Siempre se puede recordar sexenios presidenciales con símbolos muy específicos. Podremos recordar (o haber leído según la edad) el símbolo de Díaz Ordaz en la Plaza de Tlatelolco, podemos recordar el sexenio de Echeverría por el golpe al periódico Excelsior. Podemos recordar a José López Portillo (éste nos dio tanto material) por la nacionalización de la banca o por la inmensa cantidad de mansiones que "compró" y que hasta la fecha disfrutan impúnemente sus familiares.
Podemos recordar a Miguel de la Madrid por el terremoto de 1985 y su incapacidad para reaccionar. Podemos recordar a Carlos Salinas por el zapatismo o por el asesinato de Colosio. Podemos recordar a Zedillo por el error de Diciembre, o viendo algo positivo en esta lista negra, por su transición de seda a Vicente Fox que lo llevó a la historia, más que al receptor, como el hombre que permitió que México transitara a la democracia.
A Vicente Fox podríamos recordarlo por mayo de 2005 cuando se consumó el desafuero de Andrés Manuel López Obrador, que fue uno de los símbolos del autoritarismo foxista llevado al extremo. No entraré en detalles de una historia que ya todos sabemos.
Sin embargo hay otro símbolo del sexenio de Vicente Fox mucho más contundente...
El asesinato de Ramón Martín Huerta, entonces secretario de seguridad pública fedreal, el 20 de septiembre de 2005 por parte de Joaquín Guzmán (El Chapo) y con la licencia de la familia presidencial, al menos la de la esposa del presidente.
La protección de Vicente Fox al Cártel de Sinaloa es algo sabido a voces. La incomodidad que significaba Martín Huerta fue solicionado por un "accidente" de un helicóptero muy al estilo de la Mafia italiana.
La rendición de Fox ante el narcotráfico que nos ha traído tantas desgracias desde que en 2001 el Chapo se "escapara" de Puente Grande.
Si hablamos de símbolos, la muerte de su mejor amigo por convenirle tanto a los Sahagún y al Cártel de Sinaloa, es la cruz que cargará Vicente Fox hasta el último de sus días. Incluso más allá pues la historia se lo recordará.
2 comentarios:
Ser presidente significa tener que tomar deciones dificiles, y no siempre agradables. Se trata de negociar para sacar un provecho mayor. Salir mas o menos airoso de su periodo presidencial es duro. Fox no se ha distinguido por ser muy brillante, no por tomar decisiones que otros no haya tomado antes, sino por no haber sido inteligente en presentar los resultados...
asi es,.. jajaja,.. fox intento ser el negociador para unificar las 2 coreas,.. (que buen chiste),.. pero acabo dividiendo al pais,.. (buen trabajo)
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