enero 17, 2008

Mouriño


Esta mañana enciendo la televisión y está Mouriño con Loret de Mola. Subo al carro y enciendo a Oscar Mario Beteta (me quitaron a Aristegui), y de nuevo el secretario de gobernación en plena exposición ante los medios. Sin duda que la estrategia respecto al hombre de Calderón está cambiando.

Ya se habló mucho de esto en otros lados pero qué más da. Recapitulación de opiniones ayer y hoy:

1) Ramírez Acuña había sido una cuota que Calderón ya consideró pagada. Ahora pone a su hombre de confianza en Gobernación, aunado con un pobre desempeño del hombre de Bucareli.

2) Abrir cartas presidenciables. El PRI ya tenía a Beltrones y Peña Nieto, el PRD a López Obrador y Ebrard, ahora el PAN tiene a Martínez Cázares, Cordero (el nuevo en SEDESOL) y el mismo Mouriño.

3) Subir a Mouriño a Gobernación significa que por primera vez en muchos años el presidente tiene verdaderamente a su hombre de confianza despachando en Bucareli. Salinas tuvo a Córdoba Montoya en la oficina de la presidencia, Zedillo tenía a Liébano Sáenz, Fox a Marta Sahagún como operadora política y Calderón hizo lo mismo con Mouriño quien era verdaderamente su hombre de confianza. Este enroque puede ser peligroso porque deja a la presidencia sin un pararrayos en Gobernación. Los errores de Mouriño serán errores del presidente.

4) Al convertirse automáticamente Mouriño en un presidenciable se resquebrajará el entendido de que las negociaciones entre el jefe de la oficina de la presidencia y la oposición tenían intenciones meramente administrativas. En el entendido de que los triunfos de Mouriño de ahora en adelante serán puntos para su candidatura, probablemente la oposición (y también hacia dentro del PAN, agrego yo) intentará sabotearlo .

Venga una nueva. Total, para que me puedan seguir acusando de chismoso vil.

5) La sucesión en gobernación obedece a mi parecer a un hecho innegable, Calderón recibió un país al límite de la descomposición y necesitaba un hombre duro para respaldar al presidente, y especialmente no tener que ser él el que resultara manchado. Ramírez Acuña fue una versión renovada de Carlos Abascal, quien supo poner orden donde Santiago Creel no había podido, especialmente en Oaxaca y en Atenco. Ramírez Acuña, un hombre señalado por ser el artífice de una represión en Guadalajara contra altermundistas mientras era gobernador, era la imagen de hombre rudo que necesitaba la presidencia. Las cosas han cambiado en los últimos meses, donde ahora se quieren privilegiar acuerdos sobre manotazos. El gorila dejó de ser necesario y se buscó reemplazarlo por una araña. Aquél hombre capaz de tejer y moverse sigilosamente.

Obviamente que sus principales debilidades son su juventud y su extrema cercanía con Calderón (misma crítica que le puse a Martínez Cázares cuando llegó a la presidencia del PAN). En el afán del presidente por poner hombres de confianza en los puestos clave, está sin proponérselo poniendo a la defensiva a la oposición. La lectura de cartas presidenciales quizás ni siquiera es la intención del presidente, pero así lo leerán quienes mañana y pasado se sienten en la mesa de las reformas. Puede despertarse aquél PRI rencoroso y nostálgico del poder que, combinado con la inexperiencia, puede resultar fatal para los proyectos de reformas constitucionales que el presidente tiene en su agenda con los hombres de negocios.

También me queda en el aire qué tanto se deja de necesitar un gorila en gobernación ante la inminencia de conflictos sociales, con las huelgas mineras que se multiplican por el país ante el llamado de Gómez Urrutia, y el descontento producto de la entrada del maíz y frijol sin arancel al país por la cláusula del TLC en 2008.

Sin duda el nuevo secretario de gobernación tiene un horizonte nublado frente a sí. Es quizás lo que necesita para (re)posicionar su poder. Calderón con este movimiento en particular arriesga, y bien sabemos que done se arriesga se puede ganar pero también se puede perder.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no te dije chismoso vil, y si se entendió así ahorita mismo lo aclaro y me disculpo por la falta de claridad en su momento. Lo que yo dije y quise decir, es que la información sin fuentes es vil chisme.

rm dijo...

Lo sé, señor anónimo. Solo quise ponerle sabor al artículo y asegurar al menos un comentario para él. Además quien niega que el análisis político es chisme elevado a grado académico.

Silly Salope! dijo...

Y ahora ya va pa' fuera. Rapidito le encontraron su libretita negra... que pobre manejo político, pero pues sí. Que se vaya.

Me encantan los chismes!