La presidencia solía ser cuestión del gabinete, estar lo más cercano al poder del dueño de la silla presidencial para congraciarse con su ánimo y aspirar a ser el ungido. Una buena plataforma para ello siempre fue la secretariá de gobernación.
Ante la ya tan mencionada y sobrecitada dispersión del poder presidencial como causante de todos los males de nuestro país, quiero agregar una más. Total, en qué nos puede afectar.
La aspiración del poder presidencial, junto con la silla, también se dispersó. En lugar de provenir del gabinete presidencial y sus colaboradores cercanos, analicemos las tres principales candidaturas a la presidencia. Uno fue jefe de gobierno del DF, un puesto que naturalmente se ha convertido en un comodín para estar en la carrera final. El otro fue líder de su partido, mientras que el tercero, oh sorpresa, fue secretario de Estado.
¿Me estoy contradiciendo? De ninguna manera. Pensemos en las probabilidades. El señor Calderón de hecho no fue dentro del gabinete el consentido, sino que fue expulsado del paraíso por atreverse a cuestionar la autoridad de Vicente Fox. La oveja de oro fue primero la esposa Martha, y hacia el final recayó en Santiago Creel. No digo nada nuevo aquí, espero no estarlos aburriendo. Calderón de hecho llegó a la carrera por la presidencia por el apoyo que recibió de un hombre que luego sería premiado con la SEGOB. Hablamos del controvertido Francisco Ramírez Acuña quien lo destapó en su rancho hace ya poco más de un año.
Ver a los gobernadores como fuertes activistas políticos no debe resultar una sorpresa. En el amanecer del siglo XXI mexicano, las gubernaturas se han transformado en un trampolín natural para aspirar a la presidencia, o para impulsar a quienes nos conviene que se encuentren en los Pinos.
No es casualidad que los gobernadores se la pasen en el DF la mayor parte de su semana en lugar de estar atendiendo los asuntos locales. No es casualidad que nuestro gobernador Natividad González Parás esté ahora en Europa persiguiendo a Calderón para tener su tan ansiada audiencia.
Si vemos a los destapables para 2012, podemos encontrar que hoy más que nunca el poder proviene de los Estados: Eugenio Hernández, Peña Nieto, Cárdenas Batel, Eduardo Bours, Marcelo Ebrard. Donde se difumina más el poder es obviamente en el partido en el poder, pero no deberá sorprendernos que próximamente podamos comenzar a ver cabezas sobresaliendo por encima de Calderón. Ahora suenan sus allegados del gabinete, pero así también sonaban los allegados a Fox.
Lo desastroso de esto es la tendencia cruzada. Mientras más se fortalece el federalismo en México, menos los gobernadores están interesados en asumir sus nuevas y cada vez más complicadas responsabilidades. Mientras las decisiones cada vez más se toman desde las capitales estatales, así también vemos a los gobernadores sólo viendo sus posibilidades para ocupar la silla grande. Cuestión de inercia será.
6 comentarios:
Ay nanita, me da hasta urticaria pensar en los presidenciables del 2012. Que no acabamos de elegir presidente?
Con eso se me quedó el cerebro medio bloqueado, ahí me callo
Una de las razones es el cambio de la geografía del poder, de la transición de sistema político de partido hegémonico a uno más democrático o plural, se rompieron los otrora grupos tradicionales de poder, o/y hemergieron nuevos.
Lo interesante aquí es estudiar, como se están conformando estos grupos, hacia donde se dirigen y que medios utilizan para sus fines, pero lo más importante, ¿Cúal es su aportación para nuestra democracia?.
Champ, Esto comenzó el 2 de diciembre.
Enrique, Yo soy de la idea de que en México aún no podemos hablar de democracia mientras no se garantice la plena libertad política de los ciudadanos. Creo que la dispersión del poder en manos de los gobernadores ha creado a 32 caciques sin muchas herramientas de rendición de cuentas ¿Nuestra democracia? Sigue siendo una ilusión muy bien armada sólo porque cruzamos una papeleta cada tres años para luego olvidarnos del asunto
Saludos
Definitivamente en méxico no existe la democracia; nos han hecho creer que es decidir lo que querramos y hacer lo que nos de la gana, pero no, lademocracía implica mucho mas....pero los mexicanos nos merecemos lo que nos está sucediendo. Te invito a leer el artículo: ¿Nos merecemos la Democracia? en http://mbgenvozalta.blogspot.com.
Y Mil Felicidades por tu Blog, interesante y acertado.
Saludos.
Mil
Reva, creo que calificar a las democracias en "buenas o malas", no es lo ideal, hay que precisar el concepto de democracia, y ¿Democracia para quíen?,según estudios que se han hecho sobre la calidad de la democracia en los países, hasta los de primer mundo salen con deficiencias, ????,obvio que los de tercer mundo salen peor.
Por otro lado es cierto, que nuestra democracia se ha edificado sobre una transicion democratica electoral, por el contario de otros países, ejemplo claro, el de la transicion española, donde existieron acuerdos políticos entre los diferentes actores para el arribo de la democracia.
Sin duda, donde México debe evolucionar es en la participación ciudadana, e impulsar los cambios necesarios para ello, y no quedarse en sólo la participación electoral, que para eso se pintan solos los partidos.
Es importante crear conciencia, sobre la realidad en la que vivimos, sin apasionamientos.
Si bien no tenemos el ideal democrático, bien podemos esforzarnos cada uno para alcanzar un mejor estadio, en lo que nos corresponde, desde nuestras trincheras.
Esta rico el debate, jejeje
Mariluz, Durante el fin de semana leeré con mucho gusto el artículo que me señalas
Enrique, La calidad de la democracia es un debate largo que personas como Dahl y Bobbio han enriquecido enórmemente. Siempre son buenos los debates, cómo no.
La democracia, como bien señalas, debe sustentarse en los ciudadanos (no en los partidos). La democratización que tuvimos en México se volvió una cartelización de la toma de decisiones. Los partidos políticos (en todo el mundo, no sólo México también estoy de acuerdo contigo en eso) ahora se convierten en dueños de una parte de la verdad que defienden hasta la muerte pero no por creerlo sinceramente, sino porque se ha vuelto un lucrativo negocio.
El siguiente paso tiene que ver con lo que Putnam ha señalado como "capital social" ¿Qué tanta interrelación existe entre nosotros? ¿Qué tanto estamos al tanto de lo que sucede en nuestro país? ¿Qué tanto castigamos a los malos funcionarios?
Ahí es donde me atrevo a señalar que México aún no es democrático. Precisamente porque no nos hemos asumido democráticos y porque nos encontramos en calidad deficitaria respecto a la exigencia de cuentas (rendición de cuentas tiene que ver con esperar a que la autoridad nos diga qué hizo. La exigencia tiene que ver con orillar a la autoridad a que nos responda. Creo que en México nadie ha hablado sobre eso).
Un gusto, compañeros. Sigamos este debate aquí y en otros foros.
Saludos
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