Publicado en 15diario
Ante la histeria colectiva sobre un posible derrocamiento del presidente de la república, algunos puntos de cordura. Cuando uno escucha la entrevista que le hicieron a Porfirio Muñoz Ledo y que ha desatado toda esta serie de suposiciones, escritos y hasta fechas cuando iniciará la supuesta revolución, se da uno cuenta que ha sido magnificada de una manera irresponsable, accidental o deliberadamente. Cuando le preguntan, Muñoz Ledo responde que ante la grave situación económica, política y social en el país, sería muy sano tener una figura como la de la revocación del mandato, para un presidente que ha fracasado en todos los frentes según su punto de vista. Que la enorme mayoría de los países cuentan con esta figura y que sería bueno para el país tenerlo.
De ahí se salta a una serie de conclusiones que sinceramente dan preocupación por lo obtuso del análisis, especialmente proviniendo de personajes que supuestamente son sensatos y preparados en el área en donde se desempeñan. Del director de Reporte Índigo nada espero pues siempre se ha caracterizado por ver su revista semanal como un arma para atacar a sus enemigos personales y también como un negocio muy redituable de amarillismo. A esta ola le podemos sumar las columnas de periodistas como López Dóriga o Ciro Gómez Leyva, personas que por su posición deberían tener acceso a cierta información que el resto de los mortales no tenemos ¿Entonces? Deberíamos suponer que si ellos lo escriben es porque Los Pinos saben algo y han filtrado la información a sus fieles para esparcir precisamente esta sensación de intranquilidad.
Pero algo extraño en esta situación. Primero que no creo que de la oficina de la presidencia estén intentando una provocación de este tamaño. Con los problemas económicos y de seguridad que han tenido que enfrentar en los últimos meses lo menos que necesitan es sacudir otro avispero. Tendría sentido si la intención fuera decretar un estado de emergencia pero sinceramente veo ese escenario muy lejano. Segundo, que los elementos que supuestamente están instando a esta sublevación contra el presidente (que según el mismo Ramón Alberto Garza han amenazado de muerte a Calderón de voz del senador René Arce), no han mostrado una actitud contundente para desmentir o confirmar estos hechos. Se habla de la sublevación y se habla del derrocamiento pero llama la atención que a los supuestos sublevados nadie les ha hecho una entrevista desde las declaraciones de Muñoz Ledo.
La clave en esta situación sin duda es el PRI ¿Por qué cambia su discurso y se vuelve contra el presidente? La respuesta la podemos ver en su última reunión ordinaria donde seguramente hubo muchas molestias por la sumisión de este partido a los intereses del presidente. La campaña electoral a 2009 ha iniciado, pero ¿de ahí a decir que el PRI quiere derrocar al presidente? Pagaría por ver pero nuevamente me suena a una construcción imaginaria muy mal elaborada. Es como escuchar un relámpago en el cielo y salir corriendo por las calles a gritar que un huracán viene en camino.
Nos encontramos en un grado de psicosis que es sano reconsiderar. En cualquier comedor de nuestro país hoy en día no se habla de otra cosa que de los secuestros, de las llamadas, de las extorsiones, de que si uno tiene su información publicada en una red social entonces van a venir a quitarle todo y hasta a matarlo. Resulta que nuestra realidad se ha convertido en una zona de guerra. Los medios de comunicación se dedican a alimentar esta situación con historias de decapitados con música de fondo. La cereza del pastel ha sido este extraño intento de combinar, como hizo Ricardo Alemán hace un par de días, la crisis de inseguridad con el movimiento de López Obrador. Ahora resulta que hasta las mantas, los muertos y el narcotráfico es culpa del excandidato presidencial.
Si Muñoz Ledo habló de la revocación de mandato, lo hizo como una posible reforma a nuestra constitución. De hecho una figura que, combinada con la disolución parlamentaria, podría dar una excelente flexibilidad a nuestro sistema político. Para los alarmados por estas propuestas les recuerdo que ninguna reforma es retroactiva, lo que significa que aunque se aprobara esta medida, no podría ser aplicada a alcalde, gobernador o presidente actual ¿Insurrección? Deberían estar preocupados por otros riesgos mucho más latentes que lo que opina un viejo político que a final de cuentas también está jugando electoralmente por un escaño en 2009.
* Con el perdón y sin el permiso de los Cafetas