agosto 17, 2006

1 de Septiembre

El próximo 1 de Septiembre el presidente Vicente Fox rendirá su último informe de gobierno en el palacio legislativo de San Lázaro. Contrario al expresidente Zedillo, quien se encontraba envuelto en la amplia manta de legitimidad producto de su impecable actuación durante la elección de 2000, el informe de nuestro actual presidente se encontrará envuelto, por no decir revuelto, en una de las más grandes polémicas que hemos tenido en nuestra historia reciente, ¿intervino o no el presidente en la elección y virtual triunfo de Felipe Calderón?, y ¿Tendrá la capacidad nuestro actual presidente para resolver esta crisis política?

Tenemos en esta situación dos versiones de los hechos como por lo general sucede en los conflictos. Por un lado existen quienes abogan por el respeto a las instituciones que funcionaron a la perfección y que encuentran en el movimiento post-electoral un chantaje y un intento por arrebatar el poder por la fuerza cuando no pudieron hacerlo por la vía de las urnas. Por el otro encontramos a quienes encuentran que el arrebato realmente se dio durante la campaña por la intervención del gobierno federal en la campaña, así como del grupo de empresarios más poderosos del país, sin que el árbitro de la elección, léase el IFE, hiciera absolutamente nada para impedirlo, cuando claramente se estipula esta prohibición. Además, agrega este segundo grupo, durante la jornada electoral y posterior a ella, se manipularon los resultados para favorecer al candidato del PAN.

El informe presidencial de Vicente Fox se encontrará envenenado por un conflicto social y político que está rebasando las fronteras de la negociación de una manera alarmante. Hay quienes le han sugerido al presidente abstenerse de esa exposición innecesaria. Legalmente la Constitución establece la obligación de presentar el informe anual por escrito sin que exista la obligatoriedad para asistir al Congreso. Sin embargo se ha avisado que es la intención del presidente informar sobre sus actividades del último año.

El pasado domingo 13 de agosto el candidato de la Coalición por el Bien de Todos López Obrador informó del plan de estar presentes durante el informe del presidente Fox, así como en otros eventos importantes como el grito de independencia, el posterior desfile y la toma de protesta del que ya asumen por sus acciones, será Felipe Calderón. El lunes 14 se intentó la instalación de un campamento fuera de San Lázaro, mismo que fue desalojado por la fuerza por elementos del Estado Mayor Presidencial, así como de la Agencia Federal de Investigación.

El 1 de Septiembre se estará jugando algo más que un simple informe, mismo que desde hace varios años ha sido una arena para expresar tensiones entre fuerzas políticas opositoras, particularmente dirigidas hacia el presidente en turno. Ese día tendremos la primera demostración de fuerza de ambos grupos. Por un lado los seguidores de Andrés Manuel que han insistido hasta el cansancio en el pacifismo de su movimiento; así como de elementos de seguridad del presidente y policías especialmente entrenados para combatir la delincuencia organizada (interesante señal que manda el procurador Cabeza de Vaca al mandar a esta fuerza elite de la PGR). Es de esperarse que haya un enfrentamiento que podrá dejar muchas señales negativas sobre una administración que ha manejado en su discurso el respeto a los derechos humanos como una de sus principales banderas.

Los errores del presidente Fox durante la campaña, particularmente su intervención a favor de la “continuidad del proyecto” con miles de millones de pesos, lo han metido en una trampa que parece no tener salida: Por un lado quince millones de mexicanos (menos arrepentidos, mas radicales que se han sumado a última hora) creen que el presidente respaldó un fraude para evitar que López Obrador llegara a la presidencia, y están dispuestos a defender su postura hasta extremos antisistémicos. Por el otro, quince millones de mexicanos (menos arrepentidos, mas radicales sumados a última hora) creen que el presidente se ha mostrado sumamente débil contra una franca provocación al gobierno y a sus instituciones, y consideran que es momento de utilizar la fuerza pública antes de que sea demasiado tarde. La extrema polarización de estas dos posturas ha planteado para el presidente Fox un dilema del que no podrá escapar: Defender la democracia significa respetar la disidencia y el derecho de manifestación de todos los mexicanos, y la democracia tiene que ser defendida contra quienes atentan contra ella. Parece que el problema de fondo es que ambos grupos tienen un concepto muy diferente de la democracia que terminó de resquebrajarse con una de las campañas más desgastantes de nuestra historia.

Más allá de la amenaza de la cual me deslindo, Gerardo Fernández Noroña, vocero del PRD, ha acertado en su declaración del 15 de agosto, el sexto informe de gobierno de Vicente Fox “será uno de los días más difíciles, duros y amargos” para él.

El 1 de septiembre el presidente Vicente Fox tendrá que mostrar un liderazgo que en casi seis años muy pocas veces nos ha dejado entrever. Lo más amargo de esto es que parece que esta película se le repetirá diariamente hasta el 1 de diciembre como pesadilla borgeana de eterno retorno.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ricardo:
Excelente comentario. Quisiera retomar tu frase 15 millones, menos arrepentidos, más radicales que debo decir encierra una elocuencia excepcional: La simetría de la frase respecto a la fracción del electorado que se manifestó en las urnas es contundente.

Tan contundente como el llamado mismo de los electores a un proyecto por enmedio del radicalismo: Ni tanto gasto social, Ni tanta apertura neoliberal (Por no encontrar mejor termino). Es preocupante que la clase política no escuche este llamado y se limiten a defender sus feudos radicales.

Que parte de "ni este, ni el otro" no entenderán nuestros políticos?

La ley es clara, como las instituciones, sólo uno habrá de gobernar, el otro deberá respetar este fallo, pero ambos deben recoger el deseo del electorado expresado en las urnas.

rm dijo...

A final de cuentas, sr chachalaca, no debería ser uno u otro el que gobernara, sino el mismo electorado: los 42 millones que salieron a votar ese día.

Uno de los más grandes defectos del presidencialismo es precisamente eso: winner takes all.

Saludos

Anónimo dijo...

Riky, muy bien tu analisis, me gusta que llegues a conclusiones mas haya del simplismo de la television, de los diarios y de los e-mail´s que circulan a diario sin un sentido de profundidad.

Tu profesia esta clara, pero el confrontar a las fuerzas politocas podria traer beneficios, no estoy diciendo que seria lo mejor, creo que estos movimientos pueden ser perjudiciales para muchos pero traen consigo algo que mueve a los demas, no estoy deacuerdo con los bloqueos, que perjudican en grandes escalas a la sociedad, no estoy de acerdo en que mucha de la gente de este simpatisante politico este hay por dinero, en que llegan a comer y se quedan hay, si te preguntas el por que de esta elite de la PGR es por que en verdad hay muchos delincuentes en esta marcha, asi como hay familias y gente de sentido social, pero, quien mueve al grupo??, no es andres, son los lideres que hacen sus grupos en estos mitings.
Espero que no se pierda, como siempre sucede, el sentido de esta manifestacion y no termine en violencia, solo en grito de esperanza.
Angel.