Se aprobó un nuevo reglamento en la Ciudad de México y con ello han venido miles de infracciones. Estas podrían ser buenas o malas noticias. Buenas porque finalmente se está aplicando la ley, dirán los obsesionados con las leyes y las buenas costumbres. Malas, porque esto quiere decir que existe una enorme distancia entre las costumbres de los capitalinos y sus leyes escritas.
Esta distancia implica que o no existe voluntad de seguir normas que supuestamente existen para mejorar la convivencia entre todos, o peor aún, que la sociedad tiene la capacidad y la voluntad de seguir normas, pero no cree en ellas. Las razones de esta incredulidad pueden ser muchas, pero la mayoría pueden dirigirse hacia la historia de corrupción que ha alejado al ciudadano de la capital de las costumbres generales.
La aprobación de este nuevo reglamento traerá enormes recursos al al secretaría de tránsito, o donde sea que ellos deseen aplicarlo. Resultaba urgente hacer algo tanto en este espacio como en muchos otros relacionados con la capacidad de la autoridad para hacer valer las leyes.
La pregunta es ¿Qué tanto se ha reflexionado para entender porqué la capital ha dejado de creer? Se puede imponer a través leyes más y más duras para solucionar un problema a corto plazo, pero también existe como trasfondo una crisis grave en el sistema educativo, y esto no es limitativo a la ciudad gobernada por Marcelo Ebrard.
¿Por qué no creemos en nuestras propias leyes? Esta vez a los capitalinos les saldrá caro no hacerlo, pero con pagar no se modifican las conductas.
Este nuevo reglamento es un buen primer paso, pero sólo eso.
6 comentarios:
La pregunta es si el sistema que los capitalinos manejan en su día a día funciona o no. Caótico, estresante, corrupto, pero quizá sea la única forma en que una ciudad tan enorme requiere. No hay suficientes policías que puedan cubrir las expectativas de la ciudadanía. Si me multan y no le doy mordida al policía, tendré que irme a formar 4 horas para pagar en la oficina de tránsito... que será peor?
Dar mordida batz, dar mordida...
Las leyes es intima de la corrupción =/
No puedo más que estar de acuerdo con esa aseveración. Las leyes empoderan al poseedor del block de infracciones para cobrar más altas mordidas.
Pinche nuevo reglamento ni al caso. De nada sirve cambiar y fortalezer las leyes si aún así nadie las respeta y las autoridades no las hacen valer.
Me da risa dos de los artículos relativas al transporte público
1) Tienen que viajar con las puertas cerradas.
2) Tienen que subir y bajar gente solo en las paradas establecidas.
Para empezar, los camiones siempre han respetado estas reglas desde antes del nuevo reglamento. El probelma no son los camiones sino los microbuses que al fin de cuenta representan el 90% del transporte público de esta ciudad.
La gran mayoría de microbuses SIGUEN si cerrar sus puertas (claro, si no como el compinche cara-de-delincuente del chofer va a estar con medio cuerpo de fuera gritando "Metro Balderas! Subale Subale!") y SIGUEN subiendo gente cuando y donde se les pegue la gana.
Ah eso sí, los muy respetuosos pegaron en sus unidades una hoja donde mencionan estos dos puntos de la nueva ley, para que te rías de su total burla hacia ella.
De veras, hay muchas escorias en esta ciudad pero los microbuseros van que chutan por el premio.
Otra cosa, ¿cómo quieren que suban y bajen gente en las paradas designadas si NO HAY paradas designadas?
Salvo en las grandes avenidas, en ninguna otra calle que yo he visto hay alguna señal donde dice que es una parada. Este problema no solo es de los microbuses sino de los camiones también: el otro dia en Lindavista le hice la parada a un camión (no microbus) y no me la hizo. Asumí que allí no era la parada. Caminé unas cuadras hasta donde vi varias personas esperando y dicho y hecho allí era la parada... pero sin haber ninguna señal. Vaya, estoy 100% de acuerdo que no suban a la gente en cualquier esquina pero por favor, pongan alguna señal para saber que allí es la parada.
Publicar un comentario