noviembre 13, 2005

camus y el suicidio

Estoy leyendo un libro extrañamente atractivo: "el mito de Sísifo" que es una exploración de ese mundo que es lo absurdo de la existencia humana.

Tema ya tratado con anterioridad por Jean Paul Sartre, la existencia humana contiene tanta futilidad y falta de significado que estamos obligados, casi obligados, a darle esa impresión propia, esa firma de "venimos para esto, venimos para esto otro". Aquella famosa frase que dice "todo pasa por algo" si así fuera, entonces somos marionetas de alguien que ya sabe lo que viene y que sólo nos mira jugar un juego que ya tiene de antemano los dados cargados.

Dice Albert Camus, su autor, que la vida siempre está impregnada de ese olor apestoso que es la muerte. Siempre a donde volteamos, estará el inevitable fin de la existencia. Ese otro mundo sin el cual la propia vida no tiene sentido: Vivimos para no estar muertos, sería la frase correcta. Pero entonces para qué estamos muertos.

Cuando llegamos a ese punto de la existencia es que el suicidio toma sentido. El mismo autor comenta que su propia razón de ser es darle sentido a la vida. Tener el valor de destruirla por un acto de voluntad, es la mejor forma de reivindicar la propiedad de nuestro propio cuerpo. No es de nadie más, sólo mía la vida. Entonces podemos destruirla como quien se considera dueño de un ser vivo lastimoso, al que puede destruir con su propia mano, sólo para demostrar que su existencia le pertenecía al verdugo.

Dice en su página 66 "(...) Saber si el hombre es libre exige que se sepa si puede tener un amo. La absurdidad particular de este problema de la libertad le quita al mismo tiempo todo su sentido. pues ante Dios existe un problema de la libertad menos que un problema del mal. Se conoce la alternativa; o bien no somos libres y Dios todopoderoso es responsable del mal, o bien somos libres y responsables pero Dios no es todopoderoso"

La libertad es, entonces, un mero capricho de dios para darnos esa impresión de que podemos decidir sobre nuestras cosas, o es que de verdad dios no es tan poderoso como para impedirnos destruirnos a nosotros mismos. Seremos capaces de tomar la decisión por nosotros mismos, o es que dios así lo quiere?

En fin, esta paradoja es simplemente un ejemplo de lo incisivo del ensayo que Camus desarrolla. El punto final es demostrar cómo estamos destinados, como dice Aguilar Camín en su último libro "la conspiración de la fortuna" a llegar hasta donde nos permitan nuestras limitaciones.

El hombre es entonces una entonación divina, una representación de lo mejor de la humanidad, la imagen y semejanza de la perfección, o es sólo un accidente dentro de una serie de millones de accidentes que comprende la existencia misma.

Es más bonito creer lo primero, somos imagen y semejanza de la perfección, pero si eso fuera cierto, si somos semejanza de lo mejor que hay, entonces no quiero ser dios. Es más complicado adentrarse en la vida cotidiana que consiste en definirnos a nosotros mismos. Enfrentarnos no con una imagen idealizada sino con un espejo realista, que nos muestre nuestras arrugas, nuestras estrías, nuestros vacíos de ánimo. Así entonces podremos enfrentar a la muerte de la mejor manera: de frente.

Para allá vamos todos, como decía Jean LeFévre en la Danse Macabre: A todos nos lleva bailando/ la muerte que nos toma de la mano/ para así llevarnos a la fosa.

La concepción de la vida tiene que estar irremediablemente definida por su contemplación desde aquello que no vemos y no tocamos, pero que sabemos que ahí está.

El líquido tiene que estar definido por su recipiente, y la vida tiene que estar definida a partir de lo que le sigue: la muerte.

Estaba escuchando imagen en el radio el otro día cuando me topé con esta frase:

"yo sólo sé que a la muerte la antecede la pera ...

Cómo ...

Sí... en la lotería la muerte le antecede a la pera"

5 comentarios:

Batz dijo...

Lo que te ayude a vivir champ..
Creer que dios puede decidir sobre tus actos y asi relegar la responsabilidad que de ahi surge, tirarte las cartas para saber el futuro, persignarte antes de salir de viaje...
tantas muletillas que podemos usar...

Hay quien prefiere pensar que no es due~o de su vida... el suicidio es pecado, por tanto, si dios quiere, hare algo bueno de mi vida.. sino quiere, pues sera que hice que no le gusto, jajaj

rm dijo...

Pero eso si.. Camus está bien loco de la cabeza

Sehait dijo...

No creo que Camus fuera un loco, creo que era un analista, es decir analizaba el mundo y la existencia del hombre en éste. El mito de Sísifo me pareció un libro extraordinario que gira al rededor de la pregunta más importante de la filosofía que, bien dice Camus, es juzgar si la vida vale o no la pena de ser vivida. Con respecto a los dilemas teológicos el chiste no es culpar a dios ni usar "muletillas" que nos quiten la responsabilidad de la vida sino más bien observar la posible condena a la que equivaldría decir que dios es todopoderoso, pues bien esto mostraría que no somos dueños de nuestra propia existencia, muchos grandes artistas han llegado al suicidio para vencer al tiempo,para no ser esclavos de el mismo. Viendo la condena del mito de sísifo, es decir la eterna rutina de la vida sin sentido, el suicidio podría ser una salida. Pero Camus encuentra la respuesta en el mismo mito, puede que estemos condenados a subir una piedra pero sabemos que llegaremos a la cima (a pesar de la caída) y vivimos con la esperanza de llegar (dando sentido) y luego caer. "Alcanzar el instante" diría Paz. Una visión muy positiva ante una condena muy real. Me ha gustado tu análisis y mi respuesta va más bien para tus comentadores. XD saludos Sehait

Anónimo dijo...

La verdad estoy con reva doiss porque Camus Tenia Una confusion mental y existencial lo que lo llevo a sacar concluciones que las hace dificiles porque la respuesta es muy sencilla Porque suicidarse si podemos vivir una vida tranquila, obviamente tendremos dificultades pues este mundo no es perfecto y no por causa de Dios si no de nosotros mismo que lo hemos llevado a tanta corrupcion, pero hay tantas maneras de estar en tranquilidad sin tener que llegar al suicidio :) Solo Cree en Dios y descansa en, el No quiere Nada malo para nosotros, nosotros mismos volvemos nuestra existencia tan inutil por ese pensamiento tan absurdo y patetico como lo es el suicidio

Santiago dijo...

Realmente nunca había leído una reseña tan, pero tan mala de una obra tan significativa en la literatura universal, como lo es el Mito de Sísifo. Quien haya escrito esta “vaina” es un auténtico sinvergüenza, además de ultrajador de las ideas camusiana, pues ellas, en lo que respecta al problema del suicidio, EN NINGÚN MOMENTO BUSCAN RESTITUIRLE UN SENTIDO A LA VIDA. Por el contrario, la tesis de este ensayo consiste en que “Cuanto menos sentido tenga la vida cuanto más valdrá la pena de que se la viva”. Vah, pero no sé para qué me desgasto dirigiéndome hacia alguien que debió haber leído esta obra con aires divertidos, cuando de lo que se trata es de hacerlo tragicómicamente, eso sí, ante todo, EMPAPADO DE ABSURDO, no de un “sentido fantástico por la existencia”. Un mamarracho realmente. Im-pre-sen-ta-ble.