enero 30, 2006

Quién influye a quién

Dicen los conocedores, quienes la mayor parte del tiempo sólo ellos dicen saber sin que el resto los respalde, que al escritor lo antecede su ambiente. Escribe lo que ha vivido, piensa y reflexiona lo que le ha tocado experimentar de tal manera que su historia tiene una connotación autobiográfica.

De alguna manera todos los libros son esto: la representación de aquello que el escritor quiere decir, sus angustias, sus rechazos, sus aventuras, sus esperanzas.

En los pocos cuentos que he escrito hasta ahora me he encontrado siempre un cierto aire de mi vida en ellos. Muchas veces entro en un estado de pasividad mientras escribo, no sé de qué mejor manera explicarlo. Digamos que de pronto son mis dedos quienes escriben y no mi cabeza o mis ideas. Al momento de leer lo que escribí me descubro descubriendo novedades de mi persona. Como si alguien más lo hubiera escrito y no yo.

Entro en un estado de pasividad, dije. Soy un intruso de mis propias ideas a las cuales les tengo que encontrar sentido de nuevo. Leer lo que escribo entonces es una doble aventura pues tengo que descubrir qué quiero decir y a la vez descubrirme.

Escribir es entonces una de las cosas que más disfruto, pero en muchas ocasiones me he preguntado qué es lo que pasa por mi cerebro mientras presiono estas mismas teclas negras que ahora se deprimen y regresan a su estado natural una y otra vez mientras en la pantalla aparecen letras que supuestamente yo estoy escribiendo.

Hago recuento de los cuentos. En ellos siempre hay ese pedazo de mi que no encontraba cómo decirlo. No digo nada nuevo pero al menos es algo nuevo para mí y en ese sentido es que tienen congruencia.

La pregunta que termino haciéndome mientras cierro la última página de la silla, ese último cuento que ahora me tiene tan preocupado por todo lo que puse ahí sin darme cuenta, es quién influye a quién? El cuento es una representación mía o yo soy una representación de ese cuento?
En algunos puntos suena tan triste que me quedo pensando si realmente soy yo. En algunos caigo en la incongruencia que mis amigos me han dicho al leerlo. "No le entiendo nada", "está muy revuelto". Tal vez sea yo que ni siquiera supe interpretar aquello que mis dedos querían escribir.

El cuento está disponible gratis en:

groups.msn.com/cuentos

Ahí busquen en "documentos" el cuento "hernando y la silla". Bájenlo y listo. También hay otros cuentos de cuando era más joven. Espero que les gusten.

Como dijo Alexander Nehamas: "La vida como literatura" ... ¿o será al revés?

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