Primero espero que se la hayan pasado de excelente forma en estas vacaciones, estimados lectores. En principio sé que se la pasaron muy bien porque el tráfico a este espacio se redujo a un cuarto de la normalidad, por lo que podemos aducir que el 75% de mis amables visitantes tuvieron algo mejor que hacer durante la semana pasada. Pero comencemos de nuevo.
Este día el tema que debería tratar podría ser el PRD o la reforma energética pero no sé ustedes, yo ya estoy hasta la madre de la misma nota repetida hasta la náusea. Simplifiquemos las cosas: Ésta es una guerra entre dos partidos que tienen posibilidades de ganar batallas, el PAN y el PRD. El primer golpe de este mes fue Mouriño y la respuesta ha sido el seguimiento a las elecciones del partido de izquierda. Escándalo contra escándalo. No hay nada más detrás. Si luego me inspiro escribiré sobre el PRD pero por lo pronto quiero seguirme sintiendo en vacaciones.
Mejor tratemos un tema neutral ameno. Me imagino que la mayoría de ustedes se enteraron de la existencia de los emos por las notas de la semana antepasada y pasada respecto a un grupo (una tribu urbana como la califican en televisión y radio con toda la discriminación posible), que ha sido agredida por el simple hecho de ser. Yo tuve mejor suerte para conocerlos, sin prejuicios tontos. Durante una estancia en Estados Unidos durante mi temprana juventud tuve oportunidad de hacerme amigo de un húngaro que le gustaba ese ambiente punk, algo para mí completamente ajeno. Sin embargo más por aburrimiento y no tener algo mejor que hacer decidí acompañarlo a la ciudad frecuentemente a ver estos conciertos que hacían cada fin en los sótanos de algunos edificios viejos de Greenwich Village en Manhattan. En algunas de esas ocasiones encontré entre los diferentes grupos de punks a algunos emos. No hay que tener un ojo muy agudo para distinguirlos, sin embargo mi primera impresión con ellos y con el resto de los punks es que son personas sumamente respetuosas.
Sí, pueden estar gritando, aventándose, o ensimismados en las canciones como normalmente están los emos, pero te respetan. Se respira un aire de tranquilidad en esos conciertos que no he vuelto a sentir con ninguna otra corriente musical o cultural. Hay una hermandad visible entre todos los grupos.
¿Por qué les cuento todo esto? Porque no sé cuándo surgió esta enemistad entre grupos. Tampoco sé si se trata de un asunto local o más bien es un movimiento mundial contra los emos. Cualquiera de los dos resulta completamente absurdo pero esa respuesta podría darnos muchas pistas. Si alguien lo sabe, que me diga. Sin embargo es lamentable ver el grado de conflicto entre grupos urbanos (no tribus) por simples diferencias en vestido y pose. Porque eso es. La identificación hacia un grupo siempre ha sido una de las principales necesidades del ser humano después de la alimentación. Desconozco las motivaciones psicológicas para que alguien decida volverse emo pero respeto completamente esa decisión ¿Por qué no? ¿Qué daño hacen? Dicen los punks y otras corrientes que el problema es que estos grupos emos los copian y les dan mala imagen. La gente que los mira en la calle dice "son punks" y no dice "son emos". Bueno, vaya argumento. Que se dañan a sí mismos y que viven lamentándose por su existencia y que buscan el suicidio. Bueno, qué más da. Aquí he escrito anteriormente que el ser humano tiene el irrestricto e irrevocable derecho a decidir su existencia, aún cuando eso implique dañarse a sí mismo.
Este naciente fenómeno de intolerancia mal copiado en nuestro país resulta verdaderamente lamentable. Consiste en una forma de discriminación que no obedece a ninguna razón salvo el odio (o tal vez la envidia si nos vamos a factores freudianos). Sin generalizar porque en todos lados hay personas de todo tipo, pero los emos en general son un movimiento pacífico de expresión humana como muchos otros. Las razones que aducen sus odiadores resultan tan tontas y huecas que dan risa. Parecen más producto del aburrimiento que de razones coherentes.
Cada quien es libre de odiar a quien le dé su gana, pero cuando ese odio se transforma en violencia, ahí es cuando debe comenzar a preocupar. No es posible que se esté ejerciendo violencia contra un grupo simplemente por expresar su punto de vista sobre la vida. Estamos copiando la peor faceta del ser humano: el odio irracional. Y ni siquiera por razones que nos incumban ¿Pensamos que es cool odiar emos? Por favor. Hay cosas más interesantes qué hacer en esta vida.
2 comentarios:
Yo pienso que la aversión a estos grupos es que la mentalidad deprimente y pesimista se convierte e n una moda. Es cierto que todo mundo a veces somos deprimentes, o pesimistas, pero mi aversión viene cuando transforman eso una moda, el cortarse las venas, y el buscar ser compadecidos. Aclaro, no justifico tampoco las agresiones a estos grupos , cuando no se están metiendo con nadie.
El pesimismo es la otra mitad de la existencia. En ocasiones da una perspectiva valiosa. He convivido con algunos de ellos y me parecen personas muy reflexivas, interesantes. No generalizo tampoco en el aspecto positivo, pero sinceramente no entiendo.
Pero como dije, cada quien es libre de odiar a quien se le venga en gana. La preocupación es que este odio torne en violencia irracional. Eso sí es patético
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