enero 02, 2008

Yo sí te deseo un feliz año

Cada año es lo mismo. Abrazos, besos, buenos deseos, esperanza de un mejor año. Cada fin de año tenemos también la nunca faltante ración de balances del año que se plagan de malas noticias, decepciones, líos, conflictos a punto de estallar... y buenos deseos para el próximo año "esperemos que sea mejor que el anterior", pero qué ingenuidad, qué falta de visión, podría contestarles.

El comportamiento de un fondo de inversión por lo general se caracteriza por seguir el comportamiento que tuvo en los años previos. Es un método de análisis que por lo general acierta si es que no hay sorpresas. Jamás he sido financiero y lo único que intento es ejemplificar su pesimismo infeliz. Terminar cada año, como algunos blogueros y editorialistas formales han hecho, con sus balances pésimos y pesimistas (no es pleonasmo, vuelvan a leer), es como sentarse en la silla del juez a emitir valoraciones sin más sustento que su escasa percepción del contexto sobre el cual se desarrollan los hechos.

Sentarse frente a su computadora un 28 o 29 de Diciembre para decir "este año una vez más estuvo de la chingada pero el próximo esperemos que sea mejor, éste es el mejor deseo de su amigo el escribano", es una mentada de madre. Qué más da volver a decir lo mismo de siempre, lo mismo que todos.

Volvamos la mirada al 2007. Yo digo que fue un año excelente. Me llenó de alegrías y de varias sorpresas, buenas casi todas. El país en el que vivo no se desmoronó ni promete hacerlo en los meses o años por venir. Al contrario, de una crisis política sin precedentes logramos salir bien parados, fortalecidos y conscientes de lo que puede pasarnos si seguimos en la línea de tiro. Yo lo veo bien centrado, con algunos puntos débiles pero nada desastroso ni nada de qué sentirme decepcionado. No encuentro esas razones para que todos, año tras año tras año, salgan con sus balances llenos de negatividad punzante, que más bien parece envidia mal entendida.

El mundo, con todo y sus zonas en conflicto y sus extremos de opulencia y hambruna, es un buen lugar para vivir. Seguimos teniendo algunas empresas que se aprovechan de sus posiciones de privilegio para beneficiarse, pero veo una tendencia hacia la descentralización de las zonas de influencia, y, repito, las cosas pintan para bien. La desaparición de la soberanía está debilitando a los Estados y es cada vez más común encontrar que la democracia se vuelve una realidad para cada vez más personas. Hoy en día es sólo cuestión de encender una computadora y conectarse a Internet, una condición que cada vez se vuelve más barata.

Casi les puedo decir, si me lo permiten, que el mundo es más o menos una construcción, una imaginación que hacemos. Lo pintamos de negro porque así queremos verlo. El mundo a final de cuentas no es más que una suma de percepciones que tenemos de él. La casa donde despiertas cada mañana, la regadera donde te bañas, la televisión o computadora que enciendes mientras te tomas el café antes de irte a trabajar y que te cuenta algunas cosas de ese otro mundo exterior, el auto o camión que te dirige a tu trabajo, los amigos que saludas al llegar, la esposa que te recibe en la puerta de tu casa al oscurecer con una sonrisa y un abrazo, los niños si es que ya los tienes, la comida con los amigos del trabajo donde te cuentan los chismes y haberes del mundo, una que otra mala noticia que salpica el día y lo hace diferente a todos los demás.

Al final del año podemos sumar todos esos días y pensar que fueron pésimos, pero seríamos muy injustos de verlo así. Los seres humanos tenemos la tendencia a olvidar lo malo y recordar lo bueno. Eso nos permite sonreír mientras miramos para atrás. Cuando hacemos un balance por lo general lo hacemos con cosas buenas, o así debería de ser. Volvemos la mirada y descubrimos que este año nos atrevimos a cosas nuevas y recuperamos algo perdido, y logramos hablarle a alguien que ya considerábamos que se había ido de nuestras vidas.

Luego llegaremos a ese punto en nuestra vida cuando el balance tendrá que hacerse no de un año sino de todos juntos. Pensaremos si estamos en un mejor o peor país, si nuestra descendencia logró obtener algo de nosotros o fuimos más deudores que acreedores. Al final, me decía el padre de un amigo en una reunión el pasado 22 de diciembre, de lo que se trata es de haberle dejado algo a este mundo.

Cuando miro mi año pienso que he logrado un paso más. Me llena de tristeza leer en todas partes lo mal que estamos en todos los frentes. Me pongo a pensar si estoy viviendo el mismo mundo que todos ellos y si estamos realizando el mismo esfuerzo, no nada más de quejarse (que tiene su mérito), pero también de construir y mirar hacia adelante.

En la parte que sí coincidimos es que 2008 tendrá que ser mejor, pero eso sólo podrá ser verdad si en 2007 construimos algo positivo. Para aquellos que dicen que todo estuvo mal pero que esperan que el próximo esté mejor sinceramente les digo que tendrán que seguir esperando. Cuando les deseo un mejor 2008 es porque yo estoy poniendo de mi parte para que así sea.

Siempre hay algo por lo cual sonreír, siempre hay algo por lo cual seguir luchando. A todos ellos, que este año encuentren algo bueno por lo cual escribir.

9 comentarios:

Cerebro dijo...

Muy bueno, duro y congruente tu artículo. De México yo opino lo mismo, esperé cosas peores y hasta eso no salimos tan mal. Incluso alguna vez dudé que el presidente (que se que no me cae muy bien de todos modos) no iba a terminar su mandato; y afortunadamente ha logrado neutralizar a su rival (que es peor).

Yo creo que vamos a tener un país estable; pero va a depender de el pueblo, si queremos que haya menos desigualdades, o que el país crezca; que haya una mejor educación, inversión en ciencia y tecnología, competitividad, un estado de bienestar decente etc... Si uno espera sentado a que el gobierno haga todo; mejor no espere que el 2008 sea mejor que este.

En lo personal el primer semestre del 2007 ha sido uno de las peores épocas de mi vida, pero afortunadamente, me está llendo mejor, sobre todo en lo laboral, las cosas van despegando.

vero.mil dijo...

Buen post. Estos totalmente de acuerdo contigo.

Hay! si tuviera que describir el 2007 con una sola palabra le pondría "Emocionante".

"que tengas el mejor año, y puras cosas buenas", ok BROMA! (hAHhahAH)

rm dijo...

Cerebro, espero que el primer semestre de este año sea mejor para ti. Un abrazo

Akinorev, fue emocionante desde principio hasta el fin =)

AD dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Si tuviera que describir el 2007 diría:

"qué bueno que largué de México."

Triste, verdad?

Don Mike dijo...

AHHHHH SIMON!!!!!.

rm dijo...

Triste, compañero

Anónimo dijo...

Si te fuiste de México, y fue lo correcto, no le veo nada de triste, mas bien, ¡¡es ocasión de festejo!!

Batz dijo...

Tienes razon en decir que tendemos a recordar mas lo bueno que lo malo. Si no estariamos con indices de suicidio mas altos que nada.
Tambien es cierto que nos encanta quejarnos. Como reunir estas dos tendencias? Creo que nos encanta quejarnos porque asi sentimos que llamamos mas la atencion de las personas que estan a nuestro alrededor. Tonto concepto. Pero que al irnos a dormir le damos un reset a la maquina y olvidamos todo.
Cada quien a poner mas de su parte en este 2008. Por lo menos nos sentiremos mas satisfechos de nuestra aportacion.