Publicado en 15diario
Una de las principales características del elector estadounidense es su propensión a la emotividad asociada a los candidatos, a la visión de las campañas como si se tratara de una historia de película. Así, no es raro ver en las campañas al hombre más inhumano cargar a un bebé para que salga en la foto como una persona cualquiera que pudiera ser tu vecino, o ni hablar de la candidata que llora frente a las cámaras para así ganar las primarias en algún Estado.
La campaña por la candidatura demócrata ha tenido de todo, desde pastores belicosos hacia los blancos hasta mentiras descubiertas sobre un supuesto ataque a la entonces primera dama al llegar a una ciudad de Europa. El drama se ha mantenido como un elemento esencial del día a día. Otra de las características de esta inusual contienda ha sido el virtual empate entre los dos contendientes aún con vida en ese partido. Ambos han negado una y otra vez la posibilidad de declinar ante la creciente posibilidad de quedarse con la candidatura.
Es por todo esto que no sorprende los tiempos y las formas en que una terrible noticia ha sido anunciada. Me consideraba hasta ayer una persona vacunada contra las exageraciones y el dramatismo propios de la democracia estadounidense, pero ayer cuando Edward Kennedy habló con los medios para dar a conocer una enfermedad que parece ser terminal, pudiera ser la cereza de un pastel que comienza a ser difícil de seguir saboreando.
No dudo de la verdad de la situación y como cualquier ser humano me solidarizo con el gran dolor que debe estar sintiendo la familia del exprecandidato demócrata. Sin embargo no debe resultar ninguna casualidad que este personaje tiene varias características que llaman la atención. Primero, que no puede negarse el peso de su apellido, el emblemático presidente que fue asesinado. Segundo, su abierto apoyo una vez declinó, a la candidatura de Obama.
En un momento en que las cosas parecen cerrarse mejor que en una película de Hollywood, el anuncio del tumor del senador parece acomodarse para que la emotividad una vez más sea un factor determinante en las últimas primarias y en los superdelegados que están por tomar su decisión.
Esperando que este mal deje resignación a sus familiares y amigos, dejo como interrogante los tiempos y lo grotesco que puede llegar a ser una campaña en un país al que supuestamente admiramos por su madurez política.
3 comentarios:
Esta sociedad cada día mas ligada a los medios de comunicación. Es increíble que un partido pueda o no ganar una elección en base a estos factores tan desligados a las capacidades de su candidato. No dudo que Obama tenga un excelente programa de trabajo, pero me parece muy gracioso que tanto él como Clinton se esfuercen mas en mostrar sus cartas mediaticas, en vez de demostrar sus habilidades en el caso de obtener el puesto.
Tendrá que ver mucho con el electorado, qué es lo que espera de sus candidatos.
Yo pense que te referias a Bush con eso del cancer. Este presidente paso de tener el indice de aprobacion mas alto de la historia (despues del 9/11) al mas bajo de la historia de EEUU.
A los gringos les encanta el cambio, por eso creo que gano Bush en el 2000 a pesar de la buena administracion de Clinton. Y ese cambio lo representa Obama.
Definitivamente las noticias del cancer recurrente de McCain van a pesar.
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