julio 14, 2008

Déficit

Publicado en El SextoPiso

Cada mañana encuentro los mismos espacios con rumbo a mi trabajo. Aquél que llama más mi atención es el de una niña que no alcanzará sus quince años y que vende periódicos en la esquina de Díaz Ordaz y Corregidora. Su principal característica es utilizar vestimenta atractiva pero que no deja de mirarse extraña en una edad tan temprana. Seguramente le servirá para vender más periódicos a los miles de conductores que por ahí pasamos todas las mañanas, o a aquellos transportistas que vienen llegando por la carretera a Saltillo. Mirada triste que recuerda la miseria que la llevó a tomar esa decisión. Tal vez ni siquiera fue ella sino su familia que le pide un poco de apoyo para poder llevar comida a la mesa.

El pasado miércoles fui con mi compañera al cine de Garza Sada. Inundado de estrenos impresionantes como cada verano, resultaba casi imposible haber encontrado entre todas ellas una película que en nada llamaba la atención frente a producciones millonarias de Disney y Dreamworks. Déficit, protagonizada por Gael García como el chico rico, hijo de político corrupto, con casa en Cuautla como tantas otras decenas de políticos (su apellido Gamboa sonó más a una burla que a una verdadera relación con el actual coordinador de la bancada priísta en la Cámara de Diputados). La verdad la única razón que nos llevó a escogerla fue que era la que seguía en el horario. Las reflexiones salidas de esa hora y media fueron varias.

Uno de los elementos más importantes que trasladan a esta película a un punto aparte de su misma historia es la relación entre la servidumbre y los dos hijos. Los padres, escondidos en Europa por un escándalo de corrupción que salió a la prensa, dejan a estos dos muchachos en completa libertad por lo que estos deciden armar un reventón inolvidable, cada uno por su cuenta. El jardinero que a palabras de uno de los personajes parece jardinero porno que viene a cogerse a la señora de la casa, viene llegando de Canadá. Joven que creció jugando fútbol con el hijo del político pero que ahora éste lo mira con desprecio, especialmente más cuando comienza a revelarse su mutua atención por la argentina que acaba de llegar.

La rivalidad masculina termina con una expresión que termina enterrando la autoestima del jardinero, “pinche indio”, después de que éste y su hermana se terminaran besando como consecuencia de las tachas que había ingerido ella y que le había regalado el novio, pero también de una atracción que ninguno de los dos ha olvidado de la infancia. Las taquicardias por la euforia psicotrópica hacen que Adán (el jardinero) termine llamando a gritos al hermano. En esta frase se encierra mucho del meollo del asunto. Cómo la amistad termina perdiéndose por prejuicios, pero no sólo eso que no diría nada nuevo que no hayan dicho ya cientos de películas y telenovelas en México, sino también la vergüenza mutua hacia el padre protector que hasta ese momento había significado un ejemplo (te vas a ir a estudiar a Harvard como yo), pero que ahora envuelto en el escándalo no deja de ser un “pinche tranza”. La familia que trabaja en la servidumbre en esa casona de Cuautla y que no deja de estar agradecida con el hombre que les da de comer (pero que cada vez envía menos dinero, ya ni siquiera para arreglar el escusado o reparar el calentador de agua); o la destrucción del círculo protector que había significado la opulencia y que ahora comienza a resquebrajarse.

El encuentro del niño fresa con el hombre de pueblo, el indio “¿Tú te lo cogerías?” Le pregunta una de las amigas del protagonista a su otra amiga. Ella le responde que no, que qué asco. En cambio le pregunta que si ella alguna vez la besaría, asunto que sólo produce asco en aquélla que hacía unos momentos había estado fantaseando con el jardinero sin encontrarlo grotesco.
¿Tú besarías a la niña del crucero? No, qué asco. Cómo crees. Encuentro de dos mundos que durante unos segundos entrecruzan miradas. Revuelta y desencuentro después que la luz verde hace olvidar el asunto. Déficit de dos culturas cada vez más distantes, más dispares, más extrañas una a la otra. Rico y pobre que conviven en un momento en que ambos se necesitan. Relación entre el primer y último decil que parecen encontrarse por la forma extrañamente esférica de la pirámide socioeconómica de mi país ¿Cuánto vales? Cuántas gatas tienes sirviéndote la sopa al mediodía. Cuántas nanas te cuidan a tus querubines. Cuéntalos.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me daría asco besar a la niña del crucero, pero no por su condición, sino por que es menor de edad y yo no. Me daría asco por mi si me atreviera a aprovecharme de mi condición para sacar un provecho de ese tipo.

Pero hablando de la peli, lo que no me gustan de muchas peliculas Mexicanas (claro, hay excepciones, como Amores Perros, o Babel), es que han convertido a la crítica en cliché. Digo, ya no estamos en los 1990s, donde valía la pena exponer un tema solo por la virtud misma del tema, pues la censura anterior no permitía ni tocarlo. Estaba bien cuando el tema de la pelicula era la corrupción, la disparidad entre el rico y el pobre, y no se llegaba a más que a exponer su existencia, por que el simple hecho de exponerlo ya era un riesgo para el autor de la pelicula.

Pero de eso ya hace una decada. ¿Seguimos viendo peliculas que solo exponen y no profundizan? ¿Donde quedaron las peliculas que narran historias que nos llevan a reflexionar sobre las causas y los efectos, o a filosofar sobre el destino, la causalidad, el azar y la metafísica de estos temas?

Un ejemplo: Wall-E, de Pixar, sí expone el tema de la contaminación, pero eso es solo el setting, detrás de este hay un contexto profundísimo sobre motivadores, amibiciones, y la metafísica del destino. Wall-E está limpiando a un planeta cientos de veces más eficiente que el nuestro, pero a pesar de la tecnología solar, aeolica, y los robots que limpian, los seres humanos y nuestro consumo resultamos ser la única causa de la contaminación del planeta. La contaminación es el setting, pero no el tema de la pelicula. Lo que hay detrás invita a una reflexión muchísimo más profunda.

¿Por qué los cineastas Mexicanos siguen usando al setting de nuestro país como tema de una pelicula? En mi opinión, ya es hora de crecer. Todos sabemos que la corrupción y la desigualdad existen. ¿Y? No necesito ver una pelicula para saber eso. Si quiero leer una crítica, entro a tu blog. El cine, sin embargo, es un medio mucho más rico y espero un contenido mucho más rico también. Uno que explote las capacidades visuales, auditivas, y narrativas del medio a su máximo. Hay muy pocas peliculas Mexicanas que logran este objetivo, y eso me parece lamentable.

¿Yo iría a ver una pelicula Mexicana? Sí, cuando crezcan los cineastas Mexicanos. Cuando logren lo que Gonzalez Iñarritú ya logró, o David Lean, o Akira Kurosawa. Exponer un tema ya no es suficiente. Hay que profundizar...

rm dijo...

Te invito a verla. Sí profundiza mucho más. Particularmente sobre la vida miserable del protagonista y sus conflictos emocionales. Yo que soy un torpe escritor no supe expresarlo bien, que no te desanime mi reseña y ve a verla.

Anónimo dijo...

Hari, no seas hipócrita, ya has dicho bastantes veces que gente como la niña de un crucero no tiene dignidad, así que aunque tuviera 20 años o 30, o los que tu consideres aptos, de cualquier forma te daría asco.

Ahora, yo no juzgo si a otros les da asco besar a una mujer en específico o no, ya nomás falta que las demás personas tengan que besarse con quien yo considere adecuado. En mi caso en específico, una mujer (+18, no niña) que trabaje en un crucero no tiene la menor probabilidad de que yo desee besarla y si me daría asco si esta muy fea como lo son la mayoría.


Saludos.

rm dijo...

Señores, señores. Se salen por la tangente. Si la niña es besable o no no era el punto.

Pregunta

¿Les da asco por ser niña, por trabajar en un crucero, por ser pobre, por no ser bonita? No, el punto es que tanto jardinero como vendedora en crucero significan un paradigma en la sociedad mexicana que vuelve al siglo XIX, con personajes de servidumbre de los que cada vez dependen más las clases pudientes pero que a la vez los detestan y degradan de una manera hipócrita.

Anónimo dijo...

No porque no quiera besar a la servidumbre o a los indigentes significa que los deteste o los degrade (como Hari diciendo que no tienen dignidad y que estarian mejor muertos), y en general no es el caso entre la gente que conozco.

Normalmente el jardinero o la persona que hace el aseo tienen un trato de empleados normal, se les trata bien. Eso de humillarlos o detestarlos no es lo habitual y de hecho es muy raro. Yo no conozco casos al respecto.


Saludos.

rm dijo...

Que no los conozcas no quiere decir que no pase. Y nuevamente se malinterpreta el mensaje alrededor del beso pero luego entro a intentar explicarme, ahora tengo que salir.

Anónimo dijo...

Yo no digo que no pase, digo que no es lo normal, no se debe generalizar a partir de la excepción.


Saludos.

Anónimo dijo...

Reva, admito que prefiero besar a las bonitas que a las feas, y eso ha causado que no bese a las feas. Si es o no pobre o si trabaja o no en un crucero no tendrá que ver con el que yo la bese o no. Si es menor de edad, eso sí me causaría conflictos.

Anónimo, me ofendería lo que dices, si no fuera por que quien lo dices eres tú. Pero aclaro, yo NUNCA dije que un pobre carece de dignidad por ser pobre, ni dije que están mejor muertos. Sé que es mucho pedir, pero sería bueno que, al menos una vez en tu vida, probaras lo que dices, ¿no?

Ah por cierto, yo me desenvuelvo en un ambiente de clase alta. De 100 personas que conozco que tienen servidumbre, el 99% trata a la servidumbre como si fueran seres inferiores. Eso es humillante y una falta de respeto. El trato condescendiente, en mi opinión, es igual de humillante que la agresión física o verbal. Peor aún, reconociendo que muchas de estas personas tienen este tipo de trabajos por sus carencias económicas o educacionales, los empleadores no hacen nada por ayudarles a mejorar su situación, sino que continuan aprovechandose del status quo para mantenerlos como empleados serviles el mayor tiempo posible. No extraña que la lealtad en este ramo laboral haya disminuido dramaticamente en los últimos años....

rm dijo...

Ha disminuido dramáticamente porque ganan diez veces más en Estados Unidos.

Y, señores besadores, el beso era una metáfora. No les estaba pidiendo que besaran a la chica del crucero sino simplemente estaba buscando cómo relacionar al jardinero de la película con la chica del crucero. Pero qué bueno que a través de este escrito pude conocer un poco más de sus gustos de pareja.

Anónimo dijo...

Reva, ya sé que el beso era una metáfora, pero me agarre para romper el hielo y ahora para hacer enojar al anónimo que ya ves que es tan divertido...

Ahora bien, lo bueno es que mi novia no lee mis comentarios en tu espacio, que si no ya estaría yo en una crisis peor que el News Divine.

Y lo que dices de Estados Unidos puede que sea cierto, excepto que el 50% de las trabajadores domésticas que veo que han renunciado a un puesto en la casa de algún amigo, generalmente lo hacen para conseguir otro trabajo en la ciudad, a veces de meseras o en otra casa. Es una fracción pequeña la que decide emigrar. Claro, esto es solo mi experiencia y no tiene validez estadística. Obviamente, el motivador del cambio no necesariamente es económico, sino que no se sienten cómodos en dónde están. Bueno, esa es mi conclusión.

Saludos!

rm dijo...

Por supuesto que existe un factor emocional que ha detenido en cierta forma la migración masiva. Si fuera puramente económica no hay razón lógica para que alguien prefiera ganar 1/10 en México de lo que pudiera ganar en Estados Unidos.

Saludos y esperemos larga vida para tu relación.

Anónimo dijo...

"Pero aclaro, yo NUNCA dije que un pobre carece de dignidad por ser pobre, ni dije que están mejor muertos."

De hecho si lo dijiste, y también haz dicho repetidamente que están mejor muertos; de hecho, en varias ocasiones haz dicho cosas como "es mejor que las mujeres aborten para que sus hijos no sufran la pobreza" o "mejor que aborten a que vivan sin dignidad" siempre refiriéndote a la pobreza.

De 100 personas que conozco que tienen servidumbre, el 99% trata a la servidumbre como si fueran seres inferiores. Eso es humillante y una falta de respeto. El trato condescendiente, en mi opinión, es igual de humillante que la agresión física o verbal.
Yo creo que son prejuicios tuyos, o a ver, por favor ilústranos, ¿cuales serían algunas de las acciones "condescendientes", "humillantes" o "como seres inferiores" más frecuentes?


Saludos.

rm dijo...

Como te encanta retorcer las cosas. Como testigo de estas sus ya populares conversaciones me consta que la forma en que hari ha abordado el tema del aborto no tiene nada que ver con que los pobres no tengan dignidad. El argumento, el cual comparto, es que una pareja lo menos que puede hacer cuando va a planear traer un hijo es asegurarse que va a poder ofrecerle lo mejor. No hacerlo va en contra de sus posibilidades de triunfar. Eso es muy diferente de decir que los pobres no valen nada.

Pero bueno, proviniendo de ti ya casi estoy esperando tu próximo comentario donde nos dirás monstruos que gozamos con la sangre de bebés inocentes y traidores de su propia especie y demonios hipócritas y demás.

Batz dijo...

habrá que buscar la película por internet, siempre es bueno saber que es lo que la cinematografía de tu país.

Es difícil pelear con los estereotipos que te han marcado durante toda.la vida. La relación que mencionas de la película, es muy comun. De chicos no nos importan y de grandes se nos manifiestan como locos. Hay que luchar continuamente con eso..

Y yo si la besaría!