agosto 12, 2007
Reconstrucción de la verdad
La frase que más impacto ha causado en mi vida casi puedo asegurar que es "la historia la escriben los ganadores". Por lo general se repite cuando se trata de hablar de la segunda guerra mundial y la construcción del monstruo en que Hitler se convirtió. Todo lo malo sucedido en esa guerra fue producto de la diabólica hazaña de un loco austriaco con bigote chistoso. Todo lo bueno, incluyendo el valeroso rescate de los Estados Unidos a la Francia e Inglaterra que vivieron y vivirán eternamente agradecidas por ese gesto noble, todo eso vino de los Aliados. Incluso la bomba atómica que hace unos días conmemoró otro año de su espantosa aparición en el mundo, eso fue hecho por lo aliados así que algo bueno tuvo que haber traído, o al menos algo que todavía no terminamos de entender provocó que los buenos terminaran asesinando a tantas personas como los alemanes en los campos de concentración.
Hoy en día la mayoría de los organismos internacionales que se llenan la boca juzgando por crímenes de lesa humanidad a presidentes y generales que cometieron genocidios, y no se percatan que en sus consejos y tribunales están los mismos que hoy día están asesinando sistemáticamente a pueblos como el palestino, el afgano y el iraquí.
Hace unas semanas compré la revista Letras Libres, panfleto filopanista que sólo compro porque no puedo dejarme de perder las editoriales que ahí escribe mi intelectual favorito Gabriel Zaid, y porque la verdad me gusta mucho la sección Letras, Letrillas, y Letrones, así como la sección de libros. El pecado que yo cometo es saltarme la mayoría de las páginas sólo para llegar a los artículos que me interesan. "Está libre en Internet, so tonto" podrán decirme, pero la verdad mis lugares favoritos para leer no pueden accederse (todavía) a través de Internet, lo que me obliga a tener una copia de 50 pesos comprada en Sanborns para leer lo poco que disfruto de esa revista en el baño después de comer, y en la cama antes de dormir.
Me encontraba en el primer escenario hace unos días disfrutando de esas páginas cuando por casualidad vi en la reseña de libros algo que este mes llamó mi atención. Casi todos los libros reseñados tenían que ver con la elección de 2006. Los libros de Carlos Tello, de Jorge Fernández, de Poniatowska, del mismo López Obrador. Extrañamente faltó el libro de Madrazo "La traición", sus razones tendrán, y ni qué decir el próximo a publicarse de José Murat que también viene a contarnos su versión de los hechos.
Comencé a leer porque pensé que encontraría algo digno de llamar mi atención. No era para mí ningún secreto el espumoso odio que todo el consejo editorial de Krauze y sus compadres sienten por López Obrador pero lo que ahí leí me causó primero impacto, luego risa, y finalmente pena ajena.
La denostación de López Obrador y sus seguidores era algo previsible, pero algo que sí me causó un desagrado fisiológico fue la descripción que hizo Fernando García Ramírez del héroe que había sido y sigue siendo Calderón. Vino a salvarnos, estuvo tan cerca la derrota que en realidad su hazaña fue mítica, épica que digo. El héroe que tuvo que luchar contra toda la adversidad hasta que llegó a la presidencia. Desde chiquito ya quería ser presidente, y precisamente porque se lo puso como objetivo, este hombre "doctorado en Harvard" [sic] lo logró contra todas las fuerzas malignas del mundo.
Al parecer comienza a construirse un mito épico alrededor de la figura de Calderón y su triunfo "sorpresivo". Comienzan a olvidarse los detalles bochornosos como el desafuero, el linchamiento político, la contribución del entonces presidente, de toda la IP mexicana y muchos extranjeros con intereses claros en México como los norteamericanos y españoles a una de las elecciones más sucias y lamentables de nuestra historia. Todo eso es pecata minuta. Lo verdaderamente importante es que se venció al diablo, y quien lo hizo es un héroe, un ángel, un superhombre.
La historia la escriben los ganadores. Qué frase más perturbadora. Tal vez el fraude nunca sucedió. Tal vez Calderón no esté hecho de carne y hueso sino de algo más. Qué bueno que nos salvó de la maldad apersonada en el candidato que ya ni recuerdo su nombre.
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6 comentarios:
Siempre, idealizando como idealizan a los heroes, y polarizan todo en buenos y malos.
El que muestra poca integridad en determinado momento, es probable que la muestre en otra. Y si el señor Calderón y sus compinches hicieron toda esa guerra sucia. De algo que podemos estar seguros es que no es un heroe
Yo he escuchado a más de una persona afirmando completamente lo opuesto: Calderón es un héroe porque nos salvó del villano.
Maniqueísmo en su máxima expresión, pero la verdad es que ninguno de los dos "bandos" se salva de este juicio
"Todos somos mexicanos y debemos respetarnos, aunque unos mueran de hambre y otros roben miles de millones de pesos"
=/
¿Tú crees?
hahAHhahaHAHAha
Como dijera Enzesberger: "por eso"
Terriblemente redundante y somnifero este post.Ya hasta aburre el tema.
Hable de viejas y la cogedera.
jajajaja.saludos sr.
Una buena respuesta a este post seria "pos que esperabas ...pendejo!
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