La historia del quinto sol del Calendario Azteca nos habla de un próximo final de este ciclo en donde el "sol" (la civilización) llegará a su fin para dar nacimiento a un nuevo sol. La exactitud de este calendario es monumental.
Más que la profecía y la posible exactitud de los astrólogos mexicas, lo que nos habla este calendario es de una característica del mexicano: La presunción a renacer cada determinado tiempo.
Suponemos que la historia está llena de símbolos que nos remiten a nuestro pasado inmediato o más profundo. Suponemos (acertadamente al menos) que la historia que nos tiene aquí es parte de nuestra naturaleza y que como naturaleza se puede y debe repetir.
Caemos fácilmente en el engaño de ser parte de una historia que alguien más está escribiendo, que estamos registrados en una piedra histórica tallada hace cientos de años y que desapareceremos de la faz de la tierra sólo para vernos renacer.
Esto se traduce en nuestra forma de ser, en cómo vemos la vida, cómo vemos la educación, la sociedad, nuestras fiestas, nuestra muerte, la percepción siempre divina de cómo nos reunimos unos frente a otros y nos miramos, no con la mirada de quien está a punto de perder algo, sino sólo de alguien que renovará su naturaleza porque como tal tiene que volver a nacer. No te pierdo sino que sé que volverás al tercer día.
Así tomamos no pensando en la cruda sino en que eventualmente el cuerpo nos traerá la dicha de la tranquilidad y la nueva dicha de volver a estar en estado etílico. Tomamos la droga y la miramos con curiosidad, sólo para conocer qué es lo que hay más allá que no podemos ver con nuestros ojos pero que con nuestra imaginación podríamos imaginar-ver. Lamemos sapos venenososo para ver colores mientras nos convulsionamos en el suelo, tomamos peyotes del suelo para morderlos (ni siquiera somos tan finos como Huxley que puso unas gotitas en un vaso con agua... mordemos el peyote). No nos importan los efectos pues cuando nos consumamos en nuestro estupor y nuestro envenenamiento habrá un nuevo día, habremos renacido, seremos dioses una vez más. Miraremos la vida por encima de los hombros, con confianza, existiendo sólo para vernos resurgir de nuestros errores, no hay problema que todo volverá a comenzar.
Y también en la política se refleja. Es quizá en la política donde más fácilmente podemos identificar nuestra naturaleza. O porqué es que tomamos decisiones tan viceralmente? Porqué vamos a votar sólo porque me gusta un candidato, como si pudiéramos suponer que siempre habrá un país al cual arriesgar de esa manera. Miramos la plataforma y las propuestas pero en realidad no nos importa. Miramos cómo se pelean, miramos cómo los diputados se estrellan unos con otros, cero discusión, mil de enfrentamiento, confrontación, desatinos. No importa. Nos reímos, decimos qué barbaridad. En la próxima elección volvemos a votar por esos personajes. Nos prohíben votar por ciudadanos fuera de los partidos aún sabiendo que estos personajes no harán su trabajo y no hacemos nada, de cualquier manera en otros seis años seguiremos aquí, qué nos importa. No importa que mañana tendremos una nueva oportunidad. Nuestra naturaleza nos permite suponer que renaceremos, que surgiremos de todos estos problemas para descubrir que estamos una vez más en el nivel uno, que todo lo que perdimos ayer seguirá ahí al día siguiente. Volverá del limbo para arreglarnos la vida. No importa quién llegue a la presidencia pues de cualquier forma conseguiremos la ayuda de alguien más.
Nos encomendamos a la virgen cuando ganamos la primera moneda del día, nos persignamos antes de iniciar un viaje, suponemos que no nos tenemos que cuidar pues como sea alguien más nos está cuidando. Y si nos morimos volvemos a nacer, volvemos a surgir.
El quinto sol se acaba pero tendremos un sexto. Contaminemos nuestra mente, contaminemos nuestro país, todo se fundirá en el fuego en el que nos arrojaremos de cabeza. De ahí volveremos como Sol y como Luna para estar reunidos una vez más.
La presunción de ciclicidad es nuestro peor defecto. Suponemos que siempre estaremos aquí aunque muy muy en el fondo comenzamos a ver la línea del mar donde si seguimos hacia el oeste nos caeremos al vacío.
1 comentario:
Y que tal con eso de que los pobres seran los beneficiados en el cielo? [algo asi va, jajajaj]
Esa creencia de que estamos aqui de paso y que tendremos otras oportunidades mas adelante estan re jodidas... que se haga todo perfecto en la primera vuelta...
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