Cuando escucho el reclamo de la embajada mexicana contra Burger King por la osadía de vestir a un actor con nuestra bandera no puedo dejar de pensar en todas las otras experiencias que tenemos en torno a nuestro amor por los objetos, especialmente cuando se trata de religión y patriotismo.
La cultura mexicana se caracteriza por ese amor a los objetos, no tanto a lo que deberían representar. Amamos no a un dios sino a la figura que lo representa. Cargamos con pendientes e imágenes en nuestras carteras y bolsas. Adoramos la bandera como un objeto inviolable, nos llenamos de orgullo ante los elementos que conforman nuestra supuesta identidad y pasión.
Si tan sólo fuéramos así de amorosos y defensores de nuestros valores como lo somos actualmente con nuestros objetos este país sería otro. En cambio podemos ver a nuestro país humillado por bandas de narcotraficantes y contrabandistas, podemos pensar que la ley está hecha para los que quieran respetarla (los tontos que no saben cómo violarla), podemos ver a políticos burlarse de nosotros y una y otra vez y seguimos votando por los mismos ladrones o sus hijos (políticos o naturales).
Nuestra religión se convierte en repetir incesantemente aves marías y padres nuestros pero nos importa poco si buscamos cumplir con los objetivos de esa iglesia (cualquiera que usted, amable lector, profese). Podemos ver la opulencia y el descaro en cada rincón de esos templos mientras nos hablan de humildad y caridad, con sus muy rescatables excepciones por supuesto.
Nuestra concepción del mundo está compuesta por objetos pero desprendida de una manera extraña del significado que debería tener. La hipocresía se vuelve tan evidente cuando hacemos estos reclamos que parecen no tener mayor trascendencia, mientras que con los problemas verdaderamente graves sí podemos convivir como si nada estuviera pasando.
Religión y amor a la patria sólo dos ejemplos, pero los podríamos ver en muchos otros lados que ahora no tengo el ánimo de mencionar. Ustedes busquen sus propios ejemplos en sus carteras y bolsas de mano. Fetichismo, pues. No hay otra forma de llamarlo.
4 comentarios:
Totalmente de acuerdo! Yo escribí algo sobre el tema pero desde el punto de vista de cómo llegaron a la decisión de lanzar la publicidad los de BKing.
Manda liga. Será interesante.
Yo pienso que BK le hace un favor a Mexico. Preferible ser asociados con la lucha libre que con drogas, inseguridad y violencia.
A veces es mas facil creer y respetar en elementos tangibles, que ideas y valores. Estamos mas entretenidos y distraidos con lo que pasa que con lo que deberiamos estar haciendo para cambiar lo que tenemos alrededor.
La bandera y la religion es solo lo que mas notamos, creo yo.
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