Un cuento mágico. Mágico, tendríamos que empezar por ahí. Qué es eso. La magia no existe, según Felipe el que hizo volar la silla. Es en realidad algo que él llama la "conciencia colectiva". En la medida en que la gente crea posible algo, en ese sentido podrá ser cierto. En la medida en que la gente crea que algo es imposible, no lo será. Pero, existe la laguna: En la medida en que la gente ignore algo, o lo considere sin importancia, en esa medida podrán filósofos llenar esos espacios.
Hernando es el niño que comienza a creer en las estupideces que Felipe le cuenta. La silla que ve volar Hernando mientras repara su bicicleta es lo que hace encontrar a Felipe, siguiendo la silla, la cual porta una bolsa vacía. La gente ignora una silla que vuela, por eso solo existe para Felipe el filósofo. Sin embargo Hernando puede verla volar.
Este espacio no será para hablar de sillas que vuelan, no es mi intención. He tomado este título por el hecho que me representa. Hernando es el niño que comienza a creer en un mundo que puede ser producto de nuestra propia imaginación.
La voluntad general puede cambiar al mundo, pero el problema es convencerlos a todos de que se puede. Inmersos en nuestro mundo egoísta, estamos perdidos a ser un conjunto de islas sin conexión salvo en los momentos en que por medio del habla, intercambiamos algo de nuestros sentimientos.
Hernando y Felipe son el vínculo con ese mundo en donde la filosofía no existe para explicar lo que todos vemos, sino para construir todo aquello que no es posible. El amor al saber es el amor a lo que podemos saber.
Hablemos de lo que queremos construir. Hablemos de nuestros sueños.
Yo sueño,
Tu sueñas,
Nosotros soñamos,
todos sueñan .
1 comentario:
Felicidades, Ricardo!
veo que sera ya irreversible el vicio al que te ha inducido tu sis, y tienes la vision de sacarle todo el provecho... El nuevo medio, los blogs! avante!
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