mayo 28, 2005

propaganda

Propaganda. Es necesaria? Dar a conocer las propuestas en caso de llegar al poder. Gastos que en buen porcentaje son pagados por el mismo Estado para así garantizar la equidad. El dilema viene en pensar si es ético que se esté gastando tanto de nuestro dinero que podría servir para construir o mejorar programas de desarrollo económico, en meras fotografías, pendones, horas y horas en radio y televisión. En viajes por todo el país.

También hay la propgaganda del gobierno, la cual es todavía más preocupante, ante su alto grado de hipocrecía o inocencia, como se quiera juzgar. Todo va bien. Horas gastadas en televisión para decir que todo va bien cuando por todos lados podemos ver que las oportunidades de mejorar la calidad de vida se van por la coladera, justo como los millones de pesos que se gastan en tratar de convencernos de lo contrario.

George Orwell en su excelente obra "1984", pone de manifiesto una muy fuerte llamada de atención sobre el poder que puede llegar a tener un Estado con infinita capacidad de generar propaganda. Y no hablaba al aire cuando se imaginaba a este Gran Hermano dictando el pensamiento y la creencia del ser humano, de los habitantes de este extraño país que un día estaba en guerra con un país, y al día siguiente ese mismo país era el aliado en contra del "enemigo" que el día anterior era el aliado. Se basa en las terribles experiencias que le toca vivir, Stalin con su maquinaria de terror sobre los habitantes soviéticos. Purgas masivas bajo la constante propaganda de decir que es por el bien de la revolución marxista, miles y miles de desplegados del gobierno, investigaciones dirigidas por el gobierno para encauzar el conocimiento hacia un determinado formalismo. Incluso la literatura y la poesía estaban censuradas gravemente por el gobierno.

La propaganda sirve para convencer. Es el medio para llegar a los habitantes de la ciudad, del país, o de lo que se esté gobernando. Es un arma muy efectiva para lograr propósitos específicos, pero especialmente para lograr el sometimiento de una masa que puede llegar a ser el peor enemigo si no se le sabe tratar. Esa es la justificación. Música de flauta para hipnotizar a la cobra que puede morder si no se le trata con cuidado.

Mi pregunta es: qué tanto se puede tolerar que en esta labor de convencimiento se pase por encima de la verdad, número uno, de la capacidad económica de un país atrasado como es el nuestro con tal de mantener partidos y televisoras con grandes capitales, número dos, y sobre la ingenuidad de la gran mayoría de nosotros, producto del analfabetismo político en el que nos encontramos, número tres.

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