Los intelectuales existen sólo para destrozar estructuras
para remover pisos que supuestamente son los últimos, que no hay nada debajo, que lo que sigue para esa dirección es el infierno y la desesperanza. Cuando mueven los sedimentos nos encontramos con nuevas realidades, nuevos pisos.
Los intelectuales no lo hacen intencionalmente, al menos no los menos soberbios. Ahí andan, pensando, reflexionando, opinando, desopinando después. Llenando de letras hojas que hubieran terminado de cualquier modo en el bote de basura. Sin embargo de vez en cuando uno de ellos encuentra la razón de una noticia. La explica, se la explica a él o ella después y entonces parece que todos entendemos.
Así parece porque la mayor parte del tiempo el intelectual no se interesa en explicarse sino sólo en entenderse a sí mismo. Así luego nos encontramos con que estamos de acuerdo con un completo desconocido, con argumentos que escapan a nuestra comprensión. Pero ahí estamos, siguiéndolos, comprando sus libros y rezando porque alguna vez podamos captar algo de ese gran manesaje que nos intentan sugerir.
De pronto toman una postura como si se tratara de un asunto de moda, de cliché, de comodidad.
Luego se les critica su intervención, saben que pertenecen al mundo intelectual, al mundo académico, al mundo ese que no existe pero del que todos estamos muy orgullosos. El mundo de las ideas, pero que no se metan al mundo real, al mundo del dinero porque entonces se vuelven activistas, reaccionarios, comunistas, terroristas, globalifóbicos y demás.
Digo de pronto porque así pareciera que pasa. Leen algo que los conmueve, tal como nos sucede a todos nosotros. leemos algo que nos llama la atención y luego ahí estamos como estúpidos repitiendo una idea uqe ni siquiera nos pertenece pero que la vamos apropiando, la vamos llenando y resanando con palabras más nuestras, con ideas más mundanas y así ya luego nos pertenece, la podemos decir sin miedo. El intelectual se encuentra en este mismo mundo pero con la diferencia de que su trayectoria y su nivel educativo le permite disfrazar y robar ideas con mayor facilidad. Su bagage de palabras exóticas es mucho mayor que el nuestro, y su capacidad para esconderse, mimetizarse y hacerse pasar como un pensador original es mucho mucho mayor.
En realidad no existen intelectuales así como tampoco existen compromisos
Si existieran tuviéramos a estos intelectuales intentando cambiar las cosas y no sólo escribiendo libros publicados en miles y miles para así seguir ganando dinero de expresar sus "ideas"
El intelectual comprometido es algo así como un entrometido con bonitas palabras y con una que otra capacidad para hablar más o menos interesante en público o en los medios electrónicos.
En relación a esto porque encuentro que el mundo intelectual se ha desbandado hacia esa dirección desde hace ya varios años. ahora todos los pensadores quieren opinar, y en eso no encuentro error ni problema, sino que el problema reside en esa capacidad de robar ideas, apropiarlas y presentarlas como propias con la única justificación de llenar sus carteras.
Hablar mal de Estados Unidos paga
Hablar mal de Francia paga
hablar mal de las armas y de las drogas paga
Hablar bien de los derechos humanos, de la hermandad, de la justicia y la democracia paga
hablar mal de las industrias y del capitalismos paga
Hablar bien del medio ambiente y de las culturas indígenas y autóctonas que vendrán a cambiar las cosas paga
hablar de los medios de comunicación como si fueran el diablo paga
Hablar mal del ser humano paga más que cualquier otro
Hablar raro paga y así hablan estos intelectuales
Supongo que el mundo es algo más que esto pero me siento inmerso en una tendencia de homogenización del pensamiento. Siento que cada vez hay menos ideas y más repeticiones, cada vez mejor acomodadas.
¿Será que hemos llegado al final de las ideas?
Como dijera Einstein que la física se había terminado, será que ahora las ideas políticas están también en vías de extinción o al menos de sobrerrepetición?
Hay un cuento de Isaac Asimov que para variar no recuerdo el título pero que trata de una Multivac (la supercomputadora) que tiene en su memoria todas las palabras y todas sus posibles combinaciones. De esta manera le era accesible construir todos los cuentos y novelas posibles. Llegó un momento en que los escritores dejaron de existir porque Multivac escribió todos los cuentos posibles en poco tiempo.
Todas las obras ya existían antes de ser escritas pues eran el resultado simple de una combinación de palabras.
El Quijote, El Rey Ricardo III, Metamorfosis, todas ya estaban escritas.
Esto me recuerda aquél sentimiento mayéutico de Aristóteles sobre que el conocimiento ya existe dentro de cada uno desde el nacimiento, sólo es cuestión de dejarlo salir.
¿Entonces? El intelectual dejará de existir cuando inventemos esta máquina? No será el internet esa gran máquina que ahora escribe y piensa todo?
No serán los blogs ese siguiente movimiento homogenizador que termine por asesinar la originalidad?
No estaremos ya en ese camino de destruir al pensamiento humano?
Google lo sabe todo, lo escribe todo, lo piensa todo, responde todo. Si google no lo sabe no existe. Cuánto falta para que esta broma sea realidad?
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