diciembre 16, 2006

Con tu diezmo



Estas fechas decembrinas siempre traen alegría y armonía entre las personas. Al mismo tiempo las épocas sacan lo mejor del ser humano quien comienza a reflexionar sobre lo bueno y malo que ha hecho durante el año. Esto coincide también con otro fenómeno que pasa una vez al año, que es la entrega de aguinaldos.



No debe sorprendernos entonces que la reflexión venga cargada de arrepentimiento y deseos de ser perdonados por el ser superior en el cual cada quien tenga fervor.



Durante la Edad Media existió un matrimonio perverso entre el señor feudal y el religioso que parece hasta la fecha se mantiene. Muchas vecces incluso estas figuras de autoridad eran hermanos al aplicar la máxima de que el primogénito se iba al ejército, el segundo a cuidar las tierras de su padre, y el tercero al seminario. Esto garantizaba que los tres poderes de aquél entonces fueran acaparados por el mismo señor feudal a través de su descendencia.



Las relaciones del siervo con el señor feudal se encontraban atrapadas por el poder económico del segundo sobre el primero, la casi posesión de la vida del siervo hacia la tierra que trabajaba (aunque no era ya exclavitud como en tiempos pasados), y la posesión del alma del siervo para la Igleisa. Una de las muchas exigencias fue el llamado diezmo que, como su nombre lo indica, significaba dar el porcentaje de pertenencias a la iglesia a cambio de la salvación divina. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.



Sin querer abordar el tema histórico a profundidad, quiero señalar la particularidad de esta práctica que hasta la fecha se mantiene. Y viene a colación principalmente porque enfrente de mi departamento hay una iglesia desde la cual hace unas semanas colgaron una peculiar pancarta en la fachada principal que llamó mi atención.


La fotografía mal tomada dice textualmente "Tu diezmo es una forma de amar a Dios". En esta pancarta podemos señalar varias cosas. Primero que diezmar significa partir en diez algo. Se utiliza constantemente como término militar cuando se diezma al enemigo, se le reduce, humilla y deja indefendible. Cuando yo demuestro mi amor a partir del diezmo estoy literalmente reduciéndome para así agrandar a la religión. Es sabido que uno de los principios básicos del cristianismo es la humillación y la aceptación del dolor como forma de alcanzar la vida eterna. Sacrificar mis bienes materiales me dejará algún beneficio a largo plazo (tan a largo plazo que ya no voy a estar vivo cuando reciba mi premio). Mientras, mi diezmo permitirá la remodelación de la iglesia, las misiones de convencimiento en pueblos marginados que ya no tienen nada qué perder y que aceptan a dios (o lo que sea) con tal de que les den algo de comer; las millonarias aportaciones al Vaticano (en donde México se mantiene como donador número uno del mundo) entre otras actividades en las que se las gastan los señores religiosos.


El juego de amor-dinero es otra perversidad que veo en esta pancarta. Podemos encontrarlo fácilmente en la relación padre-hijo. El dinero del padre para mantenerlo y tenerlo en buenas escuelas, buena alimentación, buena casa, buenas amistades, esa es la forma de demostrar amor. Los padres se sacrifican toda su vida para alcanzar el bienestar de sus hijos. En este caso, son los hijos de dios los que se sacrifican para que la iglesia mantenga su bienestar. Algo así como cuando los padres envejecen y son los hijos sobre los que corre el gasto familiar de manutención.


En la medida que me ames me darás dinero, es el mensaje. Demuestra tu amor a dios, dame tu dinero. Preparo el ambiente con música emotiva y cantos amorosos mientras tú te despojas de lo que te costó meses ganar.


El sentimiento de culpa se envuelve con el juego amor-dinero y desenlaza en la aceptación del creyente de que tiene que dar dinero para ser perdonado.


Yo me pregunto ¿en qué parte de la Biblia dice que tenemos que mantener a estos señores de faldas largas? ¿Por qué no trabajan como el resto de los mortales y se ganan su alimento? ¿Qué los hace privilegiados?


Estas fechas siempre despiertan lo mejor de cada persona, pero hay otras personas que definitivamente encuentran en este buen espíritu la mejor manera de continuar la vida parasitaria que eligieron al ponerse la sotana.


4 comentarios:

Batz dijo...

Champ, no seas asi...Los de la sotana tienen mucho trabajo. Imagina el tener que escuchar los pecados de cada uno de los asistentes a su iglesia, y buscar alguna oración que logre perdonarlos. Que tal los que además de sus ocupaciones religiosas le hacen de políticos? Ufa, cuanto trabajo...

Sin duda se merecen la décima parte de tu dinero,o mas! que no lo vale tu vida eterna? tu entrada al paraíso?

Seguramente habra muchos sacerdotes que no sean así, pero definitivamente no son mayoría.

Don Mike dijo...

Pero la culpa es de la gente....esta bien pendeja...dios es pura mamada.Pinche negociazo...que tal la guadalupana, chingo de varo!!!

Yo no les doy ni madres, prefiero darselo a un limosnero en la calle que a esos ojetes!!

Saludos sr y no se ponga asi...disfrute de la epoca..jajaja.

rm dijo...

No es rencor lo que me mueve, nada más es envidia de que yo todavía no descubro cómo cobrar tan cómodamente por no hacer nada.

Ya que descubra lo tomaré con más calma

vero.mil dijo...

"Seguramente habra muchos sacerdotes que no sean así, pero definitivamente no son mayoría"

Te apoyo, batz.