marzo 03, 2006

lo absurdo

Absurdo suena como algo hecho por un zurdo, que por lo general dicen que hacemos las cosas mal. El zurdo está condenado al infierno según la biblia (lo mejor de esto es que ni siquiera me tengo que preocupar por demostrarles esto diciéndoles en qué versículo lo dice). El zurdo está irremediablemente condenado también a vivir menos según esos estudios médicos que tampoco les voy a decir cuáles.

Absurdo entonces es todo aquello erróneo, aquello que carece de sentido, de lógica.

Mi siguiente afirmación es la razón que me hace escribir estas líneas sin sentido:

"El mundo y la vida se rigen única y exclusivamente por una ley: la ley de lo absurdo"

Le pongo comillas sólo para resaltarlo, no para indicar que alguien más haya tenido el atrevimiento de decir semejante incoherencia.

Tanto tiempo hemos perdido investigando, demostrando, analizando, observando, contemplando cómo funciona todo aquello que nos rodea para llegar finalmente a esta conclusión. No tiene sentido, el mundo es un costal lleno de sorpresas, de extravagancias, de excentricidades, de ironías, de simplezas, de redes y laberintos interminables. El mundo es eso.

Pasamos la vida intentando explicar lo inexplicable, intentando razonar lo irrazonable. Le tratamos de dar un poco de cordura a nuestra vida llenándola de leyes y de postulados, de ciudades con calles perfectas y lámparas cada cien metros que iluminen la oscuridad que tanto miedo nos da.

Recorremos el mundo como si ya supiéramos de qué se trata pero entonces... Entonces vienen incidentes que nos dejan pasmados como un hombre-bomba que se revienta a sí mismo ante centenares de incrédulos ciudadanos inocentes (incrédulos si es que esta persona les dejó tiempo de pensar que estaban siendo atacados por un apóstol de un dios sanguinario).

Vamos avanzando un poquito, pensando que éste fue un incidente aislado y no la normalidad, comenzamos a reconstruir ese pedacito de nuestra vida diciéndonos a nosotros mismos que las cosas no pasan así cuando de repente encontramos que nuestro vecino fue acribillado a un lado de nuestra casa porque resultó que era un narcotraficante de los grandes y ahora viene su tan famosamente llamado "ajuste de cuentas". Nuestros hijos jugaron en su patio, comieron en su mesa, y ahora es un pedazo de carne con sangre tirado en el pavimento.

Luego ponemos todo nuestro trabajo y esfuerzo para ir ahorrando un poco de lo que ganamos, esto con la idea de pensar en el futuro, esa idea de reposar al final de nuestro camino, sacrificando un poco ahora para disfrutarlo después pero... a algún economista se le ocurrió que era hora de especular un poco con el tipo de cambio, una inversión billonaria hacia un lado de la moneda y viene la fuga de capital y nuestro ahorro se fue, desapareció. Nos encontramos de pronto viviendo en una casa que ya no es nuestra, que es del banco, y que viene por ella con sus cobradores que más bien parecen luchadores o mercenarios.

Aún seguimos pensando que las cosas van a salir bien, damos algo de nuestro dinero a la caridad para poder ayudar, ponemos unos cuantos miles de pesos aquí y allá también para aprovechar también los incentivos para no pagar tantos impuestos y... un asalto, nos asaltan afuera de nuestro trabajo, nos quitan todo, les juramos con lágrimas en los ojos que es todo lo que tenemos, nos tiran al suelo y... ¡blam! ¡blam! ¡blam! tres balazos al pecho que nos dejan suficiente tiempo para pensar que la vida se está yendo junto con esa sangre que vemos salir.

Personas nos rodean mientras pensamos en las leyes, en las construcciones, en las teorías.

En realidad nuestro universo es un caos. En realidad estamos metidos en una batidora que nos lleva para donde quiere ¿Tenemos que explicar eso? Es a lo que la mayoría de los analistas se dedican, tratar de contestar a preguntas que la vida nos hace siempre a la que la mayoría de las veces no tendremos respuestas.

La vida se rige sólo por una ley: lo absurdo nos rodea y podríamos comenzar a mirarlo con gracia y volvernos cínicos; comenzar a mirarlo con tristeza y volvernos paranóicos; comenzar a mirarlo con odio y volvernos revolucionarios (y entonces volvernos absurdos nosotros mismos que debería ser lo más lógico); llenarnos de indiferencia y volvernos apáticos como la mayoría somos (aunque algunos queramos desesperadamente salir de ésta).

Quiero concluir pero concluir sería todavía más absurdo que no hacerlo.

Bienvenida la estupidez del ser humano.

3 comentarios:

Batz dijo...

Realista, muy realista.
Es importante leer de vez en cuando este tipo de cosas para sacarnos de la comodidad en la que muy frecuentemente nos quedamos. Me gustaria pensar que nos puede sacar de esa indiferencia que mencionas.

rm dijo...

Tomar café

vero.mil dijo...

Tomar café, como los grandes cientificos e inventores.

"Las mejores ideas fueron al estar tomando café, según Sartre".
Eso me lo dijiste tú.

Me gusto mucho este post.