La lucha en Nuevo León

La contienda por la gubernatura en Nuevo León no será del PRI contra el PAN. Será entre el despacho Santos Elizondo contra la vieja guardia del PAN. Lo más cercano a una decisión competida probablemente se esté dando en estos días, pues una vez que se elijan los candidatos oficiales la suerte estará prácticamente echada.

Ha sido hasta este momento estrategia de algunos medios de comunicación claramente alineados con Fernando Elizondo (El Norte por sólo mencionar al más evidente), dar por sentado el dedazo de parte del Comité Ejecutivo Nacional del PAN. La intención es clara, desanimar a los electores en el PAN para que eviten dar una lucha que en todos lados, por todos los analistas, por todos los frenten, ya la dan regalada para Elizondo.

La historia cuenta que en un arreglo en 2006 Natividad González Parás negoció su protección política después de 2009 a cambio de generar el apoyo de la votación a favor de Felipe Calderón. La forma en que esto se haría iba a ser asegurando que el despacho Santos Elizondo, donde despacha el hermano de Natividad, pondría a los dos contendientes, por un lado a Fernando Elizondo y por el otro a Rodrigo Medina, un don nadie que sólo sirve de fachada para esconder al verdadero secretario de gobierno en la entidad: Rogelio Cerda. Hombre que ha sido señalado en varias ocasiones por su cercanía con el cártel de Sinaloa y que en los peores momentos de ejecuciones en el Estado tuvo que renunciar ante esta presión, no así alejarse de la toma de decisiones.

Las salidas ante esta imposición que sin duda está desgastando a Germán Martínez frente a sus posibilidades presidenciales son pocas, y el tiempo cada vez es menos. Una es la más fácil para él pero también la más costosa. Permitir la designación directa alejará de la contienda el roce entre varios grupos, pero sólo de manera temporal. El peor escenario sería algún candidato contendiendo desde otro partido que no podría descartarse. Otra opción es permitir el registro de los contendientes de manera abierta. El peligro aquí sería que gane Madero, pero según lo que el CEN ha dejado filtrar la situación estará controlada cuando lo amenacen con revelar información de la corrupción que hay en su administración en Monterrey, y que eventualmente decline su candidatura a cambio de una no persecusión penal. Esto abriría la posibilidad de que dos de los precandidatos más fuertes hasta este momento verdaderamente demuestren su potencial frente a los electores panistas: Margain y Elizondo. El ganador de esta manera tendría muchas más posibilidades de enfrentar a Abel o al mismo Rodrigo Medina con un panismo unido.

La alternativa de designación directa tiene un tufo demasiado fuerte a dinosaurio. En los próximos días el PAN decidirá si comete uno de sus primeros actos autoritarios como partido de gobierno, o si demuestra su compromiso con la democracia por la que siempre, supuestamente, ha luchado.