agosto 03, 2008

La Trampa de la Democracia

Publicado en El SextoPiso

El pasado sábado Liébano Sáenz publicó en su habitual columna de Milenio algunas reflexiones en torno a si el PRD merecía o no presidir la Mesa Directiva del Senado en el próximo período ordinario de sesiones. Hacía un balance de lo malo y lo pésimo que ha hecho ese partido en las Cámaras en los últimos meses para luego concluir que no tenían la altura para algo así, más considerando que de permitírseles llegar, ellos tendrían el derecho de nuevamente presidir en 2011-2012, año peligroso para las aspiraciones presidenciales de cualquiera de los tres partidos (irónicamente también para el PRD es peligroso que el PRD presida el Senado, y esto no lo dijo Liébano). Finalmente culminaba con un párrafo políticamente correcto donde indicaba que ni PRI ni PAN tenían derecho por cuestiones ideológicas a prohibirle a ese partido dirigir el Senado, por más que se hubiera portado mal, pues tenía suficientes legisladores como para que el Reglamento Interno los respaldara.

A diferencia de otros muy buenos artículos, la verdad no me quedó muy claro cuál era el objetivo de este escrito del que fuera el brazo derecho de Ernesto Zedillo hace algunos años. Si lo que buscaba era defender el derecho de los perredistas a dirigir el Senado, no me quedó muy claro por qué la mayor parte de su columna dio razones para que no se lo permitieran. Si lo que quería era exhibir al PRD como un partido inmaduro e incapaz de ser receptor de la confianza de las "instituciones legislativas", bueno entonces porqué el final feliz. Supongo que se dio cuenta de sus propias barbaridades e intentó maquillarlas.

Pero el objeto de esta opinión no es hablar de Liébano o su paranoia hacia el partido que debe ser el siguiente que presida el Senado, independientemente de amores y odios. Más bien quiero resaltar algunas de las frases que repitió el columnista en un afán de reflexionar sobre el papel del PRD en las Cámaras pero, más importante, sobre el papel del PRI y el PAN en este juego político.

Primero, ninguna duda que el PRD ha dado muchas razones para suponer que no tiene la disciplina parlamentaria que otros partidos gozan. Y no estoy diciendo de antemano que esto sea un error, sino más bien lo plantearía como un reto y como una ventaja. Aunque la máxima de Michels dice que los partidos para poder funcionar en democracia deben tener estructuras y modelos autoritarios, yo iría más a apostarle al modelo de la confrontación como un requisito indispensable para la necesaria evolución de una agrupación política. Y si bien durante 2005 y 2006 el partido de la izquierda sufrió un importante revés en este aspecto cuando todas las fuerzas se alinearon en torno al líder que les había prometido llevarlos al poder presidencial en 2006, rápido se deshicieron de esas prácticas tiranas para llevar nuevamente al diálogo, a la discusión y, sí porqué no, la confrontación, las ideas que suponían eran mejores para el partido.

Segundo, el PRI no ha sido una demostración de disciplina y buenos modales en su calidad de grupo parlamentario. Nada más recordemos la lucha encarnizada que en 2003 se dio entre elbistas y chuayfettistas por el control de la Cámara de Diputados. El PAN por su parte ha pasado también por una crisis en la remoción del hasta ahora todavía presidente del Senado Santiago Creel. La mayor crítica sin embargo es que, con lujo de razón, PAN y PRI tienen como antecedente para suponer un riesgo mayor que el PRD presida el Senado la recurrente toma de tribuna que han hecho los miembros de este partido cuando los números no les salen. Aunque comparto que ha sido una figura lamentable, como sostenía apenas en mi escrito anterior a esta revista, ésta ha demostrado ser efectiva, para bien o para mal. Una pregunta que podría flotar en el aire en torno a estas discusiones es si se le permite a los partidos políticos utilizar figuras de presión en un recinto donde la mayoría ha expresado su parecer ¿Qué tanto poder se le debe permitir a la minoría cuando ésta considera que la decisión de la mayoría ha sido un desastroso error? Con toda razón cualquier demócrata respondería que la respuesta es "nada de poder si es que las mayorías han decidido". Caeríamos en una trampa sin salida si apoyamos esta suposición sin reflexionar un poco ¿Estamos hablando en México de un país democrático? ¿Suponemos que esas mayorías actúan en virtud de la mayoría de la población en aprobaciones express como la Ley Televisa o la reforma a la ley de pensiones del ISSSTE? ¿Debemos suponer que todos los integrantes de esas legislaturas tienen la legitimidad suficiente para decidir por todos cuando cada vez es más frecuente la existencia de "legisladores de corporaciones" como Jorge Mendoza que representa a Televisión Azteca o el mismo Gamboa Patrón quien sólo defiende los intereses de sus amigos Azcárraga y Kamel Nacif? Este tipo de preguntas se hacen los legisladores del PRD cuando se asumen como una casta pura y lejana a esos intereses particulares, cuando se envuelven en la bandera de la nación y suponen que todo lo que ellos hacen es correcto y tiene un fin noble. Es una suposición peligrosa.

La decisión de quién presida o no el Senado en el próximo periodo de sesiones no debe estar en discusión. Ningún partido puede pasar por encima del reglamento y éste expresa claramente que a quien le toca es al partido incómodo. Una pregunta incómoda aparece cuando reprochan que el PRD haya tomado la tribuna para impedir la aprobación de la reforma petrolera ¿Qué hubiera pasado si no lo hace? Ya tendríamos un régimen petrolero en el que los únicos beneficiados serían los propios inversionistas. Otra ¿Qué habría pasado si López Obrador no toma el Paseo de la Reforma en 2006? Muy probablemente nos hubiéramos olvidado de la crisis electoral a los quince días de la elección. La siguiente pregunta todavía más preocupante es ¿Esto le da derecho al PRD para suponerse con la autoridad moral para volver a pasar por encima de los procesos democráticos, irónicamente para defender a la democracia de las mayorías con intereses que no responden a la nación? Es una pregunta en la que desafortunadamente no existe una respuesta simple. Y quien crea tenerla seguramente está cayendo en una respuesta sin reflexión.

La preocupación del PAN y del PRI es legítima. El PRD representa la última opción para un gran porcentaje de mexicanos que se han percatado de las trampas de la democracia mexicana. Cuando se habla de una democracia consolidada pero que en la realidad sigue siendo controlada por despachos de abogados que mandan a sus propios socios a legislar para privilegiar a sus clientes, por empresarios que pagan miles de millones de pesos para proteger sus intereses, cuando la ciudadanía se encuentra peligrosamente desarticulada y desinteresada en lo que pasa en ambas Cámaras. El PRD ha sabido aglutinar a una masa inconforme y desesperada que se percata que una elite económica y política se ha apoderado de las instituciones democráticas y mientras practica un efectivo juego de camuflaje democrático, se llena la boca con pretensiones de calidad moral y defensa de las instituciones. La preocupación del PRD en ese sentido, también es legítima. Si permiten actuar a estas mayorías se estaría dando una votación de mayorías fácticas y no mayorías legítimas.

La trampa en realidad va en ambos sentidos. Tanto los "demócratas" del PRI y el PAN pecan al suponerse herederos de la razón cuando asumen que sólo porque votan en mayoría esto representa un elemento democrático per se; como los "demócratas" del PRD pecan al suponerse poseedores de la razón al tomar "medidas necesarias" para defender a la democracia, precisamente pasando por encima de ella.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

De acuerdo con lo que dices de que ningún partido debe estar por encima del reglamento.

Sin embargo, quiero cuestionar la efectividad, o la lógica, del reglamento.

En las democracias parlamentarias, las que en mi opinión funcionan mejor, los partidos llegan al poder de forma independiente (no por alianzas, como la alianza por el bien de todos... los amigos de AMLO, o la alianza por el cambio, o la alianza por México), y una vez en el parlamento hacen alianzas ideológicas o pragmaticas para formar gobierno y oposición, cada uno con su rol. El rol del gobierno es gobernar, y el rol de la oposición es escrutinar. El PRD ha fallado en ese rol, pues ha sacrificado el escrutinio a cambio de influir minimamente en decisiones gubernamentales. Yo considero que lo ganado, aunque existente, es menos que lo perdido y por eso crítico al PRD. Por ejemplo, el cancelar la tradición del Informe por humillar a Fox y a Calderón sin duda le trae un rédito político al PRD, pero daña la capacidad del Congreso de escrutina de forma pública al líder del Gobierno Federal. Le da a Calderón, y a quien sea que se siente en su oficina en el futuro, un paso libre para solo difundir con spots lo que el gobierno quiere difundir, sin el beneficio de un cuestionamiento público y televisado por parte de la oposición. Me parece deplorable que se cambie algo tan valioso por tan poquito. Todo por que el PRD no quiere ser oposición, y por que el PAN no sabe gobernar.

Es por eso que yo creo que el reglamento debería de ser el forzar al congreso a formar una mayoría que de mandato gubernamental al Presidente (y en caso de no lograrse tal alianza en un periodo determinado, que el Presidente llame a elecciones y se tome como un plebiscito sobre su gobierno, como se hace en otras democracias parlamentarias). Una vez que una mayoría quede constituida, esta presidiría al Parliamento. En el caso de algunas democracias parlamentarias, el Presidente del Parliamento también es Jefe del Gobierno (este es el cargo de Primer Ministro, común en Canada, Inglaterra, España, aunque ahi se le llame "Presidente", y Japón). En otras, es jefe de una parte del gobierno, y por eso se comparte las funciones con un Presidente (como en el caso de Francia, Italia, y Alemania).

En mi opinión, esta es la mejor forma de gobierno, por que debe nacer desde la ciudadanía y se forja con representantes del pueblo, no con estructuras partidistas. También creo que esto es mejor que la democracia "deliberativa" por los problemas de logística serios, y el potencial abuso de poder inherentes en tal sistema.

Habiendo dicho lo anterior y después de pronunciarme a favor de un parlamentarismo gubernamental en México, nuestra realidad es otra y estoy de acuerdo con que ningún partido está por encima del reglamento. Pero ningun gobierno tampoco debe estar por encima de su circumstancia, y por eso debe cambiar la ley para adecuarse a la maximización del bien común. Este era el tipo de Reforma Electoral que necesitabamos, y que nuestros legisladores unanimemente nos negaron.

rm dijo...

Nada más mencionar que los regímenes parlamentarios tienden a fortalecer las estructuras partidistas, más que ciudadanizar. La razón es simple, los electores no eligen al gobierno como tú bien acabas de mencionar, sino que son los legisladores los que forman al gobierno y lo puedes deshacer cuando quieran.

De acuerdo contigo de que el parlamentarismo tiene muchas ventajas de las que actualmente carecemos, como la flexibiilidad del gobierno, pero eso de que el parlamentarismo ciudadaniza se me hace que no, al contrario.

Saludos señor, y gracias por la paciencia de leer todo el artículo.

Anónimo dijo...

Hola, Reva. Pues sí me pareció interesante el articulo, especialmente por el tema. En mi opinión, lo que le quita legitimidad democrática a la mayoría del Congreso son los plurinominales. Sin plurinominales, cada diputado representa a un distrito electoral, y entonces el parlamentarismo ciudadaniza al gobierno.

El problema es que asumimos, por que así sucede en nuestra política, que los diputados y Senadores deben representar a los intereses de su partido, pero no es así. Hay una razón por la cual en las democracias representativas quienes eligen a los candidatos, y luego a los representantes son los ciudadanos. (En Canada, por ejemplo, para que un candidato pueda nominarse requiere de un numero importante de firmas de ciudadanos independientes que lo nominen junto con su partido).

Si se construye esta co-rresponsabilidad entre los parlamentarios que forman el gobierno, creo que es una forma más eficiente y más democrática de gobernar un país.

rm dijo...

Sin duda el mayor reto en nuestro país es (re)construir ese lazo ciudadano-representante. Saludos

Anónimo dijo...

El PRD es un partido de porros rabiosos y cavernícolas idiotas, cualquiera tiene miedo de que esos zoquetes presidan cualquier cosa, aunque sea una reunión de vecinos, cuanto mas no estarán temerosos de tenerlos presidiendo el senado de la república...

Anónimo dijo...

Hablando de la navidad, ano nimo, bienvenido al tema.

Reva, coincido. En mi opinión, la forma de recuperar ese lazo es a través del financiamiento privado, la desaparición de los plurinominales, del fuero, la institución de la reelección de diputados y Senadores, y el traspasar la elección de Senadores a los gobiernos locales (i.e., que no sea el IFE quien lleve a cabo estas elecciones). Que los Senadores representen a los intereses de su Estado, y por tanto, cada Estado decida como llevarlos al Senado (ya sea de forma democrática o no), y que los diputados representen a sus distritos, y no a "méxico en general", o a su partido. Incluso, yo estaría a favor de que los diputados sometieran a referendum su voto en ciertos temas dentro de su distrito. Obligarlos a ir a hablar con la gente, pasar lista, y darles reportes trimestrales sobre su actuar en el congreso.

Es mucho, pero en mi opinión, sería un buen inicio....

rm dijo...

anónimo, entre el amor y el odio hay un paso. Yo digo que secretamente quisieras ser perredista y por eso los odias tanto, por envidia.

hari, suena interesante. Yo no eliminaría plurinominales porque cumplen una función específica (representación de los partidos), pero suena bien las herramientas que propones para acercar al ciudadano

Anónimo dijo...

Yo no entiendo que fin sirve a la sociedad el representar partidos que no son lo suficientemente populares como para ganar votos.

Sin embargo, al mismo tiempo que eliminaría los plurinominales, no sujetaría su registro al numero de votos que obtengan (aunque sí su financiamiento público).

Saludos!

rm dijo...

Los partidos ofrecen grandes visiones y grandes planes que no podrían (o sería mucho más difícil) lograr si todos los diputados fueran representantes de cada distrito. Es como imaginarse un parlamento de 300 partidos. Imagínate ponerse de acuerdo. Sí tienen una razón de ser. En todo caso lo que podríamos buscar es democratizar los procesos de selección de candidatos de los partidos y transparentar sus recursos (sujetos obligados del IFAI?).

Saludos

Anónimo dijo...

El IFAI es el mejor mecanismo de ofuscación ciudadana jamás diseñado por una democracia. Lo peor de todo, es que esto es un avance genuino a lo que existía antes, pero no es transparencia.

Con el IFAI, la gente tiene que ir a pedir información al Instituto, luego el Instituto se los pide a las agencias gubernamentales, quienes se pelean con el IFAI, para que cientos de días después, le den al ciudadano información altamente censurada...

En cambio, en una democracia real, el gobierno PRIMERO publica todos sus documentos y todas sus acciones de forma pública, y luego pide permiso a los representantes del pueblo de ocultar parte de esa información por casos excepcionales, como lo son la seguridad nacional. ¿Ves la diferencia? En las democracias, el gobierno primero da a conocer, luego pide esconder; en México, el gobierno primero esconde, y luego da a conocer a cuenta gotas.

No veo por que la representación de distritos sea como tener "300 partidos". La razón de ser de los partidos es por que sus ideas son populares a lo largo de geografías y con un gran número de personas. Si no son populares, ¿como pueden ser democraticos?

Con partidos populares sí se puede tener un parliamento bajo un solo partido, siempre y cuando ese partido sea lo suficientemente popular. Para eso, tiene que ser lo suficientemente flexible como para serle útil a una gran cantidad de personas. El pueblo, y no los dogmas, salen ganando. ¿No es así como deberían de ser las cosas?

Anónimo dijo...

Gracias a los plurinominales el PAN empezó realmente a gobernard. Desde los 40s ganaban presidencias municipales y diputaciones pero luego las perdía y nunca recuperaba por sus bajos resultados.

Que hay de nuevo? Los resultados bajos son los mismos, pero ahora si tienen gobernaturas y de donde ejercer algo de poder sobre un territorio en específico.

Ahora sí, al PAN le incomodan los plurinominales.

Yo con la esperanza de la inactividad, la ineptitud e ineficiencia del congreso de BC entiendo la necesidad de los plurinominales. En las elecciones estatales del año pasado creo que se llevaron casi todas las diputaciones.

Estos diputados raramente proponen algo nuevo, simplemente siguen la línea del gobernador y le aprueban todo lo que el proponga, tampoco lo fiscalizan. El congreso de BC es así una pérdida de recursos, y sin plurinominales sería una pérdida total.

Anónimo dijo...

David, en Nuevo León la historia (y la popularidad del PAN) es muy distinta. Aquí sería el PRI el mayor perjudicado del fin de los plurinominales.

Sin embargo, eso no tiene nada que ver con el meollo de la discusión. Yo estaba hablando de un ideal, independientemente de cuales partidos hubiera o no. Si nos vamos para fines practicos, todos los partidos tienen algo que ganar, y algo que perder, con el fin de los plurinominales, pues no todos gozan de la misma popularidad en todas las regiones del País. Así como el PRD no existe en Nuevo León, así el PAN no existe en Oaxaca.

Pero, ¿eso qué tiene de malo? ¿Qué tiene de malo permitir que las regiones que prefieren un partido vean sus ideas representadas eficientemente? No lo sé.