalía pide 29 años. Al final es condenado a 8 años. El consulado mexicano presenta una inconformidad por los evidentes fallos en el proceso del juicio. El joven y su familia logran atraer la atención de los medios a través de redes sociales conocidas y finalmente por el apoyo del presidente de México Felipe Calderón. La sentencia es irrefutable aunque logran ponerlo en libertad condicional. Esta mañana se da a conocer que Alejandro decidió fugarse.

Algunos elementos que llaman la atención del caso tienen que ver sobre todo con el tufo a intolerancia cultural-racial ¿Hasta qué punto la suerte de Alejandro tuvo que ver con su origen mexicano, sobre todo en cuanto a "ser confundido con un criminal"? Otro elemento fue la lentitud de la reacción del Consulado Mexicano, que no fue hasta que tenía todos los medios de comunicación encima ante la evidente injusticia, que comenzó a moverse, tal vez demasiado tarde como para poder ayudar ante una sentencia ya resuelta por un juez.

Su escape representa lo peor de una historia que comenzó absurda y que ahora así se firma. Un hombre que tenía todo el futuro por delante, que toma la decisión de escapar ante lo confuso que resulta hacer las cosas bien. Leer sus cartas solicitando ayuda al presidente Calderón e intentando explicar la injusticia a la que estaba siendo víctima, ver la sordera de la justicia española, ver cómo los eventos iban acomodándose uno tras del otro sin haber escenarios positivos para Alejandro o para toda su familia y amigos que incansablemente estuvieron con él, todo eso sólo nos da muestras de lo fácil que puede resultar perder las nociones más simples de tranquilidad a las que cualquier ser humano aspira. Ahora él está prófugo y probablemente así estará algunos años. Su vida está deshecha pues donde intente aparecerse tendrá que ser inmediatamente extraditado ¿Cómo dos policías encubiertos pueden tener tal poder para destruir la vida de un prominente científico mexicano en formación? ¿En qué mundo vivimos que un estudiante de doctorado es perseguido por la INTERPOL mientras vemos a tantos otros rufianes impartir clases de impunidad desde parlamentos y tribunales (o Bolsas de Valores para actualizarnos con los últimos escándalos financieros), por todo el mundo?

Un simple estudiante es perseguido. El resto del mundo debería estar observando.

septiembre 05, 2009

Un libro y una lección

Mi padre es un hombre de pocos regaños. Cuando niño, recuerdo no más de una decena de ocasiones en que él tuvo que reprenderme, y cada una de ellas me dejó una lección que nunca olvidé. Una que recordaba esta tarde apenas tratando de adivinar cómo terminaría la historia del libro que ahora me ocupa, es aquélla de que no hay final que no valga la pena esperar a leer todo el libro.

Una ocasión en el comedor de nuestra casa en Ensenada me encontró tratando de saltar a la última página, se trataba de El Cementerio de Mascotas de Stephen King. Apenas terminaba para mi regocijo de leer la última frase terrosa de la esposa del protagonista mientras estaba a punto de ser apuñalado por la espalda "Buenas noches cariño", cuando las palabras de mi padre me quitaron todo el momento. Tanto tiempo leyendo ese libro y ya sabía el final. Era peor que cuando uno va saliendo del cine y se encuentra a una pareja asombrada gritando "¡pero cómo es que Luke Skywalker es el hijo de Darth Vader!". Demasiado joven para que realmente me haya sucedido saliendo del cine, pero imagínense el momento. Al menos en el libro eran decisiones personales. Nunca lo volví a hacer. De hecho ya no disfruté el resto del libro pues a pesar de que veía que la esposa iba sufriendo y manejando a toda velocidad para alcanzar a estar en su casa para salvar a su familia, yo ya sabía que esa mujer estaba destinada a estar muerta y poseída por los mismos espíritus que habían acabado con el resto del pueblo.

Ahora tal vez se pregunten por qué mi padre me permitía leer esos libros a mis escasos nueve años pero ésa es otra cosa que le tendré que agradecer toda la vida. Su biblioteca siempre estuvo abierta, independientemente de si se trataba de libros de terror o Las Puertas de la Percepción de Aldous Huxley (libro en donde se describe paso a paso el efecto de consumir mezcalina, la sustancia activa del peyote, y cómo el autor va perdiendo la noción de la realidad, pero al mismo tiempo se va sumiendo en estados cada vez más alucinantes y profundos). No sé si eso me dejó más perturbado de lo que cualquier adolescente de por sí ya está, pero al menos me abrió a conocer un mundo que ahí estaba, al alcance de cualquier estante que mi estatura me permitiera o, si no estaba él cerca, incluso subiéndome a su escritorio de caoba que todavía está en la oficina de la casa. Nunca se lo pudo llevar porque cuando construyeron la casa, lo metieron por el marco de la ventana antes de instalarla, y cuando se fue de la casa al menos con eso nos quedamos.

Mi padre alguna vez fue editor. Yo era demasiado pequeño para recordarlo, pero para mí siempre fue un enigma el olor de la goma para pegar las pastas, o aquél de las hojas viejas cuando son abiertas después de tantos años guardándose en el librero sólo para esa ocasión. A veces me encuentro en mi intento de oficina en la casa que ahora vivo, visitando mi librero sólo para abrir libros al azar y transportarme a esos años de mi vida con el olor a papel.

En algunos he puesto notas al principio para recordar lo que pasaba por mi cabeza mientras abría ese libro por primera vez. Es algo que también le aprendí a mi padre. Él puso en una enorme cantidad de sus libros sólo el lugar y la fecha. Algunos me intrigaban, pues decían "Ajusco" cuando para mí el único mundo que había existido era Ensenada. Ajusco era un nombre extraño que sólo tenía respuesta cuando iba con mi madre algo apenado a preguntarle que si qué era. Es la Ciudad de México, mijo. Ah, esa ciudad tan grande y tan llena de recuerdos para mis padres, que para mí sólo representó y representaba la visita a mi tía Pampa, algunos veranos cuando podíamos ir al Club a bañarnos en la alberca en ese mundo snob de mis primos que casualmente se apellidaban igual que yo por una extraña coincidencia del destino donde mi padre y el padre de mis primos ambos se apellidaron Martínez.

Hoy quise terminar un libro antes de tiempo. El regaño de mi padre y todas sus lecciones y ejemplos sobre libros y sobre el respeto y amor que hay que tenerles, me detuvieron. Hoy se lo vuelvo a agradecer, aunque para saber el final del libro tenga que esperarme un par de semanas más. Por cierto, hasta lo que hoy he leído, el premio Alfaguara 2009 es una joya. El Viajero del Siglo de Andrés Neuman.