noviembre 30, 2009

17, El número mágico

Ha comenzado a tomar notoriedad la ofensiva que la iglesia católica ha logrado pasar junto con el PRI por ya más de la mitad del país para criminalizar el aborto y, por ende, a la mujer. Lo interesante ha sido la pulcritud y la elegancia del movimiento. Ningún hombre o mujer de la prensa lo señaló con excepción de Ciro Gómez Leyva. A pesar de ser a todas luces un movimiento retrógrado contra los derechos de la mujer, la prensa escrita y electrónica mantuvo silencio, los políticos votaron sin hacer muchas preguntas, y los alarmantes resultados ya están a la vuelta de la esquina.

Para lograr pasar una reforma constitucional en México se requiere, además de la aprobación de ambas cámaras a nivel federal, el visto bueno del cincuenta por ciento más uno de los Congresos Locales. Es por ello que toma importancia el número 17 ¿Cuánto tiempo pasó desde que la primera legislatura sigilosamente pasó esta reforma en Jalisco al código penal hasta que lo hizo la legislatura número 17 en Veracruz? ¿Por qué nadie reaccionó en su momento? ¿Cómo lograron someter a toda la opinión pública de una manera tan preocupante?

Esta ofensiva de la iglesia es una reacción de un intento exitoso del PRD en la Ciudad de México para despenalizar el aborto en sus primeras semanas. A pesar de los claros beneficios que ha tenido para la mujer en la capital esta medida, el pensamiento religioso se ha impuesto sobre la lógica. Contra las predicciones de los grupos más conservadores de nuestro país, los abortos en el DF no se dispararon. Al contrario, quedó demostrado que la mujer que desea abortar lo hará independientemente de que sea legal o ilegal, pues una decisión de este tipo obedece a otros razonamientos lejanos a la esfera pública.

Es precisamente ése el punto de muchas de las discusiones. La decisión de la mujer sobre su cuerpo reside más en la esfera privada que en la pública. Obedece más a asuntos morales, religiosos y éticos que a un asunto en donde el Estado deba perseguir penalmente a las mujeres. Alejándome lo más que pueda sobre estos principios éticos, que cada persona puede tener su muy respetable punto de vista, la invasión que intenta la iglesia junto con el PRI preocupa por sus implicaciones.

Finalmente la pregunta más interesante de este caso tiene que ver con la alianza que se logró para pasar estas reformas locales ¿Cómo logró la iglesia católica convencer a uno de los partidos políticos supuestamente más liberales de nuestro país para participar en esta estrategia contra las mujeres? No se había visto un acercamiento tan claro entre estos dos grupos desde que Carlos Salinas de Gortari les dio reconocimiento jurídico en 1993 ¿Casualidad que sea ahora nuevamente el acercamiento cuando Peña Nieto es el hombre más popular del PRI y precisamente uno de los ahijados del expresidente? ¿Casualidad también que Peña Nieto pertenezca al Opus Dei, uno de los grupos más poderosos de la iglesia? Recordemos también que fue a través de este grupo que Salinas consolidó su poder a mediados de su sexenio, algunos incluso señalando sospechosas alianzas entre altos funcionarios de la iglesia y buenos amigos del crimen organizado.

¿Cuánto falta para que el PRI impulse la reforma a nivel federal junto con el apoyo del ala más conservadora del PAN? Si damos un monitoreo a las medidas más impopulares de nuestra historia recienta, éstas coinciden con las fechas navideñas, cuando la opinión pública está más ocupada en asuntos familiares que en la agenda del Legislativo. No nos sorprenda que Enero nos reciba con esta reforma, y las mujeres un peldaño más abajo en la escala de derechos civiles en nuestro país; sometidos por el capricho de un grupo que se ha apoderado de nuestra clase política y liderados por el candidato más popular para la contienda presidencial de 2012.

noviembre 23, 2009

Concesiones y Televisiones

Cuando la Suprema Corte anunció la tarde del lunes que es la COFETEL la única facultada para otorgar o retirar concesiones de radio y televisión, se sentó un precedente muy positivo para las telecomunicaciones en nuestro país. Existen riesgos intrínsecos, pero en lo general deberíamos estar contentos con la decisión.

El presidente Calderón intentó controlar a un organismo desconcentrado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a través de la expedición de un reglamento interno que le otorgaba a esta dependencia (la Secretaría) la facultad sobre la revisión y permanencia de las señales de televisión y radio. Esto como consecuencia de una confusión legal que se ha mantenido desde la creación de la COFETEL hace algunos años. El principal dilema es que por un lado se le otorgaban a través de la Ley de Radio y Televisión a la COFETEL todas las facultades, pero por el otro se le obligaba a un mecanismo de doble vuelta un tanto confuso y otro tanto político por el que el Secretario de Comunicaciones y Transportes debe dar el "visto bueno" de las resoluciones de la comisión reguladora. Algo así como si en el Banco de México tuvieran que pedirle permiso a Carstens cuando quisieran bajar la tasa de interés.

El precedente sienta algo de certidumbre sobre un mercado que se encuentra en este momento lleno de conflictos, muchos de ellos precisamente por una redacción descuidada de sus leyes y reglamentos (algunos alegarán que con toda la intención y alevosía). Sin duda queda pendiente resolver las otras resoluciones de la Suprema Corte en torno a las observaciones tanto de la Ley de Radio y Televisión como la de Telecomunicaciones, en lo que se llamó coloquialmente como la "Ley Televisa". Es un asunto pendiente que el Congreso no ha decidido retomar, especialmente por las implicaciones electorales que puede tener volverse a enfrentar con las televisoras.

Uno de los riesgos de la resolución de la Suprema Corte tiene que ver con lo que Téllez calificó como una situación delicada a todas luces, por la evidente captura en la que se encontraba la COFETEL en las manos de Héctor Osuna. Ahora que sobre de él penden todas las decisiones, en muchos ojos se ve que el que realmente controla al controlador se llama Emilio y se apellida Azcárraga.

Una situación de este tipo sin embargo no debe detener la revisión propia de las leyes para que sean coherentes en su sentido y en su intención. Ahora se da un buen primer paso, sin embargo el sector de las telecomunicaciones aún tiene varios focos amarillos de aquí a 2012. Los posicionamientos y algunos de los primeros esfuerzos del Partido Verde (controlado en su totalidad en la Cámara de Diputados por Televisa), hablan de que esta batalla apenas está comenzando. Hay que mantenernos atentos sobre lo que ahí pase.

noviembre 13, 2009

El Santa Lucía de Rodrigo

Se anunció el jueves un proyecto espectacular para desarrollar el Centro de Monterrey. Aquel Barrio Antiguo cargado de cantinas fuera de la ley y policías corruptos quedará al menos disfrazado por esplendorosas torres de oficinas y departamentos de lujo, un centro comercial y no sé cuántas cosas más, según nos cuenta Reforma. El escenario ideal para una ciudad pujante como Monterrey, un espacio que se merece la sociedad regiomontana, por supuesto.

Pequeño detalle, el escenario sobre el cual quieren plantar este megaproyecto financiado por la Iniciativa Privada, es un espacio público pagado por nuestros impuestos y por una deuda que el Estado de Nuevo León (léase nosotros los contribuyentes) tendremos que seguir pagando. El Canal Santa Lucía surgió como una iniciativa del gobernador anterior con el objetivo de desarrollar espacios públicos que cumplan con estándares internacionales de áreas verdes, para conectar otro espacio público como lo es el Parque Fundidora en un mega parque que es la envidia de muchas otras ciudades no sólo en México sino en el mundo. Hasta este momento, ningún inconveniente en la inversión considerando los beneficios que más adelante comento.

Una de las preocupaciones de Asociaciones de la Sociedad Civil ante la tentación de un espacio tan bello como lo es el Canal, era que se convirtiera rápidamente en un corredor de cantinas y antros, en un lugar que en vez de ser público, se convirtiera en un gran Centro Comercial. La amenaza ya está en puerta.

Las indecencias de un proyecto de esta naturaleza no sólo están en el hecho de que mientras el erario pagó el embellecimiento, los rendimientos se irán a los bolsillos de la Iniciativa Privada, sino también en que el proyecto de Natividad González Parás se haya convertido en una burla más para la sociedad regiomontana ¿Cuánto tiempo creen que va a pasar antes de que el acceso a un espacio público como es el Canal Santa Lucía se llene de espacios restringidos, propiedades privadas, zonas VIP y demás estupideces?

Ximena Peredo lo había advertido hace algunos años, la negociación de lo público como un bien que puede ser intercambiado una vez que el gobierno lo ha pagado (léase: nosotros los contribuyentes), es una posibilidad que ahora se cristaliza con un proyecto que frenará el desarrollo de nuevos proyectos de este tipo ¿Con qué cara pedirán recursos para un parque en el futuro, si sólo será cuestión de tiempo para que sea rodeado de espacios privados y restringidos?

No sobra hablar de las bondades de los espacios públicos: cumplen con una función de embellecimiento y de sano esparcimiento para la sociedad; ofrecen alternativas para los jóvenes para evitar caer en prácticas antisociales; permiten a las familias una convivencia alejada de salidas sólo relacionadas con un consumismo hueco (ir al parque en lugar de a un centro comercial un domingo por la tarde, por poner un ejemplo); generan plusvalía sobre las zonas en que se invierte (pero que esto no se confunda con tomar el espacio público para hacerlo privado y luego venderlo, como intenta el gobernador actual).

El mayor problema de estos espacios es que no tienen quién los defienda. La sociedad civil es desarticulada por naturaleza, mientras que los espacios privados cuentan con dueños que irían hasta las últimas consecuencias, legales de ser necesario. Los espacios públicos no le pertenecen al gobierno, sino a la sociedad. No nos olvidemos que el Canal Santa Lucía nos pertenece a nosotros, no a Rodrigo Medina, y no tiene el derecho a venderlo como si se tratara de una propiedad más.

noviembre 11, 2009

Hartos de la Democracia

Masas enteras en San Pedro y en el resto del país se congratulan de la "audacia" del edil de este municipio al sugerir el uso de amigos poco ortodoxos para acabar con secuestradores y matones. Cientos en los foros de varios periódicos felicitan al glorioso ejército mexicano por el uso de la fuerza en contra de sospechosos de involucrarse en el crimen organizado sin siquiera preguntarse por el respeto a las mínimas normas de convivencia, o la presunción de inocencia. Otros tantos aplauden el uso irrestricto de la fuerza contra los inconformes en el caso del Sindicato Mexicano de Electricistas y otros "revoltosos" que se deciden a manifestarse. Cientos se pronuncian por "matar a los policías" que de cualquier manera ya son traidores a la patria, así sin siquiera haberlos pasado por una prueba de confianza o un juicio en el que puedan defenderse como cualquier otro ser humano.

El argumento es que de alguna forma los delincuentes y los manifestantes (así, en la misma categoría por obra y gracia de los poseedores de la verdad que opinan estas cosas) no están respetando las reglas, por lo tanto habrá que usar sus mismos medios.

Un profesor en un curso de Inteligencia que tomé hace un par de años nos planteaba dilemas similares y nos respondía con una idea irrebatible: "lo que haces te define". Así de simple. Si matas, eres un asesino, independientemente si lo haces por una buena causa, o por resolver un problema mayor. Retomando el ejemplo, si violas los derechos humanos, eres eso: un violador. El principio por el que se rige la democracia parte de un mutuo respeto a una serie de normas con las que podemos estar o no de acuerdo, y encontrar los medios y espacios para mostrar nuestra inconformidad. Parte de los principios más valiosos de la democracia es precisamente ése, tener la capacidad para disentir y proponer nuevas reglas que surjan del debate. Atribuirse el derecho a poseer la verdad sobre el resto de la población resulta en cosas que pueden ser muy atractivas políticamente, e incluso muy efectivas para resolver problemas en el corto plazo ¿Cuál es el riesgo? Precisamente que el que se crea poseedor de la verdad y que tenga la fuerza (legítima o no) para hacer valer su punto de vista, puede estar equivocado. Y si el que se equivoca tiene el poder de imponerse ante el resto, estamos francamente jodidos.

En estos foros que les comento comienzo a sentir un tufo de simpatía ante prácticas autoritarias. Sed de sangre, hambre de resultados, frustración, desesperación. Los tiempos que ahora vivimos tal vez despiertan todas esas sensaciones. El peligro es que ante nuestro aplauso, estamos trayendo a un monstruo todavía más difícil de vencer. Si dejamos las reglas de la democracia para "tiempos menos difíciles", el resultado será una democracia a modo del gobernante en turno, o del séquito de seguidores furibundos y sectarios que lo haya hecho llegar al poder. San Pedro Garza García puede ser hoy el ejemplo de lo más nefasto a lo que puede llegar la política en nuestro país. Afortunadamente, este mismo municipio también alberga a una de las sociedades con más honor y articulación que he visto en mi corta vida. Espero sea suficientemente fuerte como para detener esta infamia a tiempo.

noviembre 04, 2009

Legisladores como cuello de botella del sistema

Cuando terminaba mis últimas reflexiones de la tesis de licenciatura me percataba que desde un análisis institucionalista uno se topa con la interminable solución a todo, pero que irremediablemente debe pasar por una aprobación de los legisladores. Jueces y partes, ellos han tenido en sus manos desde hace ya más de diez años las soluciones de este país pero no se han atrevido a realizarlas.

Enumerar ejemplos puede ser un buen ejercicio para evidenciar la situación. La reelección legislativa sin duda traería una modificación de los incentivos con los cuales el ciudadano podría salir empoderado, pues obligaría a los primeros a deberle el puesto a los segundos más que a su partido político: horizontalizaría el ejercicio del poder. De igual manera las candidaturas independientes generarían una serie de legisladores ajenos a los intereses propios de los partidos, pero ¿quién tendría que tomar esta decisión? Nuevamente los legisladores que son los menos interesados en perder este poder.

Desde el ámbito económico, se ha hablado mucho de las reformas energética y fiscal que este país requiere desde hace décadas. Las razones por las cuales no pasa una ni la otra tienen menos que ver con lo que puedan afectar a los ciudadanos, antes que los privilegios que algunos partidos políticos perderían ¿Quieren saber por qué no tenemos un impuesto al consumo generalizado o una sana competencia en el mercado de las gasolineras? Es sólo cosa de voltear a ver a los diputados y senadores, o los empresarios que los patrocinan, que hacen fortunas de estos mercados supuestamente para el bien de la nación.

Otros temas más espinosos tienen que ver con la transparencia y la rendición de cuentas. Desde el sexenio de Fox se vendió la idea de que el expresidente estaba totalmente comprometido con el proyecto, sin embargo esto no pasó de crear una instancia en el IFAI que cada vez demuestra más su inutilidad más allá de ser una fotocopiadora de documentos muy mal administrada y excesivamente cara. La verdadera rendición de cuentas sigue siendo algo que entre los partidos políticos se negocian (yo te tapo al tuyo si tú me tapas al mío). La creación de una verdadera Auditoría Superior de la Federación con atribuciones reales para castigar a los culpables de corrupción y desvío de recursos sigue estando en la congeladora y sin tiempo definido para comenzar a operar.

Otro ejemplo aún más lamentable y estrechamente relacionado con el anterior tiene que ver con la urgente separación del organismo de procuración de justicia tanto a nivel federal (en la PGR), como en los Estados. Es inconcebible que la oficina que perseguiría de oficio cualquier irregularidad incluida las del gobierno, tenga como jefe al titular del Ejecutivo, uno de los más naturales candidatos a ser responsables de algún delito. En infinidad de foros nacionales e internacionales se ha llamado sobre la incongruencia de este hecho; decenas de reportes de organismos internacionales han urgido a las autoridades mexicanas para cambiarlo. Nuevamente, ¿en quién creen que recae como última instancia esta decisión? En los mismos legisladores con todos los incentivos para mantener las cosas tal como están.

El último ejemplo que quiero mencionar, y aclaro que no estoy agotándolos, tiene que ver con la institución que regula las elecciones y supuestamente vigila que los partidos políticos se conduzcan correctamente. Desde la salida de la primera generación de consejeros electorales, hemos sido testigos de una prostitución del IFE hasta situaciones tan ridículas que ya los partidos abiertamente se creen dueños de una "cuota de consejeros". Aunado a esto, la reforma de 2007 va garantizando que el presupuesto para los partidos se multiplique sin ningún control, mientras que las excesivas facultades del IFE los van atando de manos por sobresaturación ¿Quién puede cambiar esto y realmente darle a los partidos políticos una estructura de disciplina y control real tanto en sus gastos como en sus atribuciones? Los mismos partidos políticos a través de sus legisladores.

Todo parece indicar que las grandes soluciones siguen recayendo sobre los mismos individuos y las mismas personas. El problema está en que ellos serían los más afectados al modificar esta situación. Después de cuatro años de haber redactado mis últimas reflexiones en torno a cómo realinear esos incentivos para que los legisladores realmente trabajen para la sociedad, sigo sin encontrar respuestas contundentes. Requiere o una labor suicida de los partidos políticos para actuar contra sus intereses, o una gran sacudida por parte de la sociedad para que éstos reaccionen. No es ninguna casualidad que veamos la aglutinación cada vez más fuerte de ciudadanos que se han dado cuenta de este cuello de botella ¿Cuánto más puede resistir? Espero sinceramente que estemos en la antesala de su fin. El costo de mantener este sistema se vuelve cada vez más obsceno y sus consecuencias cada vez más peligrosas.