julio 15, 2012

El alcalde que quería ser diputado

Publicado en El Norte


Ésta podría ser la trama de una película de comedia muy mala, pero aquí la historia no termina cuando se encienden las luces. Ahí les va la sinopsis.

Un Alcalde muy cuestionado por la opinión pública quiere ser Diputado y su partido como pago por favores previos lo postula para un distrito en el cual no podría perder.

Para poder alcanzar ese puesto tuvo que pedir licencia al Cabildo, y se lanzó al ruedo de las campañas. Unas semanas después le notificaron que algunos ciudadanos lo demandaron judicialmente por el abandono de su cargo.

Mientras se le complicaba el triunfo en el distrito que iba a ganar sin problema, se le hace saber que un Juez lo obliga a cumplir con su mandato como Alcalde. El Cabildo primero se encierra y apaga la luz para que no lo encuentren, pero luego manda decir que no pueden hacer volver al Alcalde porque ya habían nombrado a otro.

Los Diputados locales son llamados por el Poder Judicial para deshacer ese nombramiento y así lo hacen. Ya cuando suponíamos que la historia tendría algo de lógica, el Tribunal Electoral manda decir que se esperen porque el Alcalde siempre no tiene que volver.

Nuestro protagonista ahora es Alcalde y Diputado electo, algo que en nuestra Constitución está prohibido pues ningún funcionario público puede ostentar dos cargos al mismo tiempo.

La orden judicial que lo obliga a volver al Cabildo se contrapone a la del Tribunal Electoral que lo dispensa de esa acción. Se trata de una contradicción judicial que huele más a violación flagrante.

Fernando Larrazabal actualmente ya no es elegible para ser Diputado federal porque desde que el Juez lo obligó a volver, la sentencia causó efectos. ¿Cuántos abogados se necesitan para que se cumpla la ley? ¿Y cuántos para burlarse de ella?

Y aún hay una pregunta que revuelve las cabezas de los ciudadanos de Monterrey: ¿quién es el Presidente Municipal?

El Cabildo de esta ciudad ha sido una vergüenza para sus representantes y un ejemplo de ilegalidad con sus acciones esta semana. El traspaso del cargo de Alcalde a terceros y cuartos ha retratado de cuerpo completo el respeto que estos políticos tienen hacia sus cargos y los ciudadanos que representan.

¿Existen consecuencias para estos regidores y síndicos? El Código Penal Federal establece en su Artículo 178 un castigo de 15 a 200 jornadas de trabajo a favor de la comunidad al que desobedezca un mandato legítimo de la autoridad. Todavía hay mucha tierra por sacar del Río Santa Catarina, por si algún Juez quiere hacer cumplir la ley. El Artículo 180 habla de uno a dos años de prisión a quien se resista al cumplimiento de un mandato legítimo de la autoridad.

Roy Godson, catedrático de Georgetown, habla de la necesidad de aplicar castigos ejemplares ante escándalos como los que estamos viviendo en estos días. La importancia de romper con los ciclos de ilegalidad nos haría recuperar algo de credibilidad en las instituciones.

La vida da oportunidades para redimirse. El Tribunal Electoral resolvió de manera equivocada en el caso Larrazabal, pero aún puede detener esta injusticia en la calificación de la elección. El Artículo 55 de la Constitución es muy claro: se necesita estar separado de su cargo 90 días antes de la elección.

La magistratura que ordenó el regreso de Larrazabal podría girar órdenes de presentación contra los miembros del Cabildo de Monterrey que obstruyeron una orden judicial y quisieron burlarse de la ley por proteger a su jefe.

Más allá de un caso, ¿qué vamos a hacer con los chapulines en el futuro? Sin duda los antecedentes de ciudadanos ejemplares en Monterrey y Guadalupe han sentado precedentes para los próximos Alcaldes que se atrevan a fallar en sus obligaciones ¿Cómo obligamos a los próximos para que cumplan con su mandato? ¿Cómo nos preparamos para que no lo vuelvan a hacer en tres años?

La reelección consecutiva para ayuntamientos es un mecanismo urgente para quebrar estos vicios de funcionarios que no pueden ser sancionados por el electorado. Es importante presionar a nuestro Congreso local en ese sentido.

Los electores del Distrito 10 casi logran el castigo más fuerte que puede sufrir un político. Que sea una enseñanza que no se nos olvide en las próximas elecciones.

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