julio 31, 2007

Las Palabras

¿Quién no ha cometido la vergonzosa tarea de sentirse indispensable, poderoso, superhéroe, amado por todos? La mayor parte de las veces estas sensaciones suceden antes de que la infancia termine. Escribe sus aventuras épicas, sus rescates a mujeres hermosas, sus luchas contra cientos de villanos que hay que enfrentar cada día para que el planeta pueda seguir girando.

Luego uno crece y descubre con decepción, uno, que los superhéroes no existen y , dos, si es que existieran, no los hay dentro del corazón de uno mismo. Están tal vez desperdigados en otras latitudes.

Sartre en "Las Palabras" que acabo de terminar, reseña todas sus ocurrencias de infancia. Su soledad, sus familiares que lo sobreprotegieron hasta convertirlo en una mujercita, para luego enfrentarlo con la realidad de su dispensabilidad. Ni siquiera era el genio que su abuelo quería que fuera. Comenta en uno de los pasajes que un amigo suyo le comentó en reproche que todos los libros que había escrito sólo los había hecho para agradarle a su abuelo ¿A cuántos de quienes escriben les habrá sucedido lo mismo? Escribir y ser mejor sólo resulta en una prueba para demostrarle a nuestros familiares que no somos la basura que ellos piensan que somos.

Nadie lo leía. Si alguien lo hubiera leído de joven, comenta Sartre, él hubiera sido maravilloso. Como nadie lo leía, él fue real.

Cuando se lee una obra, no hay libro más emocionante que el autobiográfico. Todos los anteriores pueden dar ideas, marcas, traumas, relaciones, personas, amores y decepciones del autor, pero sólo hasta que el viejo acabado tiene la valentía de plasmar sus impresiones tal cual en una autobiografía, entonces verdaderamente se llega a conocer a la persona detrás del autor.

5 comentarios:

Batz dijo...

Y es demasiado riesgoso hacer una autobiografia antes de llegar a ser viejo. Se cree uno que le queda mucho por vivir y experimentar. O que quizá aún tengo tiempo de cambiar de rumbo...

rm dijo...

El día que haga una autobiografía es que ya me quiero morir, para que no me dejes escribirla eh?

Cerebro dijo...

Buena tu reflexión ¿De que libro de Sastre te inspiraste?

rm dijo...

Cerebro, Se llama "Las Palabras". Fue muy difícil de conseguir, de hecho lo tuve que comprar usado en una de esas librerías del centro de Monterrey. Espero que tú tengas mejor suerte para conseguir uno en mejor estado.

vero.mil dijo...

Noooooooo!! nunca te dejare escribirla entonces =(. Prefiero seguir con los juegos de "Cuentame una historia" =)