octubre 14, 2012

Credibilidad en quiebra

Publicado en El Norte

¿Qué pasa con el Gobernador y su Administración? Muchos nos lo hemos preguntado, especialmente cuando intentamos encajar su discurso color de rosa con la realidad.

Aunque consideremos que puede haber diferentes percepciones, hay indicadores que nos muestran a una Administración que no está logrando sus objetivos y ni siquiera está haciendo un esfuerzo por intentarlo.

Los números que presentó el miércoles ahí están y podrían ser buenas noticias: la Fuerza Civil como la primera Policía estatal certificada del País, la entidad con mayor cobertura en servicios básicos, la reconstrucción de las obras del huracán "Alex" en 96 por ciento de avance.

Educación, vivienda, agua, desarrollo económico, centros de investigación, turismo, empleo, tratamiento de aguas. En cada rubro parece que el Gobernador tiene buenos números ¿Por qué suenan huecos?

Las explicaciones podrían ser varias, pero me atrevo a considerar que hay indicadores de operación e indicadores de sustancia. Aquellos que sabemos van a lograrse independientemente de quién gobierne y aquellos que se logran como producto de voluntad y talento político.

Los regiomontanos son ciudadanos exigentes y no son fáciles de manipular. De ahí derivan algunas de las razones por las cuales este Estado ha llegado a los niveles que cuenta en muchos rubros, como infraestructura, desarrollo económico y calidad de vida. El Gobernador no tiene más que administrar para que sucedan. Diferentes grupos han trabajando en conjunto con el Gobierno para cooperar en el logro de resultados y en el monitoreo para mantener parámetros deseables.

Algo que también hemos visto florecer es una sociedad civil sumamente competitiva y alerta, que ha sabido hacer mancuerna con medios de comunicación para presionar al Gobierno en temas sensibles, como desarrollo urbano y medio ambiente. La sociedad puede colgarse la medalla más que el Gobernador por muchos de los indicadores que el Gobierno presume.

En donde sale debiendo el Gobierno es en aquellos indicadores que he llamado de sustancia, que involucran la intervención más activa del Gobierno y en donde no ha habido resultados favorecedores.

Desde que llegó Rodrigo Medina al Gobierno sentó en tres ejes su Administración: transporte público, seguridad y un Gobierno austero.

El proyecto de la Colonia Independencia que era una de las estrellas del sexenio fue ignorado en su informe y eso es una señal en sí misma de su pobre avance.

La Línea 3 del Metro y otros proyectos de transporte público dependen en buena medida del apoyo federal y la grave situación financiera del Estado hace dudar de su éxito.

El tercer eje ha sido el fracaso más dramático. Este Gobierno no ha sido sensible en el gasto público y el combate a la corrupción. Las nóminas han llegado a un nivel alarmante y no hay señales de que esto vaya a cambiar más allá de promesas vacías.

Por todos lados podemos ver oficinas estratégicas y fideicomisos que consumen los recursos de un Gobierno en bancarrota. Proyectos público-privados y bursatilizaciones que se vuelven sinónimos de depredación de las finanzas públicas e hipoteca de las generaciones futuras. Nulos controles y en general un cinismo que ofende la inteligencia del ciudadano.

Todo esto ha provocado una deuda que ya causó alerta en las calificadoras bursátiles y en la banca privada, que sigue siendo la principal financiadora del Gobierno. En general, el común denominador es corrupción e impunidad que puede verse en decenas de casos que no se abordan con la seriedad que merecen y un Gobierno que le apuesta al olvido.

A pesar de los avances en seguridad, sigue habiendo indicadores muy dolorosos para las familias regiomontanas en secuestros, cobros de piso y asaltos a mano armada. El caso del robo de placas en el Instituto de Control Vehicular causó un cisma en la poca confianza que aún se le podía tener a este Gobierno, pues dejó entrever la posible colusión gubernamental en las operaciones del crimen organizado.

El cúmulo de agravios sólo confirma las razones de por qué este Gobierno cuando habla de logros sólo consigue rechiflas. Los asuntos de sustancia y en donde más podrían estar haciendo han sido ignorados. Los motivos pueden ir desde la incapacidad hasta la complicidad.

Este Gobierno se encuentra atrapado en sus propios discursos y con la única estrategia visible de querernos convencer a base de spots.

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