junio 26, 2006

por qué tuve que asesinar a Huntington

Todo empezo en una de estas aburridas mañanas a un lado del Charles river en Boston donde ahora me encuentro haciendo un programita de verano apto para niños bien del tec. Hablando de pobreza en el corazon de la bestia marcada con el seis seis seis.

Me encontraba caminando con mi mochila al hombro y mi mirada en las hojas caedizas de principio de verano. Las mañanas humedas y tibias llenas de esa brisa que no hace mas que ponerlo a uno de malas. No se trata de mojarse, que a final de cuentas mojar no representa acto de enojo. Es mas bien esa perfeccion que se respira en el ambiente.

Gringuitos corriendo por todos lados con sus atuendos deportivos, con señales de "I am a proud Harvard student". Calles perfectamente limpias, sonrisas, edificios que imponen su autoridad celestial, su autoridad moral para despilfarrar recursos en mantener jardines perfectamente cuidados.

Luego se acerca uno al edifcio de harvard, la kennedy school en donde estoy tomando el curso. Ahi uno puede encontrarse a algunos profesores excentricos, llenos de energia y de soluciones magicas para acabar con los problemas de seguridad del Estado Estadounidense (no es pleonasmo). Aqui se puede leer en cada pared la autosuficiencia y la egolatria llevada hasta su maxime.

Cada profesor esta orgulloso de su procedencia, de su estancia y de su supuesto destino. Todos tienen la VERDAD. Nosotros vinimos a aprender de ellos. Nosotros escuchamos, ellos dicen.
Entre una de esas oficinitas de cristal que porta el orgulloso emblema de harvard "VE RI TAS" en su centro podemos encontrar apellidos reconocidos. Uno de ellos llamo especialmente mi atencion por haberlo leido en una de mis clases obligatorias de cuando era un estudiante de la UDEM: Samuel P. Hunginton.

Ahi estaba. Era como ver algo que uno no espera. Ahi estaba el nombre con letras blancas de molde, como fingiendo una carcajada hacia mi mexicanidad que resonaria en esas frias paredes solo le diera la espalda. Era una burla para mi y para mis connacionales ver ese nombre dos dias despues de haber sido eliminados en la copa del mundo y haber sentido mi orgullo patriotico desinflamado por tan infortunado evento.

Fue un momento de locura, lo acepto. Me encontre por un momento lleno de coraje, de tension, de celos por todo lo que mi alrededor aceleradamente intentaba hacer entrar a traves de mis ojos y el resto de mis antenas al mundo.

Era ver a Samuel P. Huntington escribiendo en esa pequeña oficinita su ultimo libro sobre el "challenge that mexicans represent to the American Nation". Era sentir su escupitajo en mi cara, maldiciento, lleno de ese sabor amargo de una mañana con mas de un cafe encima.

Era ser mexicano y estar parado en el centro de operaciones de ese misero cerebro que ahora intenta apuntar en su mas insoportable conservadurismo contra nuestra nacion mexicana que no ha hecho mas que impulsar a pasos agigantados su economia decadente.

Era soportar su orgullo macho de "In God we trust because we are God". Eran tantas cosas
Supuse que el odio pasaria como todo lo demas ha pasado en mi vida, pero entonces se aparecio ante mis ojos esa cara y ese cuerpo que por un momento representaron todo el odio concentrado en un persona.

Por primera vez en mi vida pude ver al odio andar, lo pude ver salir de mi cabeza y de mi corazon, verlo personificarse en el profesor viejo y cuatro ojos. Sus ojos chicos y quisquillosos. Sus lentes con armazones color rojo de tamaño gigante que lo hacen parecerse mas a Woody Allen que a un profesor de la Harvard.

Era ver su mirada y descubrir que en sus ojos se dibujó su repugnancia por mi color de piel, por mi color de cabello, por mi existencia. Un intruso en su pais perfecto. Pude sentir por un segundo su ofensa de haber estado parado a unos pasos de su pequeña fortaleza.

Apreté las manos con fuerza y entonces perdi el coraje. El pequeño profesor Huntington se escabulló a su oficina con un ligero "good morning" mas parecido a un suspiro que a un verdadero saludo.

Luego llegó la hora de regresar a clases y Samuel se salvó un dia mas. Mañana, como todos los dias repetire la ceremonia hasta que finalmente pueda lograr cumplir con el titulo de este escrito.

3 comentarios:

vero.mil dijo...

que fasistas =/ (hahah)

Me gusto este escrito, mucho!,
ya te lo habia dicho?

Batz dijo...

Que fort tio..
Que no te vayan a leer oficialmente y te metan en problemas. Acuerdate que nos estan vigilando, JAJAJAJ..
Bueno lo escrito... se parece al cuento que hiciste del muerto, que no era muerto y aparecia en un barco... me explique? jja

Deu

rm dijo...

ya no me acuerdo del muerto..

y quien dijo que era cuento....