octubre 10, 2006

Sesión de psiquiatría social

Nilesh Shatergee, psiquiátrico hindú que actualmente trabaja para la Universidad de Houston en Texas, tiene una teoría muy peculiar que les quiero contar aquí.

Dice él que después de años de estudiar la psiquiatría ha caído en la conclusión de que es imposible estudiarla a partir de individuos. Para que tenga sentido, sostiene, debe ser estudiada a partir de grupos. La psiquiatría, pues, tiene sentido sólo desde el campo de la sociología.

La esquizofrenia pues, sólo tiene sentido cuando se habla de grupos, de ciudades, de países. Muy al estilo de Hari Seldon, entre más grande sea el grupo más exactas serán las mediciones ¿Pero porqué les digo esto?

Si tomáramos la percepción hobbesiana de que el Estado es un cuerpo podríamos entonces diagnosticarlo. Podríamos decir que la cabeza tiene dolores, o que hay un intento en nuestro cuerpo de que haya más de una cabeza (presidente legítimo)

O quizá entonces tendríamos que decir que los órganos de este cuerpo (Banamex, Televisa, Telmex, PEMEX, IMSS) están inflamados, por no decir que más que órganos éstos se han vuelto parásitos muy gordos. Están tan grandes que ya resulta muy pesado para el cuerpo cargarlos ¿Sería necesaria una extirpación o sólo una buena medicina? Los anticuerpos (COFETEL y COFECOM) se encuentran sumamente débiles ante algunos virus que engañan a los glóbulos blancos (Héctor Osuna, su presidente) haciendose pasar por parte del cuerpo cuando son agentes patógenos peligrosos y al servicio de ellos (¿Emilio Gamboa Patrón, senador que promovió la Ley Televisa premiado para el puesto más codiciado del trienio?)

O quizá que las hemorragias que no han sido detenidas (movimientos sindicales, movimientos postelectorales) sino que se les ha dejado sangrar para ver si en algún momento la vitamina K hace su trabajo, pueden derivar en infecciones que afecten al resto del cuerpo.

Si intentáramos aplicar los principios de la psiquiatría al cuerpo mexicano tendríamos que hacer un estudio serio de sus problemas. Podría servir la medicación y el aislamiento, o tal vez una aproximación psicoanalista, ¿necesitamos ver sus tráumas? ¿Cómo fueron sus primeros años de vida? Recordemos que en estos años es cuando se forma el carácter y para México no fueron nada productivos: se desmembró al país, se le invadió constantemente (¿podrían ser considerado como abuso de menores por parte de sus tíos Estados Unidos y Francia?), sus padres españoles lo renegaron e incluso lo intentaron someter a su control cuando ya practicaba la libertad de la adolescencia. Incluso en últimos años hemos visto el regreso de los padres viejos a intentar tomar control de las actividades de sus hijos (Telefónica y BBVA).

Pero ya analizando seriamente esta aproximación al análisis social tenemos que aceptar que nuestro grupo se encuentra gravemente enfermo. Nos encontramos profúndamente divididos, enemistados, inconformes, deprimidos y decepcionados de nuestros resultados. En casi todos los indicadores económicos, políticos y sociales (salvo el índice de la felicidad que quiero que alguien me lo explique) salimos mal ¿Es un síntoma de un problema más grave que intentamos ignorar?

Muchas veces hemos concluído que algo está mal en nuestro país. Las cosas no funcionan como deberían, carecemos de confianza los unos hacia los otros. Somos egoístas, tenemos graves complejos de inferioridad (además de como individuos como grupo), nos aferramos a valores tradicionales que nos hacen más daño de cualquier bien que nos pudieran traer; somos personas supersticiosas y temerosas del futuro. Preferimos hincarnos antes que luchar por lo que queremos. Nos encontramos infectados por la delincuencia organizada hasta la médula y en lugar de hacer algo para remediarlo, nos la pasamos culpando al policía, al presidente municipal y al gobernador que no hacen nada.

Si fuera psiquiatra social podría fácilmente concluir que padecemos una enfermedad como país. Y lo peor, no estamos haciendo nada para mejorarnos ¿Estamos verdaderamente cuidando a nuestro país y a nuestro grupo, o sólo nos dedicamos a decir que todo está mal mientras volteamos hacia otro lado?

Una perspectiva psiquiátrica nos puede abrir los ojos para ver al problema como un mal que o nos mejoramos o esta enfermedad nos puede matar ¿Estamos contribuyendo en algo para la mejora o preferimos sentirnos rehenes de los parásitos mientras vemos cómo succionan la sangre que nos podría revitalizar?

Mientras el presidente electo se pasea por Centroamérica en lugar de estar diseñando su proyecto económico y cabildeando con los legisladores. Mientras los legisladores se encuentran empantanados por cómo repartirse en pastel de las comisiones y cómo negociar la salida de Ulises Ruiz en lugar de estar pensando en cómo eficientar el presupuesto de egresos dándole prioridad no al gasto sino a la inversión.

Mientras nos la pasamos idiotizándonos con alcohol y drogas, con programas vacíos de reality shows importados de Estados Unidos, con canciones estúpidas con tonadas pegajosas en lugar de estar pensando en nuestro papel como jóvenes en este país que se lo siguen arrebatando los mismos oportunistas desde hace 25 años.

Mientras, podemos seguir viendo cómo la enfermedad crece.

1 comentario:

Don Calladito dijo...

Hablando de psicología social, ¿ya leíste este artículo?:

http://www.quantumfuture.net/sp/Ponerologia_Politica_Lobaczewski1.htm

Creo que explica mucho acerca de prácticamente cualquier país.

Saludos.